Mexico and the World
Vol. 14, No 2 (Spring 2009)
http://www.profmex.org/mexicoandtheworld/volume14/2spring09/Estados_Unidos_La_Crisis_Financiera_Dabat.html
Estados Unidos, La Crisis Financiera Y Sus Consecuencias Internacionales
Por Alejandro Dabat
(Investigador, Instituto de Investigaciones Economicas de la
Universidad Nacional Autónoma de México)
Anteriormente, un dicho famoso entre economistas era:
“Cuando Estados Unidos le da catarro, a México le da pulmonía.”
Ahora debe modificarse ese dicho a:
“Cuando Estados Unidos le da catarro, al mundo le da pulmonía.”
Introducción.
El presente material tiene el doble objetivo de (a) estudiar los aspectos fundamentales de la actual crisis financiera centrada en Estados Unidos y de sus repercusiones productivas e internacionales; y (b) de situar a la misma y a sus posibles consecuencias, dentro del marco más amplio y de más largo plazo de las transformaciones en curso de la economía mundial. Este segundo aspecto nos parece muy importante porque permite incluir en el análisis el papel de las nuevas condiciones internacionales en la gestación y el desenlace de la crisis actual, así como considerar las probables consecuencias de esta última sobre el curso futuro de la economía mundial y los trascendentales cambios que la están transformando aceleradamente.
Por tal razón dividiremos a la exposición en dos partes. La primera ubica la crisis financiera actual y la define como un fenómeno que expresa la problemática de EEUU; efectuado ese planteamiento, la exposición se extiende a discutir las consecuencias productivas inmediatas. En la segunda parte se ubica la referida crisis en su contexto mundial más amplio, abordando las consecuencias más probables para los países en desarrollo. Como se trata en todos los casos de problemas complejos que requieren cada uno un estudio particularizado, nos limitaremos a una presentación somera de los mismos, apoyándonos en trabajos anteriores y en la serie de intervenciones que hemos en eventos recientes.
Primera parte
La actual crisis financiera y sus consecuencias productivas inmediatas.
Vista desde una perspectiva espacial, la actual crisis internacional es sobre todo una gran crisis de la economía de Estados Unidos, difundida ampliamente a nivel mundial, cuya magnitud dependerá tanto de la mayor o menor exposición de los diferentes países y regiones a los fenómenos que la generaron, como de las políticas defensivas que los mismos adopten y del aprovechamiento de las ventanas de oportunidad abiertas por la propia crisis. Pero es también un colapso del orden internacional que engloba y cuestiona aspectos económicos, sociales, políticos e institucionales propios del curso actual de la globalización, de la supremacía internacional de neoliberalismo, del propio curso de la economía del conocimiento (de la relación entre sus lados luminosos y obscuros)1 y, muy en particular, de la hegemonía mundial del Estados Unidos y el orden Mundial de Bretton Woods establecidos bajo su liderazgo.
A La especificidad de la crisis actual.
La actual crisis internacional se diferencia de casi todas las crisis económicas internacionales desencadenadas en los países capitalistas centrales, como las de 2001-2002 o la de 1990-1991, por ejemplo, para solo citar las mas recientes. La especificidad de la crisis actual estriba en que no es tanto el resultado de un proceso de sobreacumulación de capital en sectores productivos de punta, desencadenada en el plano financiero por una crisis bursátil 2, sino mas bien una crisis fundamentalmente financiera gestada dentro de una coyuntura de crecimiento sostenido de la economía mundial, tanto de la producción y la inversión productiva como, en particular, de los sectores de punta del actual ciclo económico mundial.
El estallido de la crisis hipotecaria en Estados Unidos a mediados de 2007 no afectó sensiblemente al curso de la economía mundial hasta mediados de 2008, la que continúo manteniendo altas tasas de crecimiento superiores al 5 % anual (UN, 2008) con niveles récords de inversión internacional directa cercanos al 30 % anual anterior (WTO, 2008). El nuevo núcleo dinámico de la economía mundial (Sector Electrónico-informático), mantenía altas tases de crecimiento al momento del estallido. Según Gartner, la consultora más reconocida de la industria electrónica, la producción de los componentes básico de la misma (semiconductores) seguía manteniendo ”un crecimiento sorprendentemente fuerte” aún en el III trimestre de 2008 (Deffree, 2008), y lo mismo señala la consultora IDC, para la cual las ventas de microprocesadores para las computadoras personales, continuaban creciendo a “niveles records” hasta el mismo período (Business Wire, 2008).
Lo mismo puede observarse en la Bolsa de Nueva York, comparando el comportamiento de los índices Nasdaq (acciones de alta tecnología) y Dow Jones (conjunto balanceado de acciones de diferentes esferas de negocios). Comparando el comportamiento de ambos índices, puede observarse relaciones muy distintas entre lo sucedido en 2001-2002 (la llamada crisis de Internet) y la de 2008, desencadena a partir de la caída bursátil de septiembre de ese año, tanto en la coyuntura de auge bursátil que precede a la caída, como a partir de la caída misma. En el ciclo que culmina en el derrumbe de 2001-2002, los valores del Nasdaq se alejan muy fuertemente de los del Dow Jones, tanto hacia arriba en el auge, como hacia abajo en el desplome (acenso y caída muchísimo mas pronunciadas de las cotizaciones). Durante la crisis de 2008, en cambio, no hay gran diferencia en el comportamiento de ambos índices, tanto en la fase ascendente del ciclo bursátil como en la descendente.
Lo anterior se debe, a nuestro entender, a que estamos ante otro tipo de crisis, por lo menos en el problema mencionado. La crisis de 2008 no ha sido tanto el resultado de una sobreacumulación de capital en los sectores de punta, como de un fenómeno estructural relativamente nuevo: la culminación de un enorme proceso de desconexión internacional entre la nueva economía financiera (colosal masa de capital-dinero desregulado en búsqueda de colocación lucrativa por cualquier medio) y las dimensiones de la economía real, la demanda social y la inversión productiva en Estados Unidos y la mayor parte del mundo. La base de este fenómeno se encontró más bien un enorme proceso de sobreacumulación dineraria no productiva, acelerado a partir de las dos últimas décadas; pero que existía en potencia desde los orígenes mismos del capitalismo informático y la globalización neoliberal, como resultado de la contradicción profunda entre la fortaleza y requerimientos de la producción global y la nueva economía del conocimiento y la fragilidad de un sistema financiero ciego y crecientemente volátil 3
El nuevo sistema financiero conformado en la fase neoliberal del capitalismo informático-global, se estableció a partir de fenómenos tales como la titularización y desregulación del crédito, la informatización de la circulación del dinero, la globalización financiera, los instrumentos financieros derivados 4, los nuevos fondos especulativos de inversión (Dabat y Toledo, 1999) y el enorme enriquecimiento rentístico-privado de amplios sectores de la población mundial favorecido por la globalización, que acentuaron el sesgo especulativo del capitalismo estadounidense conforme consideramos en la sección B de la Segunda Parte.
Ese proceso adquirió dimensiones mucho mayores y a la postre incontrolables, a partir de la primera década del nuevo siglo, con la aparición de un conjunto de nuevos instrumentos, instituciones y mecanismos especulativos centrados principalmente en Estados Unidos, que elevaron considerablemente el riesgo sistémico del nuevo sistema financiero carente de regulación. Con los llamados CDOs o SIVs apareció un nuevo tipo de instrumentos derivados sintéticos o “empaquetados” de aún mayor complejidad y explosividad (cócteles de títulos muy diversos de naturaleza y calidades muy diferente), asociados a nuevas reglas de funcionamiento del sistema financiero, que coincidió en tiempo con el mayor despliegue y el estallido de la burbuja hipotecaria estadounidense.
La interacción entre ambos factores (causa estructural y detonante), se dio principalmente en el mercado inmobiliario de Estados Unidos, por ser el mismo, donde más se expresaron y convergieron los factores mencionados. Pero a su vez, como veremos en la Segunda Parte del presente trabajo, la causa estructural mencionada (carácter del nuevo sistema financiero) encuentra sus raíces en algo aún más profundo en términos históricos, que es el proceso previo de declinación del capitalismo norteamericana ante la competencia internacional, atribuible en gran parte a su propia naturaleza socio-institucional.
La alteración especulativa de los mercados inmobiliarios comenzó a gestarse internacional a partir de la última década del siglo XX, como resultado del sostenido elevamiento especulativo de precios de la propiedad inmobiliaria en la gran mayoría de los países del mundo. Pero la burbuja inmobiliaria se convirtió en un fenómeno mucho más amplio a partir de las condiciones creadas por la crisis de 2000-2002 (The Economist, 2007.5 Como resultado de las grandes pérdidas bursátiles de entonces y de la baja rentabilidad prevaleciente de los mercados especulativos tradicionales 6, tuvo lugar una masiva reorientación internacional del capital especulativo hacia esos mercados. Pero este proceso, a su vez, “contaminó” profundamente a los nuevos paquetes financieros y, con ello, al conjunto del sistema de crédito y al propio capital de las empresas, estableciendo un nexo directo entre la crisis de las hipotecas subprime y el fenómeno muchísimo mas amplio de estallido general de los mercados financieros y de paralización internacional del crédito.
En principio, la crisis hipotecaria estadounidense pudo ser detonante de la otra crisis mayor por las características muy particulares del mercado inmobiliario de ese país. El mismo es un mercado de muy gran tamaño, debido al altísimo nivel relativo de los precios del suelo 7, a los elevados niveles de ingresos de la población o a la amplia difusión de la vivienda propia. Estos factores fueron muy acentuados coyunturalmente, por el excepcional auge de la construcción inmobiliaria tanto por la prosperidad de la última década del siglo XX como por la fuerte reducción de los costos hipotecarios en ese entonces, que permitieron incorporar al mercado a una gran cantidad de adquirentes de bajos ingresos. El crecimiento del mercado hipotecario y de los precios de la vivienda en Estados Unidos, pueden verse en la gráficas 1 y 2, que en conjunto (multiplicando el volumen de ventas por el alza de precios), elevó el valor de la propiedad inmobiliaria (stock) de unos diez trillones de dólares en el año 2000 (cifra muy cercana a la del PIB nacional de ese mismo año) a cerca de veinte en 2005, que implica mas de un 130 % del PIB en solo cinco años. En términos de flujos (valor anual de las operaciones inmobiliarias) ello significo un salto del 4.4 % del PIB estadounidense al 6.3 % entre los mismos años (The Economist, 2007).
Pero, la gravedad de la crisis hipotecaria de Estados Unidos no estribó tanto en el tamaño del mercado hipotecario y de su eslabón más débil (la magnitud de los créditos subprime o de baja calificación crediticia), sino en su relación con el nuevo sistema financiero y los mecanismos de integración en él. Estados Unidos no solo fue el centro originario del nuevo sistema financiero de titularización del crédito y de la globalización financiera, sino también el país que contó con los mayores índices de profundización financiera (relación entre activos financieros y PIB, mayor peso de los instrumentos derivados y, en particular, a partir de la crisis de 2001-2002, de sus formas mas peligrosas de contagio: los denominados Obligaciones Colateralizadas de Deuda (CDOs en ingles) y Vehículos Estructurados de Inversión” (SIVs) que incorporaron nuevos y letales mecanismo de diversificación y transmisión de riesgo sistémico en gran escala en el conjunto del sistema financiero y la economía, conforme veremos en la Sección B de esta primera parte.
El peso en Estados Unidos del nuevo sistema financiero, queda patente en el cuadro 1 que expresa el peso mucho mayor del mismo en relación al PIB, tanto al nivel de los activos financieros (monto de acciones, bonos y otros instrumentos titularizados de crédito tales como las hipotecas convertidas en documentos negociables). El FMI subestima considerablemente los montos de las columnas B y, sobre todo, C 8. Pero a pesar de ello, el cuadro sirve para demostrar tanto la enorme magnitud relativa de los activos financieros y los instrumentos derivados frente a la economía real en Estados Unidos y el mundo, como la enorme concentración de los mismos en el país del Norte que solo se encuentra en magnitud cercana de muy pocos países del mundo, como es el caso de Gran Bretaña y Australia
Cuadro 1
Activos financieros e instrumentos derivados en relación al PIB, 2006 (miles de millones de dólares) |
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A. PIB |
B. Activos financieros |
C. Instrumentos derivados* |
|
Total |
% |
Total |
% |
Total |
% |
Estados Unidos |
13.195 |
100 |
50.185 |
280,34 |
100.738 |
663,47 |
Resto del Mundo |
35.010 |
100 |
101.606 |
190,22 |
142.596 |
307,30 |
Total |
48.204 |
100 |
151.791 |
214,89 |
243.334 |
504,80 |
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Fuente: Global Financial Stability Report, FMI Septiembre 2007 |
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* No incluye derivados sobre acciones y Commodities |
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La enorme concentración del capital dinerario y ficticio 9 en Estados Unidos, fue acrecentada por la gran aceleración de los flujos externos de inversión pública y privada, destinada esta última principalmente a la adquisición de títulos públicos (letras del tesoro fundamentalmente) y privados (bonos y acciones), depósitos bancarios, títulos hipotecarios y derivados entre otros, con muy escasa participación de la inversión directa que se fue reduciendo desde un 30. 6 % de la inversión extranjera total a un 9.8 % en 2006 (CRS Report for Congress, 2008). Junto con la muy fuerte declinación de la inversión directa, destaca el gran incremento de la compra externa de activos públicos estadounidenses como los Bonos del Tesoro de Estados Unidos, que pasó de un promedio del 4 5 % en los años 1999-2000, a cerca del 24 % en 2006 (CRS Report for Congress, ibid). En este rubro destaca la participación creciente de China en la adquisición masiva de títulos de deuda pública del gobierno de Estados Unidos, como pieza central de su política cambiaria orientada a la preservación de la subvaluación del Yuan.
Cuadro 2
Flujos externos de capital hacía Estados Unidos 1996 - 2006 |
(Miles de Millones de dólares) |
Año |
Total |
Flujos públicos totales |
Flujos privados totales |
|
1996 |
551 |
127 |
424 |
|
1997 |
707 |
19 |
688 |
|
1998 |
424 |
-20 |
444 |
|
1999 |
741 |
44 |
697 |
|
2000 |
1.047 |
43 |
1.004 |
|
2001 |
783 |
28 |
755 |
|
2002 |
668 |
14 |
654 |
|
2003 |
830 |
249 |
581 |
|
2004 |
1.440 |
395 |
1.045 |
|
2005 |
1.254 |
259 |
995 |
|
2006 |
1.859 |
440 |
1.419 |
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Source: Department of Commerce, Survey of Current Business, July 2007,p. 67 |
B. Colateralización y “estructuración” del credito, mecanismos e instituciones y dinámica de la crisis.
Pero la especificidad de la crisis hipotecaria y de sus mecanismos de difusión al conjunto de sistema financiera y la economía real a un nivel tan grande, no puede comprenderse sin considerar brevemente el intrincado despliegue de los nuevos mecanismos y agentes de la titularización, colateralización y estructuración del crédito bajo sus nuevas formas de CDOs o VISs 10), así como de los agentes e instituciones que las producen y distribuyen en el conjunto del sistema financiero (nuevo modelo de “originar para distribuir”):
En la práctica el nuevo modelo condujo a la formación y el estallido de la burbuja hipotecaria, siguió la mecánica que se narra a continuación (Ballabriga y Mena, 2008). Los grandes acreedores hipotecarios originarios (bancos e instituciones que otorgan créditos hipotecarios) venden los títulos hipotecarios a “originadores” bancarios y no bancarios, que los transfirieren a los bancos de inversión o instituciones hipotecarias como Ranie Mae o Freddy Mac. Estos, que a su vez, titularizan los créditos hipotecarios y los transfieren a grandes intermediarios empaquetadores (bancos de inversión y otros grandes intermediarios) que les dan forma como CDOs o VISs, respaldados por dictámenes de las agencias calificadoras de riesgo que les asignan las mas altas calificaciones crediticias, y por seguros otorgados por las aseguradoras denominadas Monoline muy débilmente reguladas, éstas llegaron a asegurar $3.3 trilliones estadounidenses in 2006, contando solo con un capital de respaldo de aproximadamente 34 billones de capital propio (Association of Financial Guaranty Insurers, 2008).
A partir de esos procedimientos iniciales, tiene lugar posteriormente la venta o el intercambio de tales títulos con intermediarios financieros muy diversos (bancos, fondos de inversión, aseguradoras, fondos de pensiones, etc.) y los más diversos tipos de empresas (Ballabriga y Mena (2008). Como resultado de ello el acreedor hipotecario efectivo se disocia casi completamente del deudor (sin contar en principio con quien tratar en caso de default y subasta de su casa), y la deuda se integra de un paquete mucho mas amplio de mezcla de dinero “bueno” (en el sentido de garantizado) con dinero “malo” (o tóxico), donde es prácticamente imposible distinguir el uno del otro.
Al nivel de los intermediarios financieros integrados a la cadena del crédito, tiene mucha importancia el reingreso masivo de la banca comercial al mercado del crédito titularizado, del que habían sido de hecho marginados por los fondos de inversión durante la primera etapa del proceso de titularización de fines del siglo XX también denominado, por esa razón, de “desintermediación bancaria” (Dabat y Toledo, 1999, cap 1) 11. Los grandes bancos comerciales regulados, se suman a los nuevos fondos de inversión encabezados por los Edge Funds y los Equity Funds, junto con la vasta red de jugadores desregulados (emisores, titularizadores, empaquetadores, compradores, canjeadores, calificadores, aseguradores), sumados a una escala cada vez mas amplia al denominado “shadow banking system” (sistema bancario que opera en las sombras), sea directamente, que es el tramo de operaciones permitidas por las leyes regulatorias, o a través de entidades formalmente independientes, afiliadas o patrocinadas por los propios bancos (Tett y David, 2007), que actúan paralelamente a las aseguradoras, fondos de pensión o tesorerías de las propias empresas no-financieras.
La burbuja hipotecaria detona a mediados de 2007, debido a la cesación de pagos de los compradores de vivienda subprime ante el derrumbe del precio de sus viviendas y el alza de las tasas de interés. Los créditos hipotecarios impagados, contaminan al resto de los productos derivados, afectando al conjunto del sistema financiero, que había conformado una cadena a lo largo de la cual se extendió el proceso especulativo originado en los subprime.
C. La transmisión de la crisis a la economía real.
Dado la gran magnitud del mercado inmobiliario y del enorme tamaño del “shadow banking system” y los instrumentos financieros “toxicos” difundidos por él, la crisis inmobiliaria y financiera tuvo un enorme amplísimo impacto sobre el conjunto de la economía estadounidense y –por ende- internacional, que inundó los balances empresariales del mundo con activos incobrables o de calidad completamente incierta. A partir del estallido de la burbuja hipotecaria, cayó el conjunto del mercado hipotecario; casi inmediatamente el bancario y la bolsa de valores, lo siguió el crédito interbancario y comercial que alimenta a corto plazo el funcionamiento cotidiano de la economía. Siguió la extensión internacional de la crisis al sistema bancario y las bolsas de valores, las primeras manifestaciones de caída del consumo, la producción y el empleo y los primeros planes de rescate que siguieron al estadounidense, que supera ya ampliamente los mil millones de dólares y se espera mas que duplique esa cantidad por las enormes sumas requeridas por el salvamento de la banca, las grandes empresas productivas y las decenas de millones de deudores hipotecarios y de trabajadores despedidos.
Con el estallido de la burbuja inmobiliaria se desplomaron los precios de las materias primas12, en particular el petróleo que de cerca de 160 dólares a mediados de de 2008 a menos de 50 ese año.13 Tal fenómeno, que afectó negativa o positivamente a los diferentes países conforme su posición en los mercados de commodities, golpeó sobre todo a la economía de Estados Unidos en el momento del estallido de su crisis, generando nuevas preocupaciones sobre la los peligros de la inflación primero y de la deflación después, como la sufrida en este último caso por la economía japonesa en la última década del siglo pasado (The Economist, 2008).
En síntesis, parece claro que Estados Unidos y el mundo ha entrado en otra gran crisis, que afectará sobre todo a aquel país tanto en el corto plazo (por sus grandes consecuencias sobre el empleo y el quebranto empresarial), como el largo plazo, por el enorme endeudamiento público y privado que deberá asumir el país. Es claro también que estamos ante una costosísima crisis terminal del sistema titularizado-especulativo de crédito, como parte de una reorientación de la economía mundial hacia una economía mucho mas regulada (Nourimi, 2008). Se tiene en cambio muy poca certidumbre sobre la magnitud y duración del proceso recesivo en Estados Unidos y sobre su extensión internacional, cuestión sobre la que existen muy variadas opiniones. Creemos, sin embargo, que esto último no dependerá tanto de lo que suceda dentro de la propia economía de Estados Unidos, sino, sobre todo de lo que pase al nivel de la economía mundial en su conjunto, tanto a nivel de los avances tecno-económicos y socio-institucionales, como de la continuidad del crecimiento de los nuevos países y regiones emergentes y de su incidencia sobre el curso general de la economía internacional. Cuestión esta que nos conduce al problema mucho más amplio del lugar que esta cumpliendo y tiende a cumplir Estados Unidos como potencia mundial.
Segunda parte
El contexto internacional mas amplio de la crisis económica de Estados Unidos.
Partimos de la hipótesis de que la crisis actual de Estados Unidos tiene lugar dentro del marco mucho mas amplio de la decadencia de su economía nacional y de su hasta hace muy poco indiscutida hegemonía mundial, ante sus propias limitaciones estructurales e históricas para afrontar la competencia de nuevas potencias ascendentes o en proceso de resurgimiento, como es el caso de China, la India, de Rusia o del conjunto de los países de Asia Oriental y de otros países en desarrollo (Dabat, 2005). Por dicha razón consideraremos separadamente el proceso histórico que dio lugar a ese proceso, las bases tecnoeconómicas, financieras y sistémicas (de su modalidad de capitalismo nacional), para concluir con la erosión de su hegemonía mundial en la que se condensan los fenómenos anteriores.
A. Las raíces de la crisis estadounidense.
La base productiva del orden mundial comandado por Estados Unidos, ha sido socavadas por la emergencia de estas fuerzas, a partir de las mismas tendencias generadas por la globalización y el desarrollo de las economías del conocimiento y el aprendizaje articulados en torno a redes informáticas, y cadenas productivas internacionales de diferente tipo incentivadas, por variadas forma de rentas extraordinarias (Dabat, Rivera y Sztulwark), por nuevas formas de la división internacional del trabajo 14, movilidad internacional de personas e ideas, procesos integración regional y políticas públicas activas de países en desarrollo que están dando una nueva forma a la globalización. A ello se le suman otros fenómenos como la recuperación de Rusia, la profundización de la crisis energética resultante tanto de las mayores necesidades de energía provocadas por la actual convergencia eléctrica-electrónica, de la crisis ambiental mundial y del agotamiento histórico de los métodos de energía basada en las fuentes no renovables y altamente contaminantes.
Como se ha expresado en trabajos anteriores (Dabat, 2005 y Dabat y Morales 2007, Dabat y Melo, 2008), este reordenamiento se expresa principalmente en tres hechos significativos: a) la crisis de la primera etapa de la globalización, caracterizada por la hegemonía absoluta de Estados Unidos y la primacía indiscutida del neoliberalismo dentro del marco del capitalismo informático-global; b) la emergencia de hecho de un nuevo orden mundial, basado en un nuevo tipo de globalización con formas institucionales diferentes (mayor peso de la regulación pública, preocupaciones por la inclusión social y mayor importancia de los procesos de integración regional), así como distintas relaciones internacionales de poder, que cuestionan la propia base de funcionamiento del capitalismo neoliberal estadounidense; y c) el gradual desplazamiento del centro cíclico económico mundial desde Norteamérica y Europa Occidental hacia Asia y en particular Asia Oriental, como resultado de la integración del nuevo papel internacional de China, la ASEAN, India, Rusia y los países islámicos de Medio Oriente.
La actual crisis financiera de Estados Unidos y sus repercusiones productivas e internacionales, debe ser vistas tanto como consecuencia de los procesos expuestos, como un factor fundamental del despliegue de los mismos a un nivel de profundidad y direccional abierto que puede dar lugar a diferentes alternativas económicas, sociales, políticas y espaciales de desarrollo, que afecten substancialmente el curso actual de la globalización. Como se ha expresado anteriormente (Dabat, 2005), la primera etapa de la globalización (o globalización neoliberal) culminó a principios del presente siglo con la aparición de una crisis estructural histórica del papel internacional de Estados Unidos. Los primeros síntomas de ese cambio, aparecieron durante la crisis del 2001-2002 y la recuperación ulterior, que dio lugar a un gran cambio en las relaciones internacionales (ascenso de China, India y Rusia, drástico cambio de los términos de intercambio a favor de los países en desarrollo productores de productos primarios, y transformación del nuevo capitalismo financiero para dar lugar a la mayor y mas compleja plétora de capital especulativo en la historia del capitalismo.
El estallido de la gran burbuja especulativa del Nasdaq en 2000, hizo tambalear el liderazgo tecnológico y productivo de Estados Unidos, en el corazón mismo de su superioridad económica, política y militar mundial. Después de veinte años de dirigir la gran oleada mundial de crecimiento desencadenada por la Revolución Informática, la economía estadounidense se tambaleó por obra de una crisis de sobreacumulación de capital que tuvo su centro precisamente en la producción informática (sector clave de la oleada ascendente del nuevo capitalismo) en la Bolsa de Valores, como sucedió casi siempre en la historia del capitalismo. Ello se tradujo, sin embargo, en muy distintas expresiones internacionales con profundidades, duraciones y consecuencias muy diferentes para los distintos países y regiones.
Poco a poco, a partir de 2003, la economía de Estados Unidos comenzó un claro proceso de recuperación, expresado en un crecimiento de su PIB superior 4% anual en 2003, una rentabilidad del capital de más de 7% en el mismo año y una productividad del trabajo, que en 2002 y 2003 creció a una tasa promedio de 4.7% (Dabat y Morales, 2007). Dicha recuperación estuvo apoyada en un nuevo impulso y profundización de la revolución informática y la división global del trabajo, como lo explican Dabat y Ordóñez (2009). Sin embargo, y como se señaló en su momento, se trató de un proceso corto y débil, que no pudo sobrellevar adecuadamente los desafíos de la aceleración y profundización del desarrollo chino (ahocicado a la creciente integración de Asia Oriental), de la acelerada emergencia de la economía indú o del renacimiento de la economía y el poderío ruso.
B. Las bases económicas y tecnológicas de la declinación.
Dentro de este contexto, la rápida recuperación de la economía estadounidense de 2003-2004, fue seguida por una leve desaceleración del crecimiento del PIB a partir de 2005 (BEA, 2007) . Si bien la rentabilidad de la gran empresa trasnacional no deja de crecer por obra de sus inversiones y redes internacionales (sólo aminora su dinamismo), dichos logros se ven en gran parte neutralizados por la creciente perdida de competitividad del conjunto de la economía estadounidense frente a los países orientales y asiático comandados por China, en un proceso que también arrastrará a los socios comerciales del gigante del Norte integrantes del TLCAN, con particular inclusión de México.
La pérdida de posiciones comerciales de Estados Unidos incluye también a la mayor parte de las industrias de alta tecnología, como prácticamente a casi todas las del sector electrónico-informático (Dabat y Ordoñez, 2009), al software (Export IT, 2008) 15 o a los servicios de telecomunicaciones (Ordoñez, 2008). En lo referente a industria electrónica en particular, la continuidad de la caída es particularmente fuerte frente a China y los países más dinámicos de Asia Oriental. Esto resalta sobre todo en el caso de computadoras (en las que el nivel de producción nacional bajo un 42 % entre 2000 y 2007), y alcanza a otros sectores de importancia estratégica central como instrumental electrónico (caída del orden del 12 % entre esos mismos años) e incluso (en términos relativos a la producción mundial) a semiconductores (el sector estrella de la industria electrónica estadounidense) el que la producción estadounidense se mantiene en 2007 al mismo nivel de 2002 (el año mas bajo de la crisis de 2001-2002) a un nivel del orden de los 35 mil millones de dólares (Export IT, 2006).
La pérdida de competitividad internacional, considerando especialmente los sectores de alta tecnología en que se produjo, provocó un creciente déficit comercial conforme se muestra en el Cuadro 2.
Grafica 3
Pero el mismo fenómeno, también condujo a un más lento crecimiento económico, especialmente en relación a sus principales nuevos y formidables competidores, que implicó fuertes perdida de posiciones del país dentro de la economía mundial al nivel del PIB (fuerte reducción de la participación de Estadios Unidos dentro de la producción Mundial). En el cuadro 3 mostramos la dimensión de esta pérdida en general (porcentaje de disminución) y en relación a Asia Oriental y la India (niveles y porcentajes comparados), presentados las cifras del producto en precios de paridad adquisitiva (PPP, en ingles) para eliminar la distorsión que genera la gran subvaluación de la mayoría de las monedas asiáticas en relación al dólar.
Cuadro 3
PIB-PPP de America del Norte y Asia Oriental e India 2000 y 2007 (billones de dólares) |
|
2000 |
2007 |
Montos |
% |
Montos |
% |
Asia oriental e India * |
10,784 |
25.9 |
20,589 |
31.7 |
América del Norte |
11,656 |
28.0 |
14,712 |
22.7 |
Mundial |
41,583 |
100.0 |
64,903 |
100,0 |
Fuente: Elaboración propia con base en FMI |
* Asia Oriental incluye China, Hong Kong, Japón, Corea del Sur, Taiwán y países de la ASEAN |
Un factor esencial de tal pérdida de competividad, es la reducción de la brecha científica y tecnológica mundial que separaba a Estados Unidos de sus principales competidores. Tal factor, que es evidentemente importante por si mismo, pasa a ser junto al desarrollo educacional, un factor central de la competitividad creciente de los países de bajos costos laborales y altos niveles educacionales relativos de los países asiáticos, como factor de reducción de sus costos laborales unitarios y de la generación de rentas económicas extraordinarias de aprendizaje (Dabat, Rivera y Sztulwark, 2007; Dabat y Ordoñez, 2009) que compiten eficientemente con las rentas tecnológicas en sentido estricto.
La reducción de la brecha tecnológica, fue muy grande en electrónica e informática frente a los países más dinámicos de Asia, sobre todo de China, Corea y Taiwán, o a India en software (Dabat y Ordoñez, 2009), sin contar a Japón que tiene por si mismo niveles muy cercanos a los de Estados Unidos en muchos subsectores. En otros nuevos campos científicos como nanotecnología 16 o biotecnología, el acercamiento favoreció a los países europeos y asiáticos (incluyendo también a China) que compiten con Estados Unidos a niveles muy cercanos (CRS Report for Congress, 2008).
La superioridad de Estados Unidos en materia de conocimiento solo se mantiene claramente en ciertos aspectos, como el número de universidades de primer nivel o de publicaciones y autores citados o en sectores de la R&D como el militar (que absorbe el 16 % del total de la inversión estadounidense) o el financiero (Ernst, 2008). Pero la participación del país en la R&D mundial cayó del 46% en 1986 al 37 % en 2003, el número de investigadores del 43 al 29 % y el del egreso de doctores del 52 al 22 % 17 para los mismos años (Erns, Ibid), mientras se acentuaba la importancia de los investigadores y graduados extranjeros, China superaba a Estados Unidos en número de ingenieros graduados en su país (Gereffi, Wadhwa, y Rissing (en prensa), aunque no todavía en calidad. Estados Unidos sufre además de una crisis de educación básica, resultante de las falencias de su sistema educativo nacional y la creciente dependencia de científicos, ingenieros y técnicos de origen extranjero.
Como resultado de las ventajas productivas nacionales de los países emergentes, una parte creciente de las actividades de investigación y desarrollo estadounidense (como de Europa Occidental y Japón) está siendo relocalizada en países en desarrollo (Atkinson, 2004; UNTACD, 2006). La importancia de la relocalización de las actividades de investigación puede ejemplificarse en el caso de Intel que tiene situados cerca de la mitad de sus 20 laboratorios en Asia como los de India (Bangalore, el más importante de todos), Malasia (Penang) o los de China. A nivel de las 50 principales corporaciones transnacionales que controlan los estándares mundiales de tecnología de la información y las comunicaciones, 25 siguen siendo estadounidenses 12 europeas, 8 japonesas y 5 de otros países. Pero esta proporción tiende a disminuir ante el incremento de las redes globales de producción de base principalmente asiática (Erns, Ibid).
Otro factor importante que índica en la decadencia estadounidense, es el relativo debilitamiento de su mercado interno, atribuible tanto a la creciente polarización social y empobrecimiento de amplios sectores de la población, como un descenso relativo del consumo de las familias (ver gráfica 3.).
Este fenómeno, es paradojalmente compatible con un consumismo desmedido basado casi exclusivamente en el crédito y la publicidad, que reduce a casi cero el ahorro
Grafica 4
Grafica 5
de las familias y anuncia un empobrecimiento bastante mayor como consecuencia de la actual crisis del crédito y el derrumbe de los ingresos generados por la desocupación, la caída del salario real y la reducción del patrimonio familiar por la crisis inmobiliaria.
La reducción del ahorro como porcentaje de los ingresos de las familias en los últimos años, adquiere dimensiones enormes como puede verse en la gráfica 4, especialmente a partir de fines de la década pasada y, sobre todo, de 2005,
La acentuación de la desigualdad social, es producto del enorme enriquecimiento de una amplia capa de la población favorecido por el neoliberalismo y los recortes impositivos de Busch, junto al estancamiento o caída de los ingresos de los trabajadores y miembros de las distintas minorías de la población. Según The Economist (2003), el 20 % de la población elevó sus ingresos del 44 al 50 % de la ingreso nacional entre 1973 y 2000 y el 1 % de mayores ingresos controlaba hace pocos años el 17 % de la riqueza nacional, contra el 17 % del 80 % de los hogares. La misma fuente señala que los ingresos de los más altos niveles gerenciales (CEO) pasaron a ser de 40 veces más elevados que el promedio de los trabajadores en 1980, a 400 veces más altos a comienzos la actualidad. Este es indudablemente un gran factor de descontento social, y una de las fuerzas que explica el amplio triunfo electoral de un candidato negro y reformista como Obama a la presidencia del país.
Al debilitamiento del mercado interno, cabe agregar el deterioro de la infraestructura (puentes, carreteras, redes eléctrica, represas, aeropuertos, canales, edificios públicos o redes de comunicación) estudiado por Dalton (2008) o GAO (2008 y 2009), incluyendo la nueva infraestructura informática (Irons, 2008; Baller and Lide, 2006). Ello estuvo directamente vinculado a la caída del gasto público total en el sector, desde cerca del 2.5 % del PIB en 1950 a casi la mitad en 2006, a costa de catástrofes como la ruptura de los diques de Nueva Orleans, el colapso del gran puente de Minneanapolis, los grandes cortes de energía desde el Medio Oeste a Nueva York o la pérdida de posiciones internacional en la extensión y calidad de las redes de comunicación por banda ancha 18
Pero el factor central que debilita cada vez más al país a nivel internacional, es la acentuación de los aspectos más negativos de la modalidad de capitalismo financiero-especulativo de Estados Unidos ya considerados, asociado a formas cada vez anacrónicas de institucionalidad y cultura neoliberal. Este fenómeno se da incluso dentro de la propia organización productiva, bajo la forma jurídica-institucional de la Sociedad Anónima empresarial del país y la preeminencia del accionario absentista sobre la administración productiva y consiguientemente, de la rentabilidad especulativa de corto plazo sobre la rentabilidad productiva de largo plazo (Porter, 1998). Tal fenómeno fue reforzado por el creciente apalancamiento de la inversión productiva en si misma y por el peso cada vez mas grande de la exposición de la empresa a las adquisiciones hostiles de carácter especulativo promovidas por los Equity Funds19, como fenómeno que acompañó al boom especulativo del mercado financiero entre 2004 y 2007.
Al nivel de la población, ello se expresó en el consumismo desmedido de un sector grandísimo de la población, que tendió a financiar cada vez más sus gastos personales mediante el endeudamiento y a expensas del ahorro, a pesar del enorme crecimiento del ingreso de los estadounidenses ricos o en proceso de enriquecimiento, sustentado en la acentuación de la polarización social tan grande como la señalada anteriormente. Este enorme crecimiento de la riqueza privada, tendió a acumularse masivamente en la esfera de la inversión financiera especulativa, tanto a expensas del financiamiento directo del consumo y la propia inversión productiva 20, dando lugar a tendencias parasitarias muy fuertes que afectaron muy sensiblemente a la economía, la sociedad y los valores morales de los sectores acomodados de la población.
La presión exterior del sistema especulativo de crédito y el desvío de capitales hacia la especulación, condujo a los niveles históricos de apalancamiento, sobreendeudamiento y especulación señalados, que en conjunto, contribuyeron al fenómeno conocido como de desacople entre las esferas financiera y productiva de la economía nacional. Tal factor, implicó a su vez una enorme carga, tanto sobre la capacidad innovativa de la empresa estadounidense como sobre el liderazgo científico y tecnológico del país, planteando una contradicción muy fuerte entre las bases productivas del capitalismo informático y la economía del conocimiento y una superestructura financiera-especulativa cada vez más retardataria que terminó por golpear demoledoramente a la producción misma. Pero no solo eso. Las tendencias tan grandes al apalancamiento y al gasto por encima de las posibilidades de las personas, las empresas y el propio Estado, condujeron tanto al progresivo debilitamiento del núcleo básico original del propio sistema financiero interno (banca comercial regulada), como a la posición cada vez más deficitaria del país en sus diferentes cuentas externas, expresada en una deuda externa formidable, incrementada por los costos políticos, económicos y militares derivados de un intentos infructuoso por mantener la hegemonía mundial del país y de sus círculos de poder mas reaccionarios.
C. Los costos de la hegemonía
Como señalamos en la parte final de la sección anterior, a los factores estructurales ya expuestos que estuvieron en la base de la crisis, se le sumó el enorme costo del esfuerzo político, económico y militar del gobierno republicano de Busch para preservar un tipo de hegemonía mundial que comenzaba a desmoronarse en los hechos. Pero también los costos económicos, políticos y culturales del sostenimiento de la gran coalición conservadora que llevo a Busch al poder, conformada por los remanentes del viejo complejo industrial-militar, los intereses petroleros tradicionales, el nuevo capital financiero especulativo, el fundamentalismo religioso de siempre y la nueva derecha intelectual globalista y belicista 21 que pasó a asumir la dirección intelectual y moral del país.
En el primero de estos planos, sobresalió la marcada recuperación del gasto público militar y de seguridad provocados por la guerra contra el terrorismo islámico y, sobre todo, las intervenciones armadas en el Medio Oriente, que revertió fuertemente la tendencia contraria que siguió en fin de la Guerra Fría durante los gobiernos de Clinton. A nivel interno, sobresalieron las reducciones generalizadas de impuestos para los ricos y capas medias promovida por Busch, convertidas en como instrumentos proselitista fundamentales para la preservación de la base política del Partido Republicano, en un país donde solo participaba en los procesos electorales no más del 40 % de la población.
El conjunto de lo expuesto, dio lugar a una sucesión de grandes déficits fiscales que se tradujeron en montos crecientes de endeudamientos público y externo, fuertemente relacionados entre si. En 2007, tales déficits crecieron a niveles muy grandes, especialmente en relación al producto bruto interno del país: 10.5 billones de dólares de deuda pública (76 % del PIB) que se estima alcanzará en 2008 al 91 % del producto interno. 16,3 billones de duda externa total pública y privada (cerca del doble del PIB). Ambos factores implicaron una fuerte dependencia financiera de los países asiáticos acreedores, sobre todo de Japón, China y los países petroleros del Medio Oriente, que fue un factor acentuado considerablemente en 2008 bajo el impacto de la crisis económica.
El resultado de todo ello, en conjunción con las políticas monetarias de la Reserva Federal desde la crisis de 2001-2002, fue el desmoronamiento del valor del internacional del dólar a niveles jamás alcanzados: 1.5 Dólar por Euro hacia mediados de 2008 frente a una relación de 1 a 1 en los primeros años de la década, que comenzó a revertirse en la segunda mitad de 200822. El derrumbe del dólar tuvo una enorme importancia mundial, en la medida en que el Dólar es la principal moneda mundial de reserva y la base del actual sistema monetario internacional, que es fenómeno que parece haber entrado en franca declinación a partir de su depreciación según reconocimiento del propio FMI.
En política internacional, el gobierno de EU debió pagar los costos económicos, políticos y militares de su cruzada mundial contra el fundamentalismo islámico, las intervenciones militares en Irak e Afganistán, el respaldo incondicional a Israel en el conflicto con el mundo árabe o la cruzada diplomática contra Irán. Una cuestión central en este sentido, es la crisis de las Organizaciones Internacionales como el FMI, la OMC o las propias Naciones Unidas vinculadas directamente a la hegemonía internacional de Estados Unidos 23. Habría que agregar el colapso de las políticas neoliberales impulsadas por Estados Unidos en América Latina y otros países en desarrollo, como el fracaso del ALCA, el rechazo casi generalizado del Consenso de Washington (Stiglitz, 2002) o la crisis del pensamiento económico oficial (ortodoxia neoclásica), cada vez mas afectado por su imposibilidad para explicar los cambios de la economía mundial y la crisis financiera emergente. Habría que agregar la creciente dependencia energética de Estados Unidos de países actual o potencialmente hostiles como los del mundo islámico, Rusia o Venezuela.
D. El ascenso mundial de China y las otras grandes naciones emergentes.
El gran salto hacia adelante de China y otros grandes países en desarrollo como India, Rusia, regiones integradas como ASEAN en la que destaca Vietnam como el país de mas rápido desarrollo económico, el Medio Oriente o los avances de los países más dinámicos de América del Sur o Sudáfrica, ha permitido a los mismos entrar en una nueva etapa de evolución económica mucho más intensiva en tecnología avanzada, conocimientos e intensidad de capital, expresada en tasas mas elevadas de crecimiento económico, desarrollo interior y competitividad internacional. Como resultado de lo expuesto, la evolución económica mundial siguió una nueva dinámica, que implicó un cambio histórico muy importante en relación a los años finales del siglo pasado como ya se pudo ver en el cuadro 3 sobre el producto interno de las principales regiones del mundo respectivamente.
A diferencia del lento crecimiento de las exportaciones de Estados Unidos del 6.2 % entre 2000 y 2007 (11 % a partir de 2003) muy por debajo de las de Unión Europea de 11.9 % (15.1 % a partir de 203), así como de su perdida de posiciones relativas dentro comercio mundial, las regiones y países emergentes mencionadas presentan tasas mucho mas elevados de crecimiento de sus ventas externas. En el caso de China, las exportaciones crecieron a una tasa media del 25.8 % anual entre 2000 y 2007 y 30.3 % entre 2003 y 2007, mientras que las de India y Rusia lo hacen a tasas de 24. 2 % y 27.2 % respectivamente, entre los dos últimos años mencionados (OMC, 2007).
Al creciente peso comercial de los países emergentes encabezados por China, debe agregarse la importancia de sus grandes empresas trasnacionales nativas que juegan un papel fundamental en el comercio exterior de estos países y han comenzado a incorporarse a los listados mas reconocidos de las principales empresas del mundo (Dabat y Ordoñez, en prensa). Tales grandes empresas privadas, junto a las empresas públicas, a las filiales de las empresas trasnacionales radicadas en esos países y a las grandes joint ventures con participación pública, constituirán estarán entre las principales bases del boom exportador.
Otra cuestión central será la creciente capacidad financiera de esos países, resultante de los grandes superávits comerciales, reservas nacionales en divisas y los diversos instrumentos de manejo internacional de las mismas. Con respecto a las reservas de divisas, como hemos visto, destaca ampliamente el lugar de China con reservas superiores a los dos billones de dólares en 2008, y su papel ya señalado de gran acreedor de Estados Unidos. Pero se trata de un fenómeno mucho más general traducido en indicadores como la balanza de cuenta corriente, la naturaleza del financiamiento externo o la acumulación general de reservas de los países en desarrollo (ver Cuadro 4)
Cuadro 4
Balanza de cuenta corriente y financiamiento externo de las PED’S |
(Miles de millones de dólares) |
|
1996 |
2000 |
2006* |
Balanza de cuenta corriente |
-85 |
88 |
494 |
Financiamiento externo |
339 |
243 |
393 |
Inversión directa |
129 |
168 |
223 |
Inversión financiera |
123 |
42 |
93 |
Acumulación de activos |
254 |
331 |
887 |
Sector publico (reservas) |
81 |
111 |
612 |
Sector privado |
173 |
220 |
275 |
|
|
|
|
Fuente: Fondo Monetario Internacional. Word Economic Outlook. |
* Pronósticos para el 2006 |
|
|
|
El principal instrumento activo de movilización y valorización de los excedentes externos acumulados, serán los llamados Fondos Soberanos constituidos sobre todo por los países petroleros islámicos, por China y otros países de Asia Oriental como Singapur, por Rusia y por algunos pocos industrializados incluido el Estado de Alaska en Estados Unidos. El cuadro 5 muestra un listado de los principales fondos petroleros entre los que destaca por su enorme volumen el de Abu Dhabi. Pero también en este rubro resulta muy importante la participación de los fondos chinos, que sumados al fondo de Hong Kong, suman una cantidad bastante superior a los 600 mil millones de dólares.
Cuadro 5
Otra cuestión relevante para el futuro orden mundial, es el mayor peso económico mundial que han comenzado a tener las relaciones intrarregionales de los países en desarrollo, que se manifiesta tanto en los acuerdos de integración regional, como en la orientación del comercio internacional entre diferentes países en desarrollo o Comercio Sur-Sur, como puede verse en la gráfica 6. Entre estos procesos se destaca la fuerte tendencia hacia el proceso gradual de integración regional del Este y el Sur de Asia, que ha empezó a manifestarse de hecho en torno al mercado chino y tiene ya importantes amarres en términos de integración formal 24 Este proceso condujo a un giro gradual del comercio exterior en países como Japón, Corea o los países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sureste Asiático), del mercado estadounidense hacia el mercado chino, así como la creciente vinculación del mismo con la India. La progresiva integración de Japón, Singapur, Corea y Taiwán contribuyó productivamente para lograr altos niveles tecnológicos en estos países. Lo mismo sucede con los procesos sudamericanos de integración regional a variados niveles (comercial, financiero, energético), o las relaciones de Rusia con los países de Asia Central vinculados a la Comunidad de Estados Independientes, o a las de China, Rusia o la India con África o Sudamérica, o al fortalecimiento de los países islámicos del Medio Oriente o de Sudáfrica como parte de una importante dinamización económica de gran parte de Africa.
Grafica 6
Al papel económico crecientemente importante de los países emergentes dentro del orden mundial, habría que agregar el efecto demostración que podría llegar a tener las características de las instituciones económicas y sociales y las políticas de desarrollo de las naciones mas grandes y de mayor peso económico y político entre ese tipo de países. Tales instituciones corresponden a economías reguladas de mercado y apertura a la globalización productiva, con estrategias de desarrollo muy diferentes a las preconizadas por el neoliberalismo como un fuerte activismo estatal, poderosas empresas públicas y grandes empresas privadas exportadoras muy competitivas, grandes mercados internos en desarrollo, amplias políticas de educación, salud y seguridad social, fuertes reservas de divisas y débil exposición a los aspectos mas especulativos del sistema financiero privado 25. Aparte del complejo tipo de economía mixta prevaleciente en China, o del tipo de restructuración estatista del capitalismo ruso bajo Putin, destaca en este sentido el ejemplo menos conocido de India en su etapa de mayor crecimiento económico a partir de 2004, bajo el gobierno centro-izquierdista modernizador del Partido del Congreso en alianza con el Partido Comunista de India y otras fuerzas comunistas, socialistas y progresistas (Alianza Progresista Unida). La India no solo se caracteriza por los grandes grupos empresariales privado como Tata o Birla, sino también por el control estatal del 40 % de los activos bancarios, mas del 80 % de la infraestructura, la electricidad, el petróleo y la telefonía y del 48 % del conjunto de la empresa moderna (Gupta, 2007). Es también el país considerado por la OECD (The Economist, 2007) como el mas protector del trabajo. 26
Sintetizando lo expuesto en esta segunda sección, podríamos concluir en que la relocalización de la producción hacia países de bajos costos laborales y niveles educativos relativamente altos (bajo la lógica de mayor competitividad internacional por costos laborales unitarios más bajos y políticas públicas activas de desarrollo), ha provocado el desplazamiento gradual del centro cíclico mundial desde Norteamérica hacia Asia Oriental, así como un creciente peso dentro de la economía mundial de los países en desarrollo mas importantes. Como consecuencia de ello, la mayoría de los países en desarrollo tienden a vincularse crecientemente a los mercados asiáticos como resultado de la complementación económica generada por la enorme demanda internacional de materias primas y alimentos de Asia Oriental (países con exceso de población y escasez relativa de recursos naturales) y los abundantes recursos de este tipo existentes sobre todo en America del Sur y África.
Aunque no todos los países en desarrollo se encuentran en esta situación, todos (incluido desde luego México) tienen que afrontar de la mejor manera posible las posibilidades planteadas por la crisis de hegemonía de Estados Unidos, la diversificación de los centros de poder mundial, los cambios en los términos de intercambio internacional, y la entrada en escena de un nuevo tipo estrategias de desarrollo como del tipo de formuladas por los países de Asia Oriental, a partir del impulso al Sector Publico, el desarrollo socio-educacional o el aprendizaje tecnológico, conjugando la integración competitiva en la globalización con el desarrollo de los mercados internos nacionales y la inclusión social de la población en camino a la construcción de economías modernas de conocimiento.
En este sentido, resulta fundamental tomar como referencia la experiencia vivida por la América Latina de la Segunda Posguerra, cuando dejó pasar una coyuntura internacional muy favorable por embarcarse en políticas nacionalistas y populistas de corto plazo, que dejaron de lado la formulación de estrategias de desarrollo de largo plazo, basadas en el elevamiento generalizado de la capacidad productiva de la población (educación, salud, inclusión e iniciativa social) y la integración en la economía mundial.
Principales conclusiones.
Las diferentes cuestiones consideradas en el presente trabajo, conducen a por lo menos cinco grandes conclusiones, que pasamos a exponer a continuación.
La primera conclusión tiene que ver con la naturaleza histórica de la crisis y de su profundidad. ¿Estamos ante una crisis terminal de las bases tecno-productivas del nuevo capitalismo surgido de la Revolución Informática y la globalización, como fue el caso de la gran depresión de los años 30s del siglo pasado en relación al capitalismo monopolista-financiero clásico nacido a fines del siglo XIX? ¿O estamos más bien ante una crisis de desarrollo del capitalismo informático global, que contrapone su base productiva a su superestructura financiera e institucional neoliberal de origen, especialmente en el país que dirigió y modeló el proceso en su primera etapa histórica de desarrollo? Nuestra respuesta va en esta segunda dirección, partiendo de la idea de que la profundidad y duración del derrumbe internacional por venir, dependerá sobre todo de la continuidad y profundización de la revolución informática 27, de la integración tecno-económica que logre alcanzar con la revolución energética en ciernes (e implícitamente con la crisis ambienta), y de cómo logre superar adecuadamente tanto el lastre de su superestructura financiera-especulativa como, en general, el régimen socio-institucional del neoliberalismo.
La segunda conclusión tiene que ver con la extensión y duración mundial de la crisis. Al respecto consideramos que el elemento clave es la medida en que China, sobre todo, y más en general Asia Oriental (incluyendo India), logren resistir relativamente al embate de la crisis 28 y acentuar su papel de locomotora económica emergente a nivel mundial. Debe partirse del hecho de que el nuevo papel económico mundial de esta última región, la convierte en una fuerza contracíclica mundial de extraordinaria, que contradictoriamente, al mismo tiempo que acelera la crisis de hegemonía mundial de Estados Unidos, ayuda a la recuperación económica de este último país a través de diferentes mecanismos.
La tercera conclusión está referida a la extensión internacional de la crisis a los diferentes países. Conforme se plantea en el trabajo, los más afectados serán los más expuestos a las relaciones comerciales y financieras con Estados Unidos, a los nuevos mecanismos y agentes financieros (desregulación, instrumentos derivados y colaterales etc) y al financiamiento externo de los países industrializados. Los menos expuestos, serán los que cuenten con Estados nacionales y sistemas bancarios fuertes, reservas internacionales más importantes en relación al PIB nacional, mercados internos y regionales mas amplios, mayor capacidad de autofinanciamiento a través de mecanismos fiscales internos así como al acceso nacional a las rentas económicas extraordinarias derivadas del comercio internacional (Dabat, Rivera y Sztulwark, 2007),
La cuarta conclusión apunta al futuro y a las formas espaciales e institucionales de la globalización. ¿Estamos ante una crisis terminal de misma, o ante un cambio histórico de su modalidad de desarrollo? Se trata de una cuestión vinculada directamente a la primera conclusión, en la medida de que la globalización es, en lo fundamental, la configuración espacial del nuevo tipo de capitalismo surgido de la Revolución Informática (Dabat, 2002). Por lo tanto, conforme hemos plantado en otros trabajos (Dabat, 2005, por ejemplo) y en este mismo material, la crisis de Estados Unidos y de su modalidad nacional de capitalismo, no implicará tanto el fin de la globalización, como cambios mundiales que apunten tanto al fortalecimiento de los procesos de integración regional y de regulación internacional, como al desplazamiento del centro cíclico de la economía mundial hacia Asia Oriental, y a reformas socio-institucionales nacionales y regionales, mas acordes con los con las del tipo de economía de los países emergentes exitosos mas importantes.
Finalmente, una quinta conclusión se refiere a la actual ubicación de Estados Unidos en la economía mundial y el orden internacional, asó como a sus perspectivas futuras como país y gran potencia. A pesar de su crisis, Estados Unidos, sigue siendo el país más poderoso, rico e influyente del mundo, especialmente por su capacidad tecnológica, empresarial y de involucramiento en la arena mundial. Pero ya no como única superpotencia hegemónica 29 capaz de imponer unilateralmente sus propios objetivos al mundo tanto por su situación actual, como por los costos de la crisis y el enorme endeudamiento externo que deberá afrontar en el futuro30. Ello lo forzará a reconocer las nuevas relaciones mundiales de fuerza y a emprender grandes reformas en el sentido ya esbozado por el gobierno de Obama, de mucho mas amplia intervención pública, fuerte regulación del sistema financiero, reconversión energética nueva política ambiental, reconstrucción de la infraestructura pública, apoyo a la producción y el empleo y ampliación del mercado interno. Tales cambios tendrán seguramente consecuencias muy favoreables para la economía del pais y restablecerán en gran parte de su competitividad internacional. Pero ello tendrá lugar dentro de un mundo multipolar al que no pondrá imponer ya unilateralmente sus intereses nacionales.
Habría que agregar que las complejas condiciones de nuestro tiempo (la globalización, la crisis ambiental, crisis energética, crisis alimentaria, etcétera) mas la crisis histórica de hegemonía de los Estados Unidos, plantea la necesidad de avanzar hacia un nuevo orden mundial multicéntrico, lo que por cierto no será una tareas fácil, no solo por la resistencia de fuerzas económicas, financieras y militares beneficiarias del actual orden mundial, sino también por la inmadurez o las limitaciones de las nuevas potencias emergentes para liderar ese cambio 31. Junto a ello, se planteará también la necesidad de revertir substancialmente la orientación neoliberal de las ideas e instituciones que dominaron el escenario económico y político mundial en las últimas décadas, por otras mucho más acordes a los requerimientos tecnológicos, económicos, sociales y ambientales del mundo 32.
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WTO, 2008, Info Services on WTO and Trade issues, sept08/13.
Notas:
1 Por lado obscuro, nos referimos aquí a innovaciones financieras como las Obligaciones Colateralizados de Deuda (CDOs) basadas en Modelo Cúpula de Li, que posibilitaron el proceso especulativo más amplio de la historia del capitalismo. Tales innovaciones resultaron de un arduo trabajo de investigación universitaria y combinación de ingeniería financiera y computación, que no puede dejar de ser considerado como parte de la economía del conocimiento,
2 Este hecho, así como su relación clásica con la dinámica del sistema financiero y su relación con la producción, es formulado con mucha claridad por Carlota Pérez (2004).
3 Esta contradicción interna había sido ya claramente percibida por Cox y Sinclair, 1996, cap 15) y su feliz expresión de ”gobernancia sin gobierno”. También se halla presente en numerosos autores incluidos Dabat y Toledo, 1999 y Dabat, 2002.
4 Para los no economistas no resulta fácil comprender la naturaleza de los instrumentos ”derivados”, porque se trata de instrumentos muy complejo cuyo valor se basa (deriva) de la evolución del precio de otro activo “subyacente” (acción u otros títulos de deuda, cestas de acciones o títulos, bienes o incluso precio de otros instrumentos derivados etc), cuya relación se establece a través de un acto especulativa de apuesta. Los derivados se multiplicaron ampliamente desde la penúltima década del siglo XX, supuestamente como medio de protección del contratante contra los riesgos de incertidumbre (cobertura) generados por la volatilidad de los precios en la época de la desregulación de los mercados (swaps, futuros, opciones): Los derivados terminaron siendo los principales instrumentos de la especulación financiera, como demuestra la conversión de los llamados Fondos de Protección (Hedge Funds) en las instituciones mas fuertemente especulativas de la época.
5 La crisis de comienzos de siglo en Estados Unidos (2001-2002), generó tanto las condiciones económicas de expansión del mercado inmobiliario (reducción de tasa de interés por debajo de la tasa de inflación impulsada por la Fed para reactivar la economía), como la reorientación de los fondos especulativos desde el mercado bursátil a los mercados inmobiliarios, aprovechando los niveles históricos relativamente bajos de los precios de los activos inmobiliarios en comparación a otros activos.
6 Como es conocido, la especulación financiera internacional se concentró principalmente durante la última década del siglo pasado en la manipulación (operaciones “de arbitraje”) de los grandes diferenciales de tipos de cambio y tasas de interés de las economías nacionales en proceso de integración a la globalización, bajo la dirección de los denominados Hedge Funds. Sucesivos ataques especulativas de alcance regional contra las monedas nacionales, se centraron, respectivamente, en Inglaterra y Europa Occidental (1992), México y Argentina (1995), Asia Oriental (1997) y Rusia (1998), para concluir en procesos de estabilización monetaria de esos países que redujo su exposición ante ese tipo de ataques especulativos. Desde entonces, la especulación internacional se desplazo masivamente hacia los mercados bursátiles de “alta tecnología” en pleno auge de la economía informática, dando lugar al conocido proceso de “exhuberancia irracional” que culminó en la crisis de 2001-2002. Pero como sucedió con los mercados monetarios nacionales, la prolongada caída de los valores bursátiles a partir de 2001, condujo a la fuerte reducción de los beneficios especulativos de los fondos de inversión que estuvo en la base del nuevo desplazamiento ulterior de la especulación hacia los mercados inmobiliarios.
7 Como resultado de la altísima renta del suelo que prevalece en Estados Unidos, los precios de la propiedad inmobiliaria en ese país son muchísimos más altos que los que prevalecen, por ejemplo, en México, para un mismo tipo de edificación.
8 Según el Banco Internacional de pagos, el valor “notional” o supuesto del conjunto de los instrumentos derivados mundiales (o sea de una cifra muy superior a la del cuadro 1), alcanzaba hacia finales de 2007 a 596 trillones estadounidenses de dólares (596 billones en español), que es una cifra mas de diez veces superior al del PBI mundial y, conservando las relaciones establecidas en el cuadro 1, bastante mas de 20 de veinte veces para el caso de Estados Unidos.
9 En la terminología del nuevo sistema financiero, se denomina “notional value” al valor teórico (ficticio o supuesto) del instrumento original de crédito que es utilizado para calcular los pagos realizados sobre el mismo. Esta cantidad, generalmente, no cambian de manos y, por tanto, solo es teórico. En el contexto de un swap de tipos de interés, el importe teórico del principal es la cantidad especificada en la que se basan el intercambio de los pagos de intereses derivados de los instrumentos principales. Durante cada período, las tasas se multiplican por el importe teórico del principal, para determinar el valor de cada contra-parte.
10 Los llamados CDOs son un tipo de títulos sintéticos que integran paquetes estructurados de instrumentos titularizados de origen y calidades crediticias muy heterogéneas, mediante los cuales, los emisores (grandes intermediarios financieros) distribuyen el riesgo entre los compradores, sin que sea posible distinguir dentro de los mismos los tramos senior (de primer nivel o AAA), de los instrumentos de baja o muy baja calidad crediticia. Los VISs son títulos sintéticos mas flexibles también emitidos por grandes intermediarios financieros (fueron introducidos por Citi Grup en 1998), que admiten reinversiones en los activos en portafolio y cuya lógica de rentabilidad estriba en la obtención de diferencias entre la toma de créditos a corto plazo a baja tasa de interés, y su colocación a largo plazo a tasas mas altas.
11 Entre 1970 y 1993, la participación de los bancos comerciales en el sistema financiero de Estados Unidos, cayo desde el 39 % al 25 % del total, mientras la de los fondos de inversión, pasaba del 22 al 47 %. (dabat y Toledo, 1999).
12 La especulación en los mercados de commodities había comenzado en 2004, siguiendo la tendencia ascendente de la demanda y los precios internacionales, para elevarse fuertemente desde 2005, cuando comenzaron a caer los precios de los inmuebles. Como parte de ese proceso, los fondos invertidos en los mercados especulativos de futuros se elevaron desde cantidades que fluctuaban en torno a cifras cercanas a los 10 billones de dólares entre 1999 y 2003, a 40 en 2004, a cerca de 90 en 2005, a 120 en 2006, a cerca de 160 en 2007 y a bastante más de 180 en el primer trimestre de 2008 (The Wall Street Examiner, 2008, lo que implica un crecimiento cercano al 2,000 % en solo una década. En lo que hace a los mercados de productos agrícolas involucrados, la inversión especulativa habría pasado desde 25 billones de dólares en noviembre de 2007, a 55 en abril del 2008, afectando a más de la mitad del valor de las cosechas de maíz, soya y trigo de Estados Unidos (Wilson, 2008).
13 A pesar de esta caída generalizada del petróleo y las commodities en general, los precios internacionales continuaban siendo altos para los niveles prevalecientes antes de 2003.
14 Nos referimos aquí a la rearticulación de la división global del trabajo desarrollada en la última década, para incorporar nuevos procesos de integración regional y los nuevos requerimientos mundiales de productos básicos, energéticos y alimentos.
15 En 2007 las exportaciones registradas de software de Estados Unidos (2,676 millones de dólares) no habían alcanzado aún el nivel del año 2000 (2,728 millones) y su crecimiento se concentra completamente en los países del TLCAN, India (como parte del creciente intercambio sectorial con ese país) y otros países de América Latina, sin que ello llegue a contrarrestar el déficit con Asia Oriental y Europa. Esto es completamente consistente con la información suministrada por Dabat y Ordoñez (2009),. Comos e plantea en este último libro, los montos de las exportaciones registradas, son mucho menores a las reales, pero sirven como un indicador de tendencia, especialmente en comparación al vertiginoso crecimiento de las exportaciones registradas por India.
16 En Nanotecnología, las universidades norteamericanas llevan de lejos la delantera especialmente en registro de patentes (Toledo, 2008). Pero este indicador podría no ser el mas indicado por el carácter prematuro o de baja calidad de muchos patentamientos en sectores muy diversificados (EPO, 2009) o por la desmedida importancia que se da al patentamiento en Estados Unidos. Pero al pasar a otros indicadores reales mas conectados con la producción, no se advierte claramente lo mismo. En nanoelectrónica, por ejemplo, que es el sector mas importante de la economía mundial por el volumen de la demanda y su importancia estratégica (Dabat y Ordoñez, 2009), predominan Fujitsu, Samsung, la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología, Hewlett Parkard y Phillip, mientras que energía lo hacen Japón, Corea y Estados Unidos en ese orden, y en Salud, la Unión Europea, Estados Unidos, China y Rusia (Toledo, Ibid). En cuanto a inversión publica, aunque existen diferencias entre diversas fuentes, parece claro que Asia Oriental marcha a la cabeza desde los primeros años del nuevo siglo (Lux Research, 2004; Commission of the European Communities, 2004), mientras que, según la segunda de las fuentes citadas, la Union Europea estaría por encima de Estados Unidos.
17 Ernst (Ibíd) sostiene que China podría superar en número de doctores a Estados Unido hacia el 2010.
18 Según Baller y Lide (2006), el indiscutible predominio de Estados Unidos en Internet en la ultima década del siglo pasado, dejó de existir a partir de la entrada de la red en la era de la banda ancha y generalización de la fibra óptica, lo que se expresó en una caída del país al 4to lugar mundial en 2001 y por debajo del 15º en 2006, especialmente en calidad, como es el caso de extensión de las redes de fibra óptica.
19 Según Wikipedia, Estados Unidos contaba en 2007 con el 71 % del capital mundial invertido en Equity Funds.
20 Aunque encabezado por Estados Unidos, el fenómeno expuesto tuvo un alcance internacional muy amplio asociado a la acentuación de la desigualdad social en el mundo entero promovida por la globalización neoliberal, que generó al enorme excedente improductivo de riqueza que estuvo en la base del descomunal crecimiento del capital-dinero especulativo a nivel mundial, elevado muy por encima de las demandas mundiales de inversión productiva.
21 El nuevo conservadurismo intelectual estadounidense de fines del siglo XX, fue muy distinto al conservadurismo populista-aislacionista de Pat Buchanan y la derecha republicana de los años 70s, en la medida en que vinculó la seguridad internacional del país a la creación de regímenes políticos nacionales afines a las instituciones y valores estadounidenses, haciendo caso omiso del derecho y la organización internacional vigente, y del mantenimiento de la paz. Tal concepción, desarrollada originalmente por el filosofo político de origen alemán Leo Strauss fallecido en los años 70s, se extendió ampliamente en los principales círculos de poder del país, y fortaleció por la adición del componente militar incorporado por Albert Wohlstetter, el teórico de la guerra limitada con armas “inteligentes” de extraordinaria precisión, y con el desarrollo de una industria bélica altamente innovadora. Parte fundamental de la política internacional de esta nueva derecha, fue el apoyo incondicional a Israel y a su política regional subimperialista, vista como bastión fundamental de la difusión del capitalismo neoliberal en el Medio Oriente. Esta es una de las razones fundamentales por las que se jerarquizó la invasión del Irak de Sadam Hussein (que carecía de vínculos importantes con el fundamentalismo islámico), por encima, incluso, de la intervención en Afganistán, mucho mas vinculada al combate contra Al Qaeda.
22 En los meses mas recientes, el Dólar ha comenzado a recuperar parte de su valor hasta alcanzar actualmente cerca de 1.3 por Euro. Pero ese fenómeno parece ser puramente coyuntural, producto de la conjunción de factores tales como la entrada de Europa en la crisis financiera, el pánico de la gran cantidad de inversores internacionales que se refugian en los bonos de largo plazo del gobierno estadounidense o la repatriación de fondos desde el exterior por trasnacionales estadounidense desesperadasante la imposibilidad de obtener financiamiento interno.
23 El FMI, por ejemplo, tras sus enormes fracasos en Asia Oriental y Rusia sustituyó sus políticas de ajuste aplicadas durante los años noventa (defensa de los acreedores y grandes rescates de los deudores) por políticas erráticas carentes de rumbo, completamente rebasada por fenómenos como la crisis o la negativa argentina a pagar mas de 25% de su deuda externa (Dabat, 2004 y 2005). Por su parte, la OMC ha quedado rezagada completamente con respecto a los grandes cambios de la economía mundial impuestos por la globalización, como la protección a la propiedad intelectual exigida por los países industrializados o las exigencias de países en vías de desarrollo por terminar con los subsidios a las exportaciones agrícolas de los países desarrollados.
24 El proceso de integración económica formal de Asia Oriental, comienza en 1999 con el acuerdo de cooperación ASEAN Plus Three (Japón, China y Corea) que ha seguido operando hasta ahora impulsando diversos tipos de proyectos. Los acuerdos de liberación comercial que se sucedieron desde entonces, fueron los de Japón y Singapur (2002), ASEAN y China (2005), Corea Singapur (2005 y ASEAN y Corea (2006), hallándose en trámite los de ASEAN y Japón y Japón y Corea ( Lee, 2008). La incorporación de India a este proceso es mucho mas reciente y ha comenzado a darse a partir de acuerdos con países de ASEAN, pero no ha podido superar todavía las viejas diferencias geopolíticas con China (Parker and Shaffer, 2008)
25 Salvo el caso de Brasil, que tiene un importante mercado de derivados (Bank For International Settlements, 2007), el peso de los nuevos instrumentos financieros tiene un peso relativamente muy débil en los demás países. Además, de ello todos los países mencionados cuentan, con vimos, con fuertes sistemas bancarios muy regulados y predominantemente estatales, débil profundización e internacionalización financiera y grandes reservas internacionales de divisas, como ya vimos (ver, por ejemplo, Lane y Schmukler, 2007). Todos estos factores, constituyen poderosos diques que bloquean los mecanismos específicos de difusión de la crisis propios del nuevo sistemas financiero internacional.
26 Este tipo de perfil de las grandes potencias emergentes, tienen importantes similitudes con otros países exitosos de características muy distintas. Ese es el caso, por ejemplo, de países muy desarrollados como Finlandia (Dabat A. y S. Almanza, 2008) o Suecia que también han efectuado grandes reformas sociales a lo largo de su historia y tienen sectores públicos muy fuertes. Pero también en buena medida de Corea o Taiwán, de los países dinámicos de America del Sur, o sobre todo de Vietnam, el país de economía dinámica de Asia Oriental después de China, que ha comenzado a incorporarse a la economía del conocimiento y cuenta ya con sectores productivos de alta tecnología como la industria de semiconductores.
27 En este sentido, y a pesar de las diferencias señaladas en la sección A de la primera parte de este trabajo, la actual crisis tiene muy importantes puntos de contacto con la anterior. Mientras que la crisis de 2001-2002 tuvo que ver con un problema crucial para el desarrollo del capitalismo Informático, como fue en su momento la tendencia al agotamiento de la Ley de Moore (continuidad del proceso de miniaturización, complejidad y abaratamiento del semiconductor), que pudo superarse mediante la entrada en acción de la nanotecnología (Dabat, 2008 y Dabat y Ordoñez, 2009) la crisis actual tiene que ver con otro tipo de obstáculos que limitan la continuidad y profundización de la revolución tecnológica actual basada en la microelectrónica, como es el caso tanto de la superestructura financiera e institucional neoliberal, y de la cada vez mas débil base energética basada en los combustibles fósiles no renovables y contaminantes. La remoción de tales obstáculos requieren, en ambos casos, de un nuevo tipo de restructuración institucional y tecno-económica que haga posible un desarrollo mucho mas profundo de las potencialidades de la revolución informática.
28 Nos estamos refiriendo a una disminución no muy grande de sus tasas insostenibles de crecimiento y comercio exterior (pasa, por ejemplo, de tasas del 11 y 30 %, a otras mas moderadas del 7-8 y 20-25 %, o a solo breves caídas de mayor profundidad.
29 Según Gramsci, hegemonía no significa solo poder (sea militar, económico o político) sino tambien capacidad de liderazgo en las cuestiones mas importantes de una comunidad política, (en este caso el Orden Internacional). Capacidad de liderazgo, a su vez, implica no solo políticas que apunten de alguna manera a la resolución de los principales problemas de dicha comunidad, sino también capacidad práctica para imponerla en los hechos, no solo por medios político-institucionales, económicos o militares, sino también capacidades culturales, vistas como superioridad relativa de determinados aspectos de la cultura del país hegemónico en aspectos centrales del desarrollo de las naciones. En las actuales condiciones históricas, tal tipo de peso internacional, implica bastante más que el nivel científico-tecnológico de las universidades o que la extensión internacional de la lengua del país dominante (en este caso la inglesa), sino también, el nivel de la cultura ambiental o del respeto a los derechos humanos, civiles o de autodeterminación de otros pueblos.
30 The Economist (2008) cita estimaciones que predicen que solo la deuda pública federal podria elevarse al 38 % del PIB en 2009 y al 55 % hacia fines de 2010.
31 Este es, sobre todo, el caso de China, la gran potencia mundial emergente, cuya política internacional ha estado orientada hasta ahora, hacia el aprovechamiento de las condiciones internacionales anteriores para su propio crecimiento, con preocupaciones mucho menores sobre el futuro del mundo y el papel dirigente (en sentido de co-dirección), que el país debería jugar dentro del nuevo orden mundial. Esto no seria igual en el caso ruso, pero habría que agregar que Rusia no está en condiciones objetivas de cumplir un papel tan importante como el de China dentro del nuevo orden mundial.
32 En Dabat (2009) se señala que el pleno aprovechamiento de las potencialidades de la Revolución Infomática, requiere de la ampliación de los espacios públicos, tanto a nivel tecno-económico como socio-ambiental, para dar respuesta a los crecientes requerimientos de infraestructura moderna, investigación básica, educación y aprendizaje en general, gasto social y reconstrucción ambiental que presupone la llamada economía del conocimiento. |