Mexico and the World
Vol. 8, No 1 (Winter 2003)
http://www.profmex.org/mexicoandtheworld/volume8/1winter03/politica_federal.html

X. POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL

EN LA Primera Parte hemos analizado la naturaleza del gasto federal durante la Revolución Mexicana, y en el capítulo anterior hemos examinado directamente la cantidad y la proporción del cambio social durante los periodos ideológicos de la revolución política, social y económica. Ahora podemos unir estas dos clases diferentes de análisis con el objeto de presentar tentativamente una opinión de cómo ha procedido la Revolución Mexicana. Discutiremos nuestra limitación tratando de establecer una relación directa del gasto federal con los cambios sociales regionales, para luego hacer un análisis de la relación que existe entre la política presupuestaria y la disminución en las cifras del Índice de Pobreza. El ritmo de los cambios sociales y económicos durante los periodos de la Revolución se discute en relación a la ideología; esto va seguido por un análisis de los programas revolucionarios, en el cual se examinan el vigor y las flaquezas de la política del partido oficial.

ANÁLISIS DE LOS DESEMBOLSOS Y DEL CAMBIO SOCIAL

Recordamos al lector que como aparentemente no existe un registro histórico de las entidades federales en las cuales se ha invertido el gasto federal bruto, no nos es posible encontrar una conexión directa entre el total del gasto federal y los análisis regionales. No obstante, poseemos algunos datos parciales directos que nos revelan tendencias recientes.  En 1964, la Dirección de Inversiones Públicas de México bajo la dirección de José P. González Blanco, intentó sobreponerse a la falta de datos básicos para la programación del desarrollo, y publicó un análisis geográfíco de las inversiones públicas (incluyendo gastos de las agencia descentralizadas) durante cinco años del periodo de López Mateos. Tal estudio revela que fueron pocos los estados que recibieron la mayor parte de las inversiones de capital del gobierno en una época en que la revolución equilibrada era la tónica. Es evidente que el concepto de un desarrollo equilibrado todavía no tomaba en cuenta el crecimiento regional. Las inversiones federales se dirigieron en su mayor parte a estados que no están dentro de las regiones de un alto nivel de pobreza. La relación que existe entre este aspecto de los desembolsos federales y las regiones geosociales de pobreza se presenta en el cuadro X-l. De acuerdo con el propósito de nuestro análisis, las cifras que examinamos aquí se limitan a inversiones directas del gobierno federal; aquí se han excluido

280

 

CUADRO X-1. Inversiones de capital del gobierno federal en proyecto
comparadas con la población por región,  1959-1963


Entidad Federal

A
Inversión

B
Población (1960)

C
Diferencia de A a B

D
Razón A/B

 

TOTAL MÉXICO (Porciento)

100.0

100.0

-

-

-

Norte

16.5

15.8

.7

1.0

1

Baja Calif.

2.3

1.5

.8

1.5

1

Chihuahua

5.8

3.5

2.3

1.7

1

Coahuila

1.7

2.6

-.9

.7

1

Nuevo León

1.8

3.1

-1.3

.6

1

Sonora

2.7

2.2

.5

1.2

1

Tamaulipas

2.2

2.9

-.7

.8

1

Oeste

15.6

14.1

1.5

1.1

1

Aguascalientes

.4

.7

-.3

.6

1

Baja Calif. Terr.

.5

.2

.3

2.5

1

Colima

1.0

.5

.5

2.0

1

Durango

2.1

2.2

-.1

1.0

1

Jalisco

2.8

7.0

-4.2

.4

1

Nayarit

.7

1.1

-.4

.6

1

Sinaloa

8.1

2.4

5.7

3.4

1

Centro-Oeste

8.1

16.8

-8.7

.5

1

Guanajuato

1.6

5.0

-3.4

.3

1

México

3.5

5.4

-1.9

.7

1

Michoacán

2.4

5.3

-2.9

.5

1

Morelos

.6

1.1

-.5

.6

1

Centro-Este

7.6

15.8

-8.2

.5

1

Hidalgo

1.2

2.8

-1.6

.4

1

Puebla

1.0

5.7

-4.7

.2

1

Querétaro

.6

1.0

-.4

.6

1

San Luis Potosí

2.9

3.0

-.1

1.0

1

Tlaxcala

.5

1.0

-.5

.5

1

Zacatecas

1.4

2.3

-.9

.6

1

Sur

11.9

11.9

-

1.0

1

Chiapas

4.6

3.5

.9

1.3

1

Guerrero

2.6

3.4

-.8

.8

1

Oaxaca

4.7

5.0

-.3

.9

1

Golfo

9.3

11.6

-2.3

.8

1

Campeche

1.2

.5

.7

2.4

1

Quintana Roo

.7

.1

.6

7.0

1

Tabasco

2.2

1.4

.8

1.6

1

Veracurz

3.7

7.8

-4.1

.5

1

Yucatán

1.5

1.8

-.3

.8

1

Distrito Federal

31.0

14.0

17.0

2.2

1

     FUENTES:  México, Secretaría de la Presidencia, México Inversión Pública Federal,  1925-1963, Capítulo 2; Resumen del Censo, 1960.

CUADRO X-2. Número de características de pobreza comparadas con las inversiones de capital  federal y los totales de población, 1960


Entidades federales

Caracteristicas de pobreza
Número
 (en miles) a
A

Caracteristicas de pobreza Porcentaje
B

Inversiones (1959-1963)
C
Porcentaje

Inversiones (1959-1963)
D
Diferencia de C a B

Población
E
Porcentaje

Población
F
Diferencia de E a B

TOTAL MÉXICO

11 560

100.0

100.0

-

100.0

-

Norte

1 207

10.4

16.5

6.1

15.8

5.4

Baja Calif.

89

.8

2.3

1.5

1.5

.7

Chihuahua

309

2.7

5.8

3.1

3.5

.8

Coahuila

199

1.7

1.7

-

2.6

.9

Nuevo León

200

1.7

1.8

.1

3.1

1.4

Sonora

174

1.5

2.7

1.2

2.2

.7

Tamaulipas

236

2.0

2.2

.2

2.9

.9

Oeste

1 614

14.0

15.6

1.6

14.1

.1

Aguascalientes

66

.6

.4

-.2

.7

.1

Baja Calif. Terr.

23

.2

.5

.3

.2

-

Colima

51

.4

1.0

.6

.5

.1

Durango

273

2.4

2.1

-.3

2.2

-.2

Jalisco

770

6.7

2.8

-3.9

7.0

.3

Nayarit

141

1.2

.7

-.5

1.1

-.1

Sinaloa

290

2.5

8.1

5.6

2.4

-.1

Centro-Oeste

2 268

19.7

8.1

-11.6

16.8

-2.9

Guanajuato

679

5.9

1.6

-4.3

5.0

-.9

México

750

6.5

3.5

-3.0

5.4

-1.1

Michoacán

724

6.3

2.4

-3.9

5.3

-1.0

Morelos

115

1.0

.6

-.4

1.1

.1

Centro-Este

2 483

21.5

7.6

-13.9

15.8

-5.7

Hidalgo

487

4.2

1.2

-3.0

2.8

-1.4

Puebla

870

7.5

1.0

-6.5

5.7

-1.8

Querétaro

168

1.4

.6

-.8

1.0

-.4

San Luis Potosí

454

4.0

2.9

-1.1

3.0

-1.0

Tlaxcala

148

1.3

.5

-.8

1.0

-.3

Zacatecas

556

3.1

1.4

-1.7

2.3

-.8

Sur

2 112

18.3

11.9

-6.4

11.9

-6.4

Chiapas

602

5.2

4.6

-.6

3.5

-1.7

Guerrero

614

5.3

2.6

-2.7

3.4

-1.9

Oaxaca

896

7.8

4.7

-3.1

5.0

-2.8

Golfo

1 437

12.4

9.3

-3.1

11.6

-.8

Campeche

48

.4

1.2

.8

.5

.1

Quintana Roo

19

.2

.7

.5

.1

-.1

Tabasco

210

1.8

2.2

.4

1.4

-.4

Veracurz

971

8.4

3.7

-4.7

7.8

-.6

Yucatán

189

1.6

1.5

-.1

1.8

.2

Distrito Federal

429

3.7

31.0

27.3

14.0

10.3

     a Calculado multiplicando nivel de probreza para 1960 (Cuadro IX-10) por la población por entidad federal  (las partes nosuman el total porque se han redondeado).
     FUENTES:  Cuadro IX-10.  Cuadro X-1 y Apéndice K.
284                              EL CAMBIO SOCIAL 

los gastos de las agencias descentralizadas, así como los de las empresas mixtas, públicas y particulares.                                      
     El cuadro X-l se presta a varias observaciones interesantes. La región que recibió el mayor porcentaje de las inversiones federales en relación a su población fue el Distrito Federal. Éste sobrepasó con mucho a todas las otras regiones e identidades federales durante el periodo de 1959 a 1963, habiendo recibido el 31 % de las inversiones para el 14 % de la población de México. Esta cantidad era 16.3 % mayor en relación a la población de lo que recibió la región del Norte (Columna C); el Norte fue el competidor que más se aproximó al Distrito Federal en fondos de inversión. El Norte recibió 16.5 % de las inversiones, y, como el Sur, mostró un equilibrio entre el porcentaje de las inversiones y la población. La región geosocial más pobre, el Sur, recibió más inversiones federales que la región Centro-Oeste de México, la que le sigue en pobreza. Aparentemente el gobierno decidió hacer algo por la pobre región del Sur, pero su acción quedó limitada en relación con el desarrollo de otras regiones. La región olvidada por López Mateos fue la Centro-Este. Puebla recibió la cantidad asombrosamente baja del 1 % de las inversiones, para 5.7 % de la población de México: una diferencia del 4.7 %. En contraste. Quintana Roo recibió .7 % de las inversiones para una población del .1 % de la población total, en un intento por abrir una zona despoblada. El gobierno esperaba atraer una inmigración de los estados centrales excedidos de población, pero una inversión escasa no podía pagar altos dividendos. En pocas palabras, el Distrito Federal absorbió las inversiones desproporcionadas a la población, dejando al resto del país con graves problemas de desarrollo (con excepción de Sinaloa y Chihuahua).
     Podremos examinar también las inversiones federales de 1959 a 1963 en cómo afectaron el número de características de pobreza que quedaban en 1960. Previamente hemos examinado el nivel de pobreza de cada entidad federal y región (cuadro IX-10), pero, como cada zona varía en tamaño, tenemos que señalar las zonas de más alto nivel de pobreza en relación con la pobreza total de México. El cuadro X-2 nos indicó el número de características de pobreza conforme fueron distribuidas despues de cinco décadas de Revolución. Por ejemplo, según se puede ver en el cuadro IX-10, las características de pobreza en el Distrito Federal llegaron al 8.8 % en 1960, y según el cuadro X-2 había cerca de 429 mil características de pobreza, o sea el 3.7 % de todas esas características de la República en 1960. Sonora, que tenía un nivel de pobreza del 22.2% en el cuadro IX-10, en el cuadro X-2 resulta con 174 000 características

POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    285

de pobreza, o sea el 1.5% de todas las características de pobreza de México.
     Según el cuadro X-2 él gobierno no prestó la atención debida a varios de los estados más pobres. Veracruz tuvo el mayor número de características de pobreza en 1960 (columnas A y B), y también el mayor porcentaje de poófacíon de México (columna. E}; sin cmbargo, Veracruz recibió solamente el 3.7 % de las inversiones federales de 1959 a 1963 (Columna C). Pero esta discrepancia no es tan grande si la comparamos con el problema de Puebla. Puebla, con el 7.5 % de las características de pobreza de México, tan sólo recibió el 1 % de las inversiones federales
en 1960, lo que constituye la relación negativa más grave entre la inversión y la pobreza (columna D),
      Por regiones, se destaca la situación de la zona Centro-Oeste, por haber tenido el 19.7 % de las características de pobreza del país después de 50 años de Revolución; no obstante esa región recibió solamente una inversión federal del 8.1 %, igual que el estado de Sinaloa que tenía sólo el 2.5 % de las características de pobreza. A la región Centro-Oeste le fue mejor que a la del Centro-Este en la adquisición de fondos; sin embargo, como lo indica la columna D, la zona Centro-Este recibió la menor cantidad de fondos en relación con la población: una diferencia de 13.9 %. En contraste, la región Sur recibió solamente el 6.4 % menos de lo que debió recibir si las poblaciones y Jas inversiones hubieran estado equilibradas. El Norte y el Oeste (en especial Colima) tuvieron una relación positiva de pobreza e inversión, pero de nuevo el Distrito Federal, con el 3.7 de las características de pobreza y el 31 % de las inversiones, salió ganancioso con una diferencia del 27.3 %. Esta relación es aún más notoria que la diferencia positiva del 17 % de las inversiones por poblaciones que aparece en el cuadro X-l.
     Al analizar las inversiones federales de 1959 a 1963, el cuadro X-2 hace resaltar los problemas a los cuales se enfrentan los estados pobres, como Oaxaca, así como las ventajas de que goza un estado rico, como Baja California. Oaxaca, con el 5 % de la población de la república y con el 7.8 % de las características de pobreza, no solamente recibió cerca de tres veces menos de las inversiones relacionadas-con la población que tuvo Baja California (con el 1.5 % de la población y el .8 % de las características de pobreza), sino que tampoco gozó del estímulo de las actividades fronterizas del Norte, de que Baja California pudo ufanarse. Al gobierno del estado de Oaxaca, siempre pobre en comparación con el gobierno federal, le tocó enfrentarse a todas las responsabilidades del desarrollo social y económico.
     Como no poseemos el total de los datos de las inversiones de capital

 

286                              EL CAMBIO SOCIAL

federal por estado antes de 1959, nos vemos obligados a usar una pauta diferente para establecer el equilibrio regional de los gastos hechos antes del periodo de López Mateos. El cuadro X-3 nos representa los gastos federales acumulativos para el riego y recursos de agua por región, de 1926 a 1958. Este cuadro contiene los gastos totales de la Comisión Nacional de Irrigación hasta 1946 y los de la Secretaría de Recursos Hidráulicos desde 1947, con algunas excepciones, según se indica. De los 5 152 521 000 pesos gastados en más de 30 años, el 62.4 % fue asignado a los grandes programas de riego, y el resto fue empleado en las obras de las comisiones de control de aguas dentro y entre los estados. Estas comisiones han patrocinado el desarrollo económico, así como han estimulado el cambio social. Seis comisiones trabajaron de 1947 a 1958.
     Conforme a esos datos, es evidente que los gastos se han concentrado

CUADRO X-3. Desembolsos federales en riego y recursos hidráulicos
por región, 1926-1958 a    
               


Entidades federales

Porcentaje

TOTAL MÉXICO

100.0

Norte

36.9

Baja California

8.5

Chihuahua

2.6

Coahuila

*.3b

Nuevo León

*.3b

Sonora

13.2

Tamaulipas

12.0

Occidente

21.6

Aguascalientes

.2

Baja Calif. Terr.

-

Colima

-

Durango

2.4

Jalisco

3.1

Nayarit

1.2

Sinaloa

14.7

Centro-Oeste

9.4

Guanajuato

2.5

México

.2

Michoacán

6.7

Morelos

-

 

 

POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    287

CUADRO X-3. (Conclusión)

Entidades federales

Porcentaje

Centro-Este

7.6

Hidalgo

.9

Puebla

*5.6c

Querétaro

.3

San Luis Potosí

.1

Tlaxcala

-

Zacatecas

.7

Sur

11.3

Chiapas

*.4d

Guerrero

.3

Oaxaca

*10.6c

Golfo

8.9

Campeche

-

Quintana Roo

-

Tabasco

*.2d

Veracruz

*8.7c

Yucatán

-

Distrito Federal

4.3

a El total de los desembolsos actuales de 1926 a 1958 inclusive fue de 5 152 521 000 pesos. Esta cantidad incluye d fínandamiento de los grandes proyectos de riego y el de las siguientes comisiones de recursos hidráulicos: Valle de México, Papaloapan, Tepalcatepec, Grijalva, Fuerte y Yaqui. De estas afras quedaron excluidos los pequeños proyectos de riego, la ingeniería sanitaria y los estudios de las comisiones.
b Cantidad dividida equitativamente entre dos estados por el autor ya que la fuente no está dará.
c Cantidad dividida entre tres estados (Puebla, 11.9; Oaxaca, 49.5; Veracruz 38.6) con base en la partidpadón en el área del Papaloapan de la Comisión Jurisdicdonal. Véase Cline, México, Revolution to Evolutíon: 1940-1960, p. 75.
d Véase Nota b arriba.
FUENTE: México, Secretaría de Recursos Hidráulicos, Informe..., 1958-1959.

en pocas regiones. El Norte ha ganado gran parte de su riqueza por haber recibido cerca del 37 % de todos los fondos federales para el control de aguas hasta el año de 1958. En contraste, la región Centro-Este recibió solamente el 7.6 %. Y la región del Golfo, que abarca cinco estados, recibio el 8.9 %, siendo Veracruz el estado al que tocaron casi todos los fondos. Desde luego, el árido Norte tenía más necesidad de fondos para

 

288                              EL CAMBIO SOCIAL

riego que los estados del Golfo, pero éstos tenían gran necesidad de fondos para. contener las inundaciones. Aunque encauzar las aguas del rio Papaloapan fue un paso en la ayuda a los estados húmedos, Tabasco, por ejemplo, no obtuvo ningún beneficio de esta obra de desarrollo en Veracruz. (La Comisión del Grijalva y del Usumacinta en la actualidad está empezando a remediar este olvido de Tabasco.) Los estados que no recibieron fondos para recursos de aguas de 1926 a 1958 incluyen a los siguientes: Colima, el Territorio de Baja California, Morelos, Tlaxala, Campeche, Quintana Roo y Yucatán. Debido al número de pequeñas propiedades ejidales antieconómicas en gran parte de México, fácil es comprender que el gobierno hubiese asignado fondos al Norte, especcialmente después de que en el extranjero se hicieron alarmantes pronóstieos de que México pasaría hambres conforme su población fuera creciendo durante las décadas de 1940 y 1950. La falta de recursos de México impidió el desarrollo rápido en todas las regiones con excepción del Norte, y en grado menor del Oeste. Conforme la acción del gobierno fue extendiéndose en la década de 1960 le fue posible desarrollar los recursos hidráulicos en varias de las zonas más pobres a la vez; si la Revolución ha de lograr un desarrollo equilibrado, tendrá que empezar a gastar fondos en donde los resultados pueden ser escasos.
     Hay problemas difíciles al tratar de desarrollar regiones donde hay un exceso de población y donde prevalece el minifundio y las inversiones no ganan en producüvidad. Al gobierno le es imposible hacer una nueva redistribución de la tierra que fue adjudicada a los campesinos en nombre de la Revolución, aun cuando se fuera a distribuir esa tierra como minifundio, puesto que la redistribución destruiría uno de los principales ideales de la Revolución. Por lo tanto, no hay duda de que el gobiemo ha invertido fondos en regiones donde hay probabilidades de una mejora social y económica basándose en la teoría de que la migración interna resolverá algunos de los problemas de la pobreza cuando la gente se mude de una zona pobre a las regiones que les brinden oportunidades. Sin embargo, como en general es la gente con imaginación la que emigra, se ha creado un proceso de selección por medio del cual las zonas más pobres quedan privadas de las mismas personas que a la larga podrían haber logrado cambiar los niveles de pobreza:
     Aunque la revolución equilibrada en términos geográficos obviamente no fue estimulada por las inversiones del gobierno entre 1959 y 1963, al parecer López Mateos tenía la esperanza de que las actividades particulares redujeran de alguna manera el desequilibrio regional, social y económico. Esta política se basó en la concesión de reducciones en impuestos a las compañías que se establecieran fuera de las zonas suma-

POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    289

mente desarrolladas, como él Distrito Federal. Si esta política contradictoria de inversiones federales y privadas llega a ser eficaz, es algo que queda por ver. Mientras el gobierno descuide el desarrollo de la infraestructura en las regiones más pobres, contribuyendo de esa manera al desequilibrio regional, habrá muy poca probabilidad de que una gran parte de la industria privada opte por establecerse lejos de los centros desarrollados.
     La falta de un equilibrio geográfico en los gastos federales durante la Revolución Mexicana se ha manifestado en lo social del modo mas grave en el hecho de que más del 40 % de la población de México ha seguido viviendo en comunidades rurales aisladas. Una de las manifestaciones del desequilibrio económico ha sido la escasa contribución del sector agrícola de la sociedad al Producto Nacional Bruto. Los problemas del desequilibrio social y del económico han sido presentados en los cuadros VIII-11 y IX-4, respectivamente. Y tal vez lleguemos a comprender mejor la falta de dicho equilibrio si examinamos los gastos reales del presupuesto en varias de las categorías (agricultura, riego, reforma agraria) relacionándolas con los gastos de cada persona que trabaja en la agricultura, según el cuadro X-4. Éste es sólo un análisis parcial debido a que no hemos tomado en cuenta factores como el de la construcción de caminos que den acceso a los mercados de esas regiones. En el mejor de los casos, ésta es una manera cruda de calificar la política de gobierno en relación con el segmento de población rural que ha vivido en estado de pobreza en la historia de México. Los datos del censo sobre el número de personas que se dedican a la agricultura se limitan a los seis años del censo que no necesariamente son representativos de las cantidades de pesos que se gastan anualmente; no obstante, esos datos son representativos de los cambios de la política presupuestaria. Como no poseemos datos sobre los gastos federales por entidad, el análisis se limita a las pautas de México en su totalidad.
     A pesar del aumento de los gastos por trabajador agrícola, el porcentaje del presupuesto para el sector agrícola no ha sido muy grande. Históricamente esto corrobora los datos que se presentan en los cuadros X-l y X-2 para los años de 1959 a 1963. Aquí vemos que el mayor porcentaje de la población es el que ha recibido la menor consideración de la Revolución. Económicamente esto podrá ser saludable, pero no es una revolución que se haya hecho en nombre de las masas. El alto porcentaje del presupuesto federal dedicado a los problemas del campo estuvo mucho más orientado hacia las personas que hacia lo material en 1940 bajo el régimen de Cárdenas, que en 1950 bajo el régimen de Alemán. Cárdenas favoreció la distribución de tierras; Alemán, las inversiones y el riego.

 

299                              EL CAMBIO SOCIAL

     El significado de la política agraria de la Revolución mexicana ha sido examinado recientemente de manera nueva por el profesor Clark W. Reynolds, quien hace ver que la tendencia a la urbanización llegó a su punto más bajo en la década de 1930 debido a que Cárdenas dio a los trabajadores del campo la esperanza de llegar a beneficiarse con la distribución de las tierras. Con la relativa lentitud de la distribución de la tierra durante las décadas de 1940 y 1950, la población rural empezó a emigrar a las áreas urbanas (como se puede ver en el cuadro IX-4). El profesor Reynolds señala que la manera como se efectuó la urbanización durante el periodo anterior a 1940 fue benéfica para la Revolución, de manera irónica, porque evitó un exceso de la mano de obra urbana durante la década de 1930 cuando la industrialización principiaba a crecer, y desde 1940 esa inmigración a la ciudad ha sido una fuente de mano de obra con posibilidades de asimilación en los mercados en proceso de expansión, sin causar una baja de los salarios. En pocas palabras, durante el siglo xx México no ha tenido una gran masa urbana que complique los problemas del desarrollo. Y así, los diferentes programas de distribución de tierras en aras de una revolución social y económica han tenido éxito por la razón misma por la que sus detractores los han juzgado como fracasos. Ésta es una nueva evaluación de los procesos de la Revolución Mexicana que seguramente requerirá que sean revisados los postulados de la reforma agraria.1

CUADRO X-4. Distribución de desembolsos federales a en agricultura por
trabajador rural, 1910-1960

Año

Porcentaje del presupuesto

Pesos por trabajador b

Pesos per capita de población rural b

1910

3.3

4.7

1.6

1921

4.1

8.0

2.8

1930

8.5

23.4

7.7

1940

11.4

53.2

16.0

1950

10.0

71.8

23.4

1960

5.9

91.1

32.5

     a Incluye gastos reales para las secretarias de Agricultura y Recursos Hidráulicos el Departamento de Asuntos Agrarios, y el de Crédito Agrícola.               
     b En pesos per capita de 1950.
     FUENTES: Véanse Cuadros I-8, VI-2, VI-4, VI-10, VIII-5 y IX-4.

     1 Clark W. Reynolds, La economía mexicana: su estructura y crecimiento en el siglo XX (México, Fondo de Cultura Económica, 1973).

POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    291

     Algunas observaciones adicionales sobre el cuadro X-4 vienen al caso en vista de lo que se ha discutido arriba. Como los gastos, hablando cualitativamente, han dejado de beneficiar a la gente con objeto de estimular la producción agrícola, tenemos aquí una razón importante de por qué la Revolución ha sido declarada muerta por muchos investigadores; un estudio minucioso de las asignaciones de fondos del gobierno nos muestra por qué han llegado a esa conclusión subjetiva. Aunque la asignación de fondos ha aumentado, el efecto que el gobierno ha causado sobre la población rural ha disminuido en porcentaje. En realidad, en gastos por trabajador agrícola, el periodo de la revolución económica fue una gran ayuda para la gente del campo. Sin embargo, como lo muestran los cuadros X-l y X-2, el gobierno ha invertido con espíritu selectivo en algunas regiones. Esta pauta de gastos ha influido sobre el hecho de que las contribuciones per capita de la agricultura al Producto Nacional Bruto hayan permanecido menores a la mitad del promedio nacional (véase cuadro VIII-11). Sin embargo, la interpretación hecha por el profesor Reynolds de la reforma agraria sugiere que el éxito o fracaso social de la Revolución Mexicana no podrá juzgarse por la política agraria o por los gastos per capita para los que se dedican a la agricultura. De cualquier manera, como no poseemos los datos necesarios para examinar los gastos per capita por estados y regiones, habrá necesidad de emprender un tipo de análisis diferente.

DISMINUCIÓN DEL ÍNDICE DE POBREZA

Al relacionar los gastos federales con la disminución en el Índice de Pobreza, con la suposición de que la política del gobierno produce el clima en el cual funcionará el sector privado, concepto que ya hemos discutido, es importante hacer una nueva aclaración. Como lo que nos interesa es el efecto de la ideología en cada periodo de la Revolución, es nuestro propósito establecer una relación entre las revoluciones política, social y económica, y el análisis del cambio social. Este método utiliza los gastos federales para caracterizar la ideología, no para calcular el costo del cambio social para las masas. Un factor que determina el ambiente político en cualquier tiempo dado en México es la tendencia con que se gasta el presupuesto, como hemos visto. No es la manera específica de hacer los gastos —sociales, económicos, administrativos— lo que reduce el Índice de Pobreza. Y en efecto, sería muy injusto atribuir una baja de las características de pobreza del Índice únicamente a los gastos en lo social, porque los principios de la revolución económica postulan el concepto de que los gastos en pro de la economía a la larga favorecerán

 

CUADRO X-5. Disminución del Índice de Pobreza durante las épocas de
                   revolución política, Social, equilibrada  y económica

 

Política
1910

 

Política
1921

 

Social
1930

 

Social
1940

 

Económica
1950

 

Económica
1960

 

Integral
1970

Indice (1940=100)

123.7

 

115.4

 

108.7

 

100.0

 

85.7

 

72.0

 

53.9

Cambio de porcentaje

 

-6.7

 

-5.8

 

-8.0

 

-14.3

 

-16.0

 

-25.1

 

     FUENTE:  Véanse cuadros IX-9, IX-11 y cuadro 4, abajo

POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    293

más a las masas que los gastos directos en lo social. Como hemos visto antes, la discusión del cambio social per capita puede ser bastante informativa, pero queda muy limitada por la naturaleza de los datos así como por nuestro entendimiento de su significado. Vemos que al intentar una investigación de la distribución de fondos por trabajador rural no nos fue posible tomar en consideración o identificar todo lo gastado que pudiera afectar a ese trabajador. Como nuestro propósito es evitar esta clase de problema y el de relacionar el cambio social con la influencia total de la política de modernización, es preferible evitar el cálculo del costo del cambio social.
     Con objeto de llegar a establecer la relación que existe entre el cambio social y los diferentes periodos ideológicos de la Revolución Mexicana, el cuadro X-5 nos presenta la tasa de la baja del Índice de Pobreza. Esta baja indica, como hemos visto, que la revolución social no fue la principal causante del cambio social. El periodo de violencia de 1910 a 1921 no dio mejor vida a las masas, y la década de 1920 muestra pocos adelantos en comparación con otros periodos. Sólo desde 1940 alcanzó el cambio social para las masas una rapidez relativa, y aun así es dudoso que la proporción del 14 al 16 % pueda considerarse revolucionaria. Sin embargo, dada la naturaleza de la pobreza que ha existido en México desde hace siglos, la baja del Índice de Pobreza desde 1940 es muy impresionante. Y así, el nivel de las características de pobreza que han evitado o demorado la modernización ha disminuido significativamente. Y observando el modo de vida de México, las condiciones de privación social han retrocedido ante la modernización económica. Quienes aseguran que México necesita otra revolución violenta para elevar los bajos niveles de vida de las masas de una vez por todas, deberían notar que la guerra civil causó graves daños a la economía de México de 1910 a 1921, y que ha sido el desarrollo de la economía de México desde 1940 lo que al fin ha empezado a disminuir los niveles de pobreza. La revolución violenta pudo ser necesaria en 1910 para romper las normas tradicionales, pero una nueva violencia solamente serviría para desorganizar la naciente sociedad moderna.2 No existen soluciones fáciles para lograr el desarrollo social o el económico.

     2  Aunque estamos examinando la disminución del nivel del total de características de pobreza indiferenciada, debemos recordar que el índice de Pobreza puede ser examinado con otras cantidades, en que las proporciones de cambio por categoría de pobreza se mantienen para cada año del censo (véase el Apéndice H). La tasa de cambio en el otro índice revela que los estilos de vida de pobreza en términos individuales han disminuido con la misma norma desarrollada en el cuadro X-5. Los otros alternos, sin embargo, muestran un cambio social mayor en todos los periodos, especialmente durante la época de la revolución violenta. Aunque el cambio se ha calculado a la tasa de 12.2 % de 1910 a 1921 y de cerca del 9.5 % durante las décadas de 1920 y 1930, el cambio más significativo ha resultado después de 1940 siendo el porcentaje de la baja de pobreza el 16% en 1940 y el 17.5% en la década de  1950. Como el otro índice indica un cambio social mayor de 1910 a 1921 de lo que  hemos discutido, podría suponerse que la revolución violenta conduce a un inmediato cambio social para las masas. Aunque nosotros no estamos ni en favor ni en  contra de la revolución violenta (ni insistimos en que sea o no una etapa necesaria hacia un rápido cambio social), esos datos de los dos índices de cambio muestran que las mayores reducciones de la pobreza han ocurrido desde 1940, durante la era de la revolución económica.                                                      

 

CUADRO X-6. Aumento en Índice de producto interno bruto per capita por década
   (cifras de precios constantes de 1960)

 

1910

 

1920-1921

 

1930

 

1940

 

1950

 

1960

 

1970

Indice (1960=100)

37

 

38

 

46

 

57

 

77

 

100

 

143

Cambio de porcentaje

 

2.7

 

21.1

 

23.9

 

35.1

 

29.9

 

43.0

 

     FUENTE:  Calculado de Apéndice M y Apéndice K.

 

 

POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    295

EL CAMBIO ECONÓMICO

Recientemente Leopoldo Solís ha hecho un análisis estadístico de gran alcance sobre la economía de México desde 1900. Una medida concisa de las conclusiones de Solís podrá encontrarse en un índice preparado para estimar la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) per capita (cuadro X-6). El gran aumento del porcentaje de cambio ha ocurrido desde 1940. Este crecimiento llegó casi al paro, como era dé esperarse, durante la década de 1910. Inesperadamente, el aumento del PIB per capita se mantuvo constante durante la década de 1930 (en comparación con la década de 1920) cuando la depresión y la inquietud social aparentemente causaron estragos en la economía. Durante la década de 1940 la tasa del crecimiento económico fue casi 60 % más alta que la de las décadas de 1920 y 1930. Y aunque la tasa de cambio económico durante la década de 1950 decayó un poco, el índice alcanzó un nivel históricamente alto durante la década de 1960.
     Las normas del crecimiento económico en la década de 1950 se explican en la obra de Dwight S. Brothers y Leopoldo Solís de la manera siguiente: durante la década de 1950 el gobierno tuvo suficiente control sobre los gastos de menor prioridad y sobre el consumo para facilitar el  fínanciamiento adecuado de programas estructurales de grande escala, Estos controles evitaban, a la vez, las demandas excesivas que podrían alterar la estabilidad monetaria. Estos dos autores llegan a la conclusión que el rápido crecimiento económico de la década de 1960 se debe a la política de estabilización de la última parte de la década de 1950, que tanto se criticaron en esa época por haber restringido, supuestamente, el paso del desarrollo económico.3 Nosotros podemos agregar que las inversiones federales selectas, que salieron a luz durante la década de 1940, han sido causa importante en el desajuste antes citado del desarrollo social regional.                                                                  

 

     3 Dwight S. Brothers y Leopoldo Solís M., Mexican Financial Development [1940- 1960] (Austin: University of Texas Press, 1966), 141, 180.                         

296                              EL CAMBIO SOCIAL

COMPARACIÓN ENTRE LOS CAMBIOS SOCIAL Y ECONÓMICO

La modernización social —disminución del Índice de Pobreza— ha sido mucho más lenta que la modernización económica desde la década de 1930. El cuadro X-7 nos muestra la relación que existe entre las dos. E1 crecimiento económico quedó a la zaga del cambio social en proporción de 2 a 1 durante la guerra civil, habiendo aumentado a cerca del doble de la proporción del mejoramiento para las masas en la década de 1920. Durante el periodo de veinte años que abarca las décadas de 1930 y 1940, el crecimiento económico excedió al cambio social en proporción de 2.1 a 1, decayendo de 2 a 1 o menos en las décadas dé 1950 y 1960. Entonces, en conclusión no podemos inferir el monto del cambio social para las masas, de la tasa del crecimiento económico; aunque no

CUADRO X-7. Comparación entre la modernización social
  y la economía de la Revolución mexicana

Por ciento

Década
1910

Década 1920

Década 1930

Década 1940

Década 1950

Década 1960

(A) Índice de Pobreza

-6.7

-5.8

-8.0

-14.3

-16.0

-25.1

(B) Producto interno per capita bruto

+2.7

+21.1

+23.9

+35.1

+29.9

+43.0

(C) Razón B/A

.4/1

3.6/1

3.0/

2.5/1

1.9/1

1.7/1

     FUENTE: Véanse cuadros X-5 y X-6 y cuadro XIV.
sabemos si esta conclusión es válida para cualquier otra clase social aparte de la más pobre.
     Como la Revolución se ha organizado para beneficiar a las masas, ya sea directamente como en la revolución social, o indirectamente como en las revoluciones política y económica, y como la estructuración de la nación depende tanto de las mejoras sociales como de las económicas, nuestro análisis muestra que aparentemente los resultados de cada tí; de revolución han sido contradictorios con sus propias metas inmediata Es obvio que la revolución política nunca logró una democracia política, y que de 1910 a 1929 no contribuyó mucho a lograr sus metas secunda-
rías de mejoramiento social o económico. La revolución social produjo un cambio mayor en lo económico que en lo social, y no es de sorprender que para 1940 los mexicanos que no recibieron beneficios psicológi-

 

 

POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    397

cos o materiales de la distribución de tierras o del derecho de huelea estuviesen dispuestos a unirse a la oposición; obviamente, el cambio social en una decada de revolución social no había correspondido a la propaganda La revolución económica patrocinada por el gobierno no sólo alcanzó su meta primordial de cambio económico rápido, sino que estimululó una modernización social más rápida que ninguna otra dase de programa.
     La revolución social de Cárdenas no dañó al capitalismo (a pesar de

CUADRO X-8. Producción fabril, 1910-1945

                                           A. Índice (1929=100)


Año

Volumen

Valor

Año

Volumen

Valor

1910

69.1

43.5

1928

94.4

85.5

1911

65.3

42.7

1929

100.0

100.0

1912

53.0

33.2

1930

105.3

87.5

1913

61.4

39.9

1931

125.2

75.9

1914

45.8

34.0

1932

90.8

66.6

1915

54.9

44.0

1933

84.1

59.2

1916

50.5

42.4

1934

125.4

118.1

1917

46.0

40.7

1935

122.0

108.6

1918

43.7

64.8

1936

140.5

128.9

1919

55.3

66.4

1937

147.2

150.3

1920

53.6

63.4

1938

151.5

165.9

1921

52.7

53.5

1939

160.5

184.9

1922

71.8

57.9

1940

165.3

202.5

1923

81.5

76.7

1941

179.8

232.2

1924

85.6

91.1

1942

200.0

284.5

1925

87.6

89.0

1943

202.0

356.6

1926

99.4

97.4

1944

212.2

400.6

1927

90.1

84.3

1945

222.9

463.6

B.Cambio de porcentaje en el índice


Año

Volumen

Valor

1920-1925

63.4

40.4

1925-1930

20.2

-1.7

1930-1935

16.0

24.1

1935-1940

35.5

86.5

1940-1945

34.8

128.9

     FUENTE: Sanford A. Mosk, Industrial Revolution in Mexico (Berkeley: University of California Press, 1950), 120.

 

298                              EL CAMBIO SOCIAL

que el sector privado se suponía muerto de miedo ante su “comunismo”), y esto se muestra de manera indisputable en el cuadro X-8,) con datos de Sanford Mosk. Según Mosk la revolución industrial en México empezó en los primeros años de la década de 1940, pero las cantidades anuales que usa muestran que la base para una industrialización rápida ya había quedado establecida para 1940, cuando Cárdenas dejó el poder. Y en efecto, el volumen de la producción fabril tuvo un aumento tan rápido en la era de Cárdenas como en la época de Ávila Camacho.
      Sin embargo, el volumen de la producción durante los años siguientes quedó eclipsado por la gran alza de precios de los artículos manufacturados durante los primeros años de la década de 1940. No obstante, hemos de reconocer que el enorme aumento del volumen de producción durante la época de Cárdenas ocurrió cuando el capital norteamericano estaba retirándose de México.
     Es obvio que los inversionistas norteamericanos no habrían podido aportar todo el capital para el crecimiento económico durante el periodo de Cárdenas. Estos inversionistas sacaron su capital de México con más rapidez que de Europa, y después de 1929 a Europa se le cita comúnmente como ejemplo clásico de zona gravemente afectada por la pérdida de inversiones norteamericanas. El cuadro X-9 muestra que las inversiones norteamericanas en México disminuyeron a cerca de la mitad delo

CUADRO X-9. Índice de inversiones directas de
Estados Unidos en México y en Europa, 1929-1960

                                                (1929=100)


Año

México
Cantidada

México
Índice

Europa
Cantidad

Europa
Índice

1929

683

100

1 353

100

1936

480

70

1 259

93

1940

358

52

1 420

105

1950

415

61

1 733

128

1960

795

116

6 681

494

     a Millones de dólares no deflacionados.
     FUENTES: para México: U. S. Office of Business Economics, U. S. Investments in Foreign Countries (Washington: Govemment Printing Office, 1960), 92; Ibid., U.S. Investments in the Latín American Economy (Washington, D. C.: Govemment Printing Office, 1957), 112 y 180; Statistical Abstract of the United States, 1965, 858. Para  Europa: Igual que arriba y U. S. Bureau of Foreign ánd Domestic Commerce, American Direct Investments in Foreign Countries-1940 (Washington: Government Printing Office, 1942), 5.

POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    299

que habían sido de 1929 a 1940. Los problemas de México durante los primeros años de la década de 1930 sirvieron de estímulo a los mexicanos para desarrollar una sociedad industrial, con la esperanza de quedar libres de las crisis financieras internacionales. El monto de las inversiones norteamericanas en México fue sobrestimado en 1929, pero aun descontando ese factor, el efecto de la depresión sobre México fue muy considerable. Podemos señalar que la economía de México se recuperó rápidamente de la destrucción de la época de violencia, pero después de 1925 el crecimiento de la industria de transformación se detuvo considerablemente. En pocas palabras, si bien es cierto que la revolución económica, ideológicamente, no se puso en marcha sino después de 1940, la iniciación de la revolución industrial tuvo lugar en la época de la revolución social.
     Dada esta comparación de la relación entre lo social y lo económico, es evidente que el cambio social no ha ido a la par de la revolución económica. Y en efecto, podría plantearse la pregunta de si ha habido o no ha habido un rápido cambio social en favor de las masas durante
la Revolución Mexicana. La mayor disminución del nivel de pobreza en toda una década fue solamente del 16 %, y esto ocurrió durante la década de 1950. Antes de 1940 el cambio social no llegó ni siquiera al promedio del 1 % anual. Después de 50 años de revolución puede señalarse que el Índice de Pobreza ha disminuido en un promedio de 56.9 al 33.1. Si extrapolamos este cambio a razón del cambio social de la década de 1950 —16 % por década— encontramos que dentro de otros 50 años el Índice de Pobreza aún permanecería en un nivel relativamente alto, de cerca de 14. Y aunque la tasa de la disminución llegase al 2 % anual, el Índice aún sería alto marcando un nivel del 11%.
     Desde luego, esto no quiere decir que la Revolución haya fracasado o que fracasará (no conocemos la tasa a la que disminuirá en el futuro el Índice de Pobreza). Aparentemente el cambio social es mucho más lento que el económico. Es más fácil moldear las cosas que al ser humano. Dado el monto del cambio social antes de 1910, la tasa de cambio desde 1910 fue en efecto bastante rápida. Y tal vez convenga recordar a aquellos que abogan por un nuevo levantamiento violento en México las reflexiones de Lenin sobre el significado de “revolución”. Hablando en el cuarto aniversario de la Revolución rusa, Lenin se lamentó de que, aun para los comunistas, las revoluciones requieren tiempo:

     Llevados de una ola de entusiasmo, después de despertar en el pueblo un entusiasmo al principio político general y luego militar, calculábamos realizar directamente, sirviéndonos de ese entusiasmo, tareas económicas de la misma magnitud que las tareas políticas generales y las militares. Cal-


300                              EL CAMBIO SOCIAL

culábamos —o quizá sea mejor decir: suponíamos, sin haber calculado suficientemente—que con órdenes directas del estado proletario podríamos organizar al modo comunista, en un país de pequeños campesinos, la producción estatal y la distribución estatal de lo producido. La vida nos ha hecho ver nuestro error. Han sido necesarias diversas etapas transitorias —el capitalismo de Estado y el socialismo— para preparar el paso al comunismo con el largo trabajo de una serie de años. Esforzaos por construir al comienzo sólidos puentes que, en un país de pequeños campesinos, leven al socialismo a través del capitalismo de Estado, no basándoos directamente en el entusiasmo, sino en el interés personal, en la ventaja personal, en la autogestión financiera, valiéndoos del sistema engendrado por la gran revolución. De otro modo no os acercaréis al comunismo, no llevaréís a él a decenas y decenas de millones de hombres. Eso es lo que nos ha enseñado la vida, lo que nos ha enseñado el desarrollo objetivo de la revolución.4                                                       
     Los éxitos de la Revolución mexicana han sido suficientes para que el pensamiento marxista-leninista no haya clamado por un nuevo levantamineto violento, con excepción de un grupo aislado de miembros del Partido Comunista, Vicente Lombardo Toledano, líder laboral de Cárdenas, estuvo siempre a la vanguardia al poner al día e interpretar el marxismo en un lenguaje que permitiera a los marxistas mexicanos adoptar la teoría comunista según sus propios conceptos de cooperación con la familia de la Revolución Mexicana. La opinión de Lombardo se basaba en la etapa necesaria del triunfo del capitalismo en México, y como los capitalistas mexicanos han Sido escasos, los capitalistas extranjeros se han convertido en los imperialistas de la política o de la economía. El proletariado es el pueblo explotado de México en general, y la lucha de clases es el equivalente de la Liberación Nacional. Según Lombardo, una vez arrojados los imperialistas, la Liberación Nacional quedará en libertad para industrializar la nación naciente y borrar de una vez por todas el complejo de inferioridad económico y psicológico. Para los tiempos de crisis, como durante las décadas de 1930 y 1940 cuando los marxistas temían la amenaza fascista. Lombardo recomendó una alianza con el capitalismo nacional, en forma de un Frente Popular. Este Frente Popular vencería al enemigo y formaría un mundo de la posguerra en que el imperialismo extranjero quedaría impotente y podría atacarse al capitalismo nacional.5 No obstante que Lombardo se había retirado del partido

     4 Lenin, “Con motivo del cuarto aniversario de la Revolución de Octubre”, Obras Escogidas (Moscú: Ed. Moscú, 1966), III, 667.                                
     5 Vicente Lombardo Toledano, The C. T. A. L., the War, and the Postwar, tr. por O. I. Roche (México, n. p., 1945). Véase Lewis S. Feur, Marx and Engels; Basic Writings in Politics and Philosophy (Garden City; Doubleday, 1959), xix-xx para una discusión que capta lo esencial del marxismo en regiones subdesarrolladas.

POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    301

oficial y era jefe de su propio partido, el Partido Popular Socialista, era un miembro venerable de la Familia Revolucionaria. Lombarda reiteró su cooperación de posguerra con el partido oficial, al cual ayudó a reorganizar en 1938, basándose en la teoría de que México todavía no está maduro para una revolución proletaria, porque el capitalismo es todavía más débil en México que en Rusia en 1917. No obstante. Lombardo no podía explicar satisfactoriamente cómo Cuba ha llegado a tener una revolución marxista cuando estaba en peores condiciones de lo que estaba
México antes del triunfo de Castro.6 La posición de Lombardo Toledano lo envolvió en una lucha ideológica con el Partido Comunista Mexicano, el cual, según Lombardo, no podía ver hacia dónde se dirige realmente Moscú.
     Los temas de la revolución comunista se han vuelto tan complejos desde la muerte del stalinismo en la última parte de la década de 1950 que Pekín ha atacado la política de Moscú, la “coexistencia pacífica“, tildándola de abandono a la verdadera lucha y al destino del marxismo- leninismo de derrocar violentamente al capitalismo. Lombarda Toledano optó por seguir la senda de Moscú hacia el comunismo.7 Otro grupo de intelectuales marxistas mexicanos guiado por Carlos Fuentes ha roto con los marxistas mexicanos que insisten en que la revolución proletaria no sólo es necesaria, sino inminente. Este grupo afirma que lo complejo de los actuales problemas del desarrollo quita valor a la aplicación dogmatica de la terminología marxista del siglo xix en el siglo XX, pues es obvio que en México ha habido y sigue habiendo un gran cambio social bajo los auspicios de la Revolución.8  No hay duda de que ésta es muy compleja en sus programas así como en sus resultados, lo que se puede ilustrar más y ser examinado a la luz de varias deficiencias en la ideología de la política presupuestaria de la Revolución.

ACCIÓN PRESUPUESTARIA DEL GOBIERNO EN PRO
DEL CAMBIO SOCIAL

Para 1960 había una .verdadera necesidad de mejoramiento social más rápido de lo que había sido aun durante la década de 1950, la de mayor

     6 Wilkie y Monzón de Wilkie, México visto en el siglo XX., capítulo IV.
     7 Véase Vicente Lombardo Toledano, ¿Moscú o Pekín? la via mexicana hacia el socialismo (México, D. F.: Partido Popular Socialista, 1968).
     8 Carlos Fuentes, Entrevistas de Historia Oral con James Wilkie y Edna Monzón de Wilkie, agosto 15, 1964; véase también Carlos Fuentes et al. [“Carta Abierta a Política”], Política, agosto 15, 1964, y “El dilema de México: revolución o retroceso; una nueva perspectiva para la izquierda nacional”. El Día, Septiembre 3, 1964.


 

302                              EL CAMBIO SOCIAL

cambio social en México. Conforme avanzaba la economía, los habitantes tenían que avanzar a la par, de lo contrario no sería posible la integración nacional que ha tratado de lograr la Revolución. No obstante que el mejoramiento social ha llegado en épocas de expansión de la economía, parece que el gobierno no le ha dado a ésta la debida importancia presupuestaria. Los gastos per capita para el cambio social han alcanzado el nivel más alto de todos los tiempos, pero han tenido mucho menos importancia que los desembolsos económicos y administrativos desde 1940. La disminución del Índice de Pobreza ha sido más rápida cuando se ha dado preferencia al desarrollo económico, pero no ha sido lo bastante rápida para dar una vida mejor a millones de mexicanos.

¿Cuánto tiempo esperarán? La propaganda no les dará sustento, ni empleos, ni educación.                                              
     La integración social de la nación mexicana depende en mucho no solamente de la eliminación del analfabetismo sino también del alza del nivel de la educación. Si López Mateos hubiese gastado en la educación el porcentaje que había prometido, podrían haberse empezado a satisfacer las necesidades educativas de México. En 1963 se habrían gastado realmente cerca de 51 pesos per capita en educación, en lugar de los 33.2 pesos per capita que se gastaron. Y no es que López Mateos no diera a la Secretaría de Educación los fondos que había prometido; más bien no dio a la educación el porcentaje que tenía en proyecto, y que la educación tanto necesita. En México no hay escuelas suficientes para atender a la población de alumnos de primaria, y la calidad de la educación pública deja mucho que desear. La educación secundaria y universitaria está reservada a una minoría pequeña. La Dirección General de Estadística de México calcula que en 1964 el analfabetismo había bajado al 28.9 % de la población mayor de seis años.9 pero la calidad de esa alfabedzación con frecuencia se ha puesto en tela de duda.10 Un escritor ha indicado, por ejemplo, que solamente el 15 % de quienes se inscriben en las escuelas primarias se gradúa.11 Y un periodista observa que sólo el 20 % de quienes se inscriben en la Universidad de México llega a recibirse.12 No obstante, en el año de 1964 cerca de 5 356 maestros que se graduaron no pudieron encontrar plazas para el año de 1965. Por eso, la Secretaría de Educación recomendó a las escuelas normales en 1964 “restringir la inscripción de acuerdo con las oportunidades que hubiera de

     9 México, Dirección General de Estadística, Revista de Estadística 27 (1964) 843-850.
     10 Véase, por ejemplo. Política, sept. 1. 1964.                                  
     11 Héctor Hugo del Cueto, “El pavoroso problema escolar en México”, Revista Nacional, dic. 1, 1964.                                                       
     12 Elena Poniatowska [“Entrevista con los doctores Guillermo Haro, Eli de Gortari y José F. Herrán”], Siempre, julio 1, 1964, ii.xx.

POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    303

conseguir empleo”. La determinación de la Secretaría de Educación se fundaba en la realidad: no faltaban maestros, pero del presupuesto federal no se había asignado el porcentaje necesario para la construcción de un número suficiente de aulas para dar educación primaria a todos.13
     El problema de la salud pública en México está intimamente relacionado con el de la educación. La medicina moderna ha reducido el alto nivel de mortalidad causado por las condiciones inadecuadas de sanidad e higiene, pero el problema básico de vivir en condiciones antihigiénicas persiste debido en gran parte a que a la mayoría nunca se le ha enseñado eficazmente cómo cuidar de los alimentos y cómo deshacerse de los desechos humanos. Si el gobierno asignase un subsidio creciente a la venta de fertilizantes comerciales, o si lo diera a los ejidatarios y a los pequeños agricultores, y a su vez emprendiera una campaña educativa para enseñarle a la gente el valor de la salud, pronto se notaría un alza de1 nivel de vida. Como están las cosas, el ejidatario no tiene para comprar los fertilizantes comerciales, viéndose obligado a utilizar “aguas negras” para sus siembras. El próximo gran avance del nivel de vida en México tendrá que estar relacionada con la salud y la higiene, pues la medicina curativa sólo puede aliviar las enfermedades graves causadas por la falta de normas elementales de higiene. Y como señaló un escritor refiéndose a los Estados Unidos, la revolución de la salubridad pública durante el periodo de 1900 a 1917 abrió las puertas a la plena productividad humana.14
     El bajo porcentaje de la población beneficiada por los programas federales de agua potable y de drenaje y alcantarillado de 1946 a 1963 se presenta en el cuadro X-10. Más gente ha recibido los beneficios del agua potable que los beneficios de la construcción de drenajes y alcantarillados modernos. Por ejemplo, la cifra de los beneficiados con agua potable en el sur es el triple que la de los beneficiados por el drenaje y alcantarillado. Esta proporción es normal en todas las regiones, excepto en el norte y el oeste. Debe observarse que en México el término "agua potable” en general no significa lo mismo que en los países altamente desarrollados. En México se dice que goza de agua potable una aldea con varios grifos para el servicio de toda la comunidad. Y como dicha instalación no recibe el mantenimiento adecuado, pronto puede descomponerse, problema que también afecta a muchos de los sistemas de drenaje y alcantarillado. Si toda la gente que pierde tantas horas acarreando agua de los gritos a sus hogares quedara liberada de esta tarea para dedicar

     13 El Día, dic. 11, 1964.
     14 Selma J. Mushkin, “Health as an Investment”, en “Investment in Human Seings”. ed. por T. W. Schultz, Joumal of Political Economy, 70 (oct. 1962) Parte 2.

 

  1. 304                                             EL CAMBIO SOCIAL

CUADRO X-10.  Población que en 1960 quedó afectado por los programas federales de agua
 potable y constucción de drenaje y alcantarillado 1946-1963 (se excluye el Distrito Federal)


Entidad federal

Porcentaje beneficiado
con agua potable

Porcentaje beneficiado
con drenaje y alcantarillado

TOTAL MÉXICO

40.4a

20.1 a

Norte

56.4 b

44.8 b

Baja Calif.

71.0

71.0

Chihuahua

56.8

36.5

Coahuila

46.0

22.4

Nuevo León

71.0

63.8

Sonora

41.7

32.5

Tamaulipas

51.9

42.4

Oeste

49.1 b

24.0 b

Aguascalientes

69.0

56.3

Baja Calif. Terr.

40.8

36.3

Colima

72.5

26.5

Durango

34.0

13.5

Jalisco

53.2

3.0

Nayarit

41.1

15.8

Sinaloa

33.0

16.8

Centro-Oeste

36.1 b

10.2 b

Guanajuato

40.7

26.0

México

25.8

8.7

Michoacán

31.8

6.1

Morelos

46.3

-

Centro-Este

31.1 b

10.4 b

Hidalgo

33.3

4.7

Puebla

27.5

2.8

Querétaro

31.8

20.8

San Luis Potosí

29.1

18.0

Tlaxcala

36.6

6.1

Zacatecas

28.0

9.7

Sur

21.8 b

7.4 b

Chiapas

23.3

14.2

Guerrero

20.7

5.3

Oaxaca

21.4

2.8

Golfo

34.6 b

12.4 b

Campeche

28.3

-

Quintana Roo

37.8

-

Tabasco

26.5

16.6

Veracurz

34.1

17.7

Yucatán

46.2

27.8

     a Promedio para 81 entidades, «in tomar en cuenta tamaño.
     b Promedio para el número de entidades en región, sin tomar en cuenta tamaño.
     FUENTE: México, Secretaria de Recursos Hidráulicos, Áfua potable y alcantarillados.., 1946-1963, México, Talleres Gráficos de la Nación, 1964.

POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    305

ese tiempo a labores productivas, los bajos niveles de vida podrían subir notablemente. Por desgracia, la población de las regiones más pobres no ha tenido ningún grifo y el problema del trabajo productivo se ha convertido en el problema sanitario del pueblo. En 1963 más de la mitad de la población de la mayor parte de las entidades federales no había sido beneficiada con agua potable, y las cifras de la población no afectada por la construcción de drenajes y alcantarillados modernos fueron mucho mayores. Como los gobiernos estatales y locales han hecho poco por remediar esta situación fuera de las grandes poblaciones, es el gobierno federal el que tiene casi toda la responsabilidad de este descuidado aspecto del desarrollo social. Y aunque el gobierno se enfrenta a muchas decisiones difíciles al asignar fondos para obras de urgencia, este autor se atreve a aconsejar que a estas alturas de la Revolución Mexicana se dé preferencia a los fondos para la ingeniería sanitaria.
      México no necesita ni debe sacrificar el desarrollo económico en aras de los gastos sociales. Sin embargo, a menos que la ideología de la revolución equilibrada pueda demostrar con razones fehacientes que hay necesidad de mantener un alto costo administrativo, parece que el equilibrio que la Revolución mexicana debe buscar no está en los gastos administrativos, económicos y sociales, sino en los gastos sociales y económicos.
     El gobierno de México ha tenido a su disposición un presupuesto cada vez mayor con el cual desarrollar el crecimiento social y económico. El cuadro X-ll nos ofrece un aspecto de las operaciones gubernamentales en expansión en ¿pocas de ideologías política, social y económica.
     El presupuesto ha aumentado de una manera sorprendente desde los primeros años de la década de 1940, pero lo mismo le ha ocurrido a la población. El promedio de pesos ejercidos per capita nos da una buena idea de cómo se han expandido los presupuestos. Durante el periodo de 1910 a 1920 el gobierno federal tenía solamente 27.3 pesos per capita para trabajar. Y durante la decada de 1920 esta cifra se duplicó, y en la

 

 

 

 

 

 

306                              EL CAMBIO SOCIAL

de 1930 los pesos per capita llegaron a 69.1. Para 1940 el promedio anual que el gobierno realmente gastaba era de 112.5 pesos per capita. Durante la década de 1950 esta cantidad llegó a 175.6 pesos, hasta alcanzar 321.8 en la década de 1960.                                               

CUADRO X-11. Promedio de gastos ejercidos del presupuesto
 federal pordécadas en pesos per capita de 1950   
            


Década

Promedio

1910’s

27.3

1920’s

58.2

1930’s

69.1

1940’s

112.5

1950’s

175.6

1960’s

321.8

     FUENTE: Véase cuadro 1-9 y cuadro 1, abajo.

     A pesar de los recursos incomparablemente mayores de los presupuestos durante la década de 1950, la ideología de la revolución económica no pudo mantener la tasa del crecimiento económico de la década de 1940. La disminución del Índice de Pobreza continuó, aunque tal vez no tan de prisa como era de esperar de una acción gubernamental en proceso de expansión. Podemos suponer que una vez que la economía llega a cierto nivel, es más costoso mantener el aumento del porcentaje, especialínente cuando el desarrollo de un mercado interno no se ha mantenido a la par de la producción económica, como Sanford Mosk lo advirtió en 1950.15 O podríamos también decir que la segunda Guerra Mundial fue un factor importante que estimuló la economía, y que al terminar la guerra se necesitaron más fondos gubernamentales para impulsar el cambio económico.
     Sería de esperar que las dependencias descentralizadas y mixtas, públicas y privadas, hubiesen desempeñado la función económica de ir liberando progresivamente al gobierno federal de grandes gastos directos en pro de la economía. Por ejemplo, la Nacional Financiera ha concertado cierto número de créditos y préstamos en el exterior, con fines económicos, con lo cual debieron quedar libres ciertos fondos del presupuesto federal para aumentar los gastos en pro de lo social. Sin embargo, esto no es más que una especulación, ya que no conocemos la relación que existe históricamente entre los gastos indirectos de dependencies tales

     15 Mosk, Industrial Revolution in México, capítulo 11.                  
   
POLÍTICA FEDERAL Y CAMBIO SOCIAL                    307

como la Nacional Financiera con los gastos directos del presupuesto. Acaso hayamos visto el principio de la planificación de la revolución equilibrada en los presupuestos de López Mateos porque los gastos indirectos liberaron ciertos fondos para propósitos sociales. Por otro lado, es posible que no haya habido tales razones para efectuar un cambio en los gastos.
     En sí la formulación del presupuesto presenta grandes dificultades para la programación del desarrollo social y económico en México. Desde la década de 1930 cada presidente ha hablado de racionalizar el desarrollo, pero dada la naturaleza de las proyecciones presupuestarias que son totalmente irrealizables, la programación gubernamental todavía no es muy factible. Los diputados del Congreso en realidad no representan a los distritos y por lo tanto no vigilan permanentemente la formulación del presupuesto, para ver que parte del dinero sea encauzado en beneficio de sus representados. En los Estados Unidos, el procedimiento de encauzar fondos para favorecer al estado de un representante, pese a que en ciertos casos pueda tener efectos indeseables, significa que los congresistas están al tanto de las disposiciones sobre el presupuesto. En contraste, el diputado en México representa en realidad a su partido, contentándose por lo tanto con que el presidente de México sea el que decida cómo debe asignarse el presupuesto. Y así vemos que no existe un estímulo para que el presidente y su secretario de Hacienda hagan proyecciones realistas del ingreso. No hay duda de que el realismo en el presupuesto proyectado no seria recibido con beneplácito porque entonces cada una de las agencias sabría de antemano cuánto podría llegar a gastar. El sistema actual da una gran flexibilidad al Poder Ejecutivo para determinar lo que deba hacer con los fondos excedentes. Si bien es cierto que algunas de las agencias poseen partidas presupuestarias con derecho a una ampliación automática, no obstante, por regla general el secretario de Hacienda tiene autoridad para determinar a cuánto debe ascender esta ampliación. De todas maneras, el presidente tiene poder para autorizar las transferencias de las partidas dentro del presupuesto, o bien puede obtener dicho poder del Congreso conforme lo vaya necesitando.
En 1964 el presidente no trató de obtener esta aprobación para asignar las ampliaciones del presupuesto casi hasta el fin del año fiscal. Un representante del Partido Acción Nacional, Guillermo Ruiz Vázquez, resumió la ironía de esta situación, diciendo:

     Sería realmente grave aprobar o rechazar una ampliación del presupuesto equivalente al 40% sobre el originalmente autorizado para este año fiscal... como ya faltan sólo 33 días para que termine 1964, se trata más

 

308                              EL CAMBIO SOCIAL

bien de una fendición de cuentas que de una autorización para ejercer el gasto público en un 40 %.16

     Las entradas fiscales federales han ido en aumento rápido, y el Apéndice F indica las fuentes de donde proceden los fondos federales en años seleccionados. Podemos ver que la procedencia de fondos para la ideología de la revolución política eran impuestos sobre la importación y la industria. Los partidarios de la revolución social subrayaron la tradicional política de impuestos tal vez debido a que la inquietud social imposibilitaba restructurar la tasación básica. Si Cárdenas en realidad tenía la intención de derrocar el capitalismo, es de suponer que habría intentado hacer un cambio en la procedencia de Jas entradas fiscales, alejándose de la tasación básica de impuestos de importación y exportación. La revolución económica hizo hincapié, en cambio, en los impuestos sobre la renta, que afectan tanto a la clase media como a la clase acaudalada. Y la revolución equilibrada, que intentó congraciarse con todo el mundo, se interesó en los préstamos internos para aumentar la capacidad de los gastos del Estado. Se puede ver que ninguno de estos impuestos ha recaído en realidad sobre las masas, con excepción del impuesto del timbre que para 1932 había perdido su importancia. Es seguro que los asalariados no pudieron ser afectados antes de 1963; López Mateos declaró que solamente el 2 % de la población pagó impuestos en 1962, aunque las reformas proyectadas harían subir esta proporción al 20 %.17
     Hemos tratado de examinar la política presupuestaria de México en relación con las metas sociales y económicas de la Revolución. Sí a veces ha parecido que hemos descuidado la situación histórica particular de alguna acción gubernamental, con objeto de establecer comparaciones, esperamos que la consideración histórica general de cada periodo haya minimizado tales efectos. Muy ardua es la tarea de analizar toda la Revolución, pero el examen de la política presupuestaria y de los cambios en las proporciones de pobreza ofrecen los que, esperamos, sean cabos útiles para la comprensión de un movimiento complejo. Éstos no son los únicos temas de la Revolución Mexicana, pero sí son temas importantes.

     16 El Día, nov. 28, 1964.    
     17 El Universal, dic. 12. 1962.

 

 

 

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