Mexico and the World
Vol. 8, No 1 (Winter 2003)
http://www.profmex.org/mexicoandtheworld/volume8/1winter03/indice_pobreza_parte1.html

IX. UN ÍNDICE DE POBREZA

EL PROPÓSITO de este capítulo es presentar un índice que nos permita hacer una comparación cuantitativa de los niveles de pobreza y la tasa del cambio social en cada entidad federal desde 1910. Establecemos aquí una definición de la pobreza por medio de un análisis de siete características que se incluyen en el Índice de Pobreza. Damos las estadísticas completas para cada una, pero la interpretación en detalle nos la reservamos para después de presentar el índice. Los análisis regionales se han emprendido con base en el Índice de Pobreza, con objeto de ofrecer una interpretación comprensible de los resultados sociales de la Revolución.

UNA DEFINICIÓN DE LA POBREZA                

La pobreza puede analizarse de muchas maneras y dentro de muchos contextos. En las naciones prósperas se podrá hablar de una pobreza intelectual y espiritual, agregada a una pobreza correspondiente a los ingresos que están por debajo de un nivel de vida fijado de modo arbitrario. En los países subdesarrollados resulta difícil hablar de esta clase de pobreza cuando una proporción grande de los habitantes, por ejemplo, no saben leer ni escribir, o hablar el mismo idioma, obtener los alimentos y la atención médica adecuados. Cuando hay individuos que viven en aldeas aisladas, mal vestidos y peor calzados, difícil es hablar de una pobreza intelectual y espiritual, porque la adversidad con que se tropieza día tras día es lo más importante que rige la existencia humana. Hay, sin duda, románticos que creen que la vida del campesino mexicano es idílica y que no debe ser alterada para buscar las dudosas ventajas de la civilización moderna, pero estas personas nunca han vivido en las regiones rurales de México. Todo revolucionario mexicano ha hablado de elevar el nivel de vida del pueblo. Ninguno ha propuesto dejar que las masas permanezcan estancadas en un paraíso agrícola tradicional en donde pueden tocar la guitarra, tomar pulque o tequila, y dormir la siesta oportunamente para no decepcionar a los turistas en busca del pintoresco Mexíco de Porfirio Díaz.                                                 
     Si México ha de convertirse en una nación moderna e integrada, el pueblo tendrá que mejorar su manera de vivir. El éxito de la Revolucion tendrá que evaluarse tanto en términos sociales como económicos. Es necesario señalar que este estudio no tiene como propósito proponer método alguno de cambio, ni siquiera sugerir que no pueda resultar una

235                                           


 

236                              EL CAMBIO SOCIAL                       

pobreza espiritual por causa del mejoramiento de la vida que hemos descrito. La pobreza que tratamos en este estudio ni siquiera puede empezar a compararse con la de un país desarrollado, porque implica privaciones básicas de las necesidades de vida más elementales.
     Las características de pobreza que liemos escogido para el Índice son las únicas del censo sobre niveles de vida que pueden seguirse con cierta continuidad histórica. De 1910 a 1940 los encargados del censo solamente registraron tres características que revelarían la posición social inmediata de las masas. Después de una década de revolución social, en 1os treintas, el censo de 1940 se concentró específicamente en cerciorarse de cuáles eran las condiciones sociales del pueblo. Por lo tanto, desde 1940 tenemos siete características con las cuales poder trabajar. En 1960, con el cambio a un interés renovado en las condiciones sociales de las masas, el gobierno de López Mateos incluyó en el censo un nuevo dato para medir directamente las normas alimentarias de la nación. Ésta indaga si una persona mayor de un año come con regularidad o no proteínas de origen no vegetal, como las que provienen de la carne, pescado, leche y huevos. Por supuesto que esta característica no podrá servir a nuestro propósito, ya que se necesitarán varios censos para verificar los cambios que tengan lugar, y lo que significa esta categoría.
     El análisis del cambio social durante el periodo de 1910-1960 se basa en la suposición de que todos los siete datos tomados en consideración representan grados relativos de una pauta anticuada de vida. Éstos abarcan respuestas de personas al censo diciendo, 1) ser analfabeta, 2) hablar solamente una lengua indígena, 3) vivir dentro de una comunidad de menos de 2500 habitantes, 4) andar descalzo, 5) usar guaraches, 6) comer habitualmente tortillas en lugar de pan de trigo, y 7) no disponer de drenaje. A todas estas características de pobreza se atribuye la misma importancia en el índice, porque, por ejemplo, ¿quién podría decirnos que el analfabetismo sea un problema mayor que el no hablar más que una lengua indígena? En cualquiera de los casos a un individuo se le niega el acceso a muchos de los beneficios de la cultura moderna.
     Para que no nos indignemos por considerar que las preguntas enumeradas arriba fueron basadas en normas propias de los Estados Unidos y de manera injustificada aplicadas a México, con el fin de corromper al país para que siga el sendero estadunidense, debemos tomar en cuenta
que los antropólogos mexicanos, por lo menos desde el año 1916, han intentado modernizar la sociedad mexicana, tratando a la vez de que se mantengan en pie los valores tradicionales de México. El notable antropólogo mexicano Manuel Gamio escribió que la lengua española debe
ser dirundida hasta en los lugares más recónditos de México, para poder

 

UN ÍNDICE DE POBREZA                         237

integrar a la nación, y que tanto la tortilla como el guarache deben ceder cierto terreno ante el progreso por el cual ha luchado el hombre para mejorar su salud y bienestar.1 Tres de los datos antes expuestos (4 al 6) se incluyeron en el censo de 1940, con la suposición de que un análisis
de la pobreza revelaría el número de indígenas de la población. Y como veremos, estas características no tuvieron tanto qué ver con la cultura indígena como con la cultura general de la pobreza,                     
     En los análisis de la pobreza tropezamos con algunos problemas y quizá debamos enumerar algunos de ellos antes de seguir adelante. Toda definición de pobreza debe ser un tanto abstracta, y pasar por encima de variaciones individuales. Sin embargo, es importante reconocer que aun cuando un individuo pueda mostrar una o más de las características del Índice de Pobreza y sin embargo no ser considerado como pobre por sus vecinos, la suma de las características de la pobreza tiene mucho que ver con el bienestar colectivo de la nación.
     Si tomamos los datos incluidos en el Índice de Pobreza como características que tienden a revelarnos la salud relativa de la sociedad en una época histórica dada, entonces el Índice tendrá sentido. Si consideramos esas características al nivel del individuo, entonces nos encontramos con contradicciones como las que señala Óscar Lewis en Tepoztlán [1951] (México, Joaquín Mortiz, 1968, cap. IX). Los cálculos estadísticos de Lewis de las normas de vida demostraban que comer tortillas estaba negatívamente relacionado con la posición económica, o sea, la gente de buena posición prefería el pan. Por otro lado, según el estudio de Lewis, usar zapatos no mostraba correlación con la riqueza sino con la edad, o sea que las personas de la vieja generación preferían andar descalzas o usar guaraches. No obstante, observemos que independientemente de cómo vivían los individuos en Tepoztlán en la década de 1940, cuando Lewis hizo sus investigaciones, para 1950 el censo demostró que en el estado de Morelos (en el cual se encuentra Tepoztlán), tuvo lugar una disminución notable del porcentaje de la población que habitualmente come tortillas y que anda descalza. La cifra anterior volvió a disminuir espectacularmente en 1960. El porcentaje de la población que usa guaraches aumentó un poco entre 1940 y 1950, antes de volver a quedar en 1960 un poco abajo de la cifra de 1940. Conforme vayamos discutiendo cada una de las características del Índice, tengamos presente la naturaleza

     1 Manuel Gamio, Forjando patria (México, D. F.: Editorial Porrúa, 1960, p. 182). Esta edición contiene un artículo publicado en América Indígena (Enero, 1945) sobre “Las características culturales y los censos indígenas” en donde se discuten las deficiencias en las costumbres tradicionales de vida. Véase también Hacia un México nuevo (México, D. F.: s. p. i., 1985), 31-52.                                       


238                              EL CAMBIO SOCIAL

colectiva del mismo, que está planeada para revelar el cambio social y no las condiciones individuales de la pobreza.

EL ANALFABETISMO

El papel del analfabetismo como factor importante en la cultura de la pobreza no necesita explicación, y podemos incluirlos desde el principio como problema básico que la Revolución ha tratado de resolver. La población que declaró ser analfabeta en los años del censo es presentada en el cuadro IX-1. Como la edad mínima estándar para considerar a los analfabetos fue de 10 años, de 1910 a 1930, y de seis años después, se han hecho algunas modificaciones en las cifras de los dos primeros censos con objeto de llegar a una cifra comparable. Todos los incluidos en el
grupo de seis a diez años en el censo de 1910 se han añadido al número de personas analfabetas; esto incluye contar dos veces a los niños de 10 años, lo que constituye un error mínimo. Aunque los niños de 10 años no fueron contados dos veces en 1921, los niños de cinco años han quedado incluidos en el recuento. La Dirección General de Estadística de México alteró el censo de 1930 con objeto de poder compararlo con los censos posteriores añadiendo a todas las personas del grupo de seis a nueve años al número de analfabetos. Entonces, habrá una pequeña diferencia al comparar los totales de 1910-1921 y de 1930-1960, pero esta diferencia no es grande, y nos da una imagen relativamente clara de los  problemas del analfabetismo en México.                            
     Los datos del cuadro IX-1 son históricamente bastante fidedignos porque las entidades federales que hoy tienen el porcentaje más elevado de analfabetismo dentro de la población, también lo tenían en 1910. Más del 40 % de la gente del Distrito Federal no sabía leer ni escribir en vísperas de la Revolución, y en 1960 este dato fue de 16.6 %. No hay necesidad de analizar todos estos datos porque hablan por sí mismos; pero es importante tomar en cuenta que aun cuando el porcentaje del analfabetismo ha disminuido considerablemente, la población analfabeta absoluta ha ido en aumento constante desde 1930. Para 1930 había más gente sin saber leer ni escribir en México que en 1910. La mayor disminución del analfabetismo en porcentaje ocurrió en la década 1940-1950.

LENGUA INDÍGENA

Para poder llegar a integrar la nación mexicana y eliminar la pobreza es menester que aquella parte de la población que habla solamente un

 

 

UN ÍNDICE DE POBREZA                         239

CUADRO IX-1.  El analfabetismo en México

      A. Total

 

1910

 

1921b

 

1930

 

1940

 

1950

 

1960

Númeroa

c

 

d

 

e

 

f

 

g

 

h

Porcentaje

76.9

 

71.2

 

66.6

 

58.0

 

42.5

 

37.8

Cambio en porcentaje

 

-7.4

 

-6.5

 

-12.9

 

-26.7

 

-11.1

 

B. Porcentaje en entidades federales


Aguascalientes

70.1

 

60.3

 

59.0

 

44.6

 

30.8

 

27.1

Baja California

*51.8

 

35.9

 

31.7

 

21.7

 

18.7

 

18.9

Baja Calif. Terr.

59.0

 

52.9

 

46.1

 

37.8

 

22.6

 

20.5

Campeche

64.9

 

65.1

 

62.1

 

50.0

 

37.7

 

31.9

Coahuila

64.2

 

57.5

 

52.5

 

38.0

 

25.5

 

19.6

Colima

61.1

 

59.3

 

53.1

 

41.9

 

32.4

 

31.4

Chiapas

89.2

 

86.3

 

81.3

 

78.8

 

63.9

 

60.7

Chihuahua

67.3

 

72.9

 

51.4

 

38.9

 

26.9

 

25.1

Distrito Federal

43.3

 

35.0

 

32.9

 

26.0

 

18.2

 

16.6

Durango

78.6

 

68.9

 

62.0

 

50.1

 

31.0

 

24.8

Guanajuato

82.9

 

80.3

 

76.2

 

71.2

 

54.3

 

48.9

Guerrero

90.2

 

84.4

 

84.5

 

80.8

 

66.5

 

62.8

Hidalgo

80.6

 

80.1

 

77.2

 

72.4

 

58.0

 

56.0

Jalisco

71.2

 

65.0

 

62.4

 

52.5

 

38.1

 

34.8

México

80.6

 

72.6

 

75.8

 

69.1

 

50.9

 

42.6

Michoacán

83.5

 

82.0

 

73.9

 

70.1

 

53.0

 

49.1

CUADRO IX-1.[conclusión]

 

Morelos

72.5

 

*70.01

 

67.7

 

55.9

 

40.4

 

39.2

Nayarit

74.5

 

65.2

 

62.9

 

51.0

 

37.3

 

34.1

Nuevo León

61.5

 

51.2

 

47.1

 

31.8

 

21.3

 

19.3

Oaxaca

88.8

 

85.9

 

82.6

 

79.8

 

61.2

 

59.1

Puebla

82.4

 

77.0

 

74.1

 

68.2

 

54.0

 

49.8

Querétaro

81.5

 

84.4

 

80.3

 

76.9

 

61.8

 

57.1

Quintana Roo

61.4

 

*57.41

 

54.5

 

45.9

 

37.0

 

35.5

San Luis Potosí

81.0

 

84.2

 

73.7

 

66.4

 

50.7

 

46.7

Sinaloa

75.2

 

68.7

 

63.4

 

52.0

 

41.6

 

34.0

Sonora

61.4

 

55.1

 

49.0

 

38.0

 

26.9

 

23.8

Taabasco

80.7

 

78.9

 

72.5

 

64.7

 

41.9

 

38.3

Tamaulipas

68.4

 

52.6

 

49.7

 

35.3

 

25.6

 

22.7

Tlaxcala

74.2

 

73.9

 

67.1

 

59.7

 

44.1

 

38.5

Veracruz

80.5

 

75.4

 

72.0

 

64.1

 

50.5

 

45.3

Yucatán

74.7

 

63.6

 

57.5

 

50.0

 

35.2

 

34.3

Zacatecas

77.3

 

73.6

 

66.4

 

58.9

 

40.5

 

36.3

     a Mayores de seis años de edad.
     b Mayores de cinco años de edad.
     c 9 964 697           d 8 812 995                e 9 017 540                f 9 411 075                g 8 942 399                h 10 573 163    i  Morelos ha sido ajustado al 70% porque el 61.9% del censo parecía demasiado bajo después de diez años de Guerra allí.  El ajuste es una aproximación debido a que en 1921 hubo pocas posibilidades de cambio, comparado con 1910.  La cifra del censo para Quintana Roo también es demasiado baja y ha sido ajustada.
     FUENTES: Para 1910; Anuario Estadistico, 1938, 42-49, Resumen del Censo, 1910, I, 15-28, 99, 108-431 y III, 5-27; para 1921:
Reusmen del Censo, 1930, 47 y volúmenes por entidad; para 1930:  México, Dirección General de Estadistica, Compendio Estadistico,
1953, 61-66, incluyendo nota de conversion; para 1940; Ibid., 1956-1957, 37-38; para 1950: Resumen del Censo, 1950, 82-83 (1.5% de la población no respondió a esta partida); para 1960: Anuario Estadístico, 1960-1961, 32-33. Cfr. Iturriaga, La estructura social, 165.

 

 

UN ÍNDICE DE POBREZA                         245

idioma indígena aprenda el español. La incapacidad de hablar español ha colocado a un gran número de personas en una posición desventajosa en la sociedad, porque limita su oportunidad de participar en el comercio y la cultura nacionales. El indígena que no sabe hablar el español un duda se encontrará incapacitado para defenderse de quienes quieran quitarle su tierra, con frecuencia será una víctima de abusos de agentes federales del estado y municipales y como no puede expresarse en la lengua oficial, sus recursos son muy limitados, especialmente porque le es muy difícil llevar su acusación al tribunal.
     Para los fines de esta investigación, tomamos a la población que habla solamente una lengua indígena, ya que quienes hablan el español y una lengua indígena se podrán considerar en el proceso de modernización, porque están más en contacto con el mundo moderno que aquellos que no hablan español. La población que solamente habla una lengua indígena aparece en el cuadro IX-2. Aquí encontramos dos problemas: en general los resultados de 1921 y 1950 no tienen sentido si los comparamos con los datos recogidos o preparados con bases más sólidas en 1910, 1930, 1940 y 1960. El error se cometió aparentemente con los resultados del censo de 1950 debido a que el Departamento de Estadística destinó algunos de sus fondos a cubrir gastos del partido oficial en la campana presidencial que se aproximaba.2 Si creemos en los datos de 1950, solamente los indígenas que no hablaban español disminuyeron como porcentaje de la población de Quintana Roo, por ejemplo, del 16.6 % en 1940 al 6.1 en 1950. para volver de nuevo al 15.1 en 1960.3 Con objeto de remediar esta discrepancia en el total nacional para 1950. el cambio habido en el número de personas de habla indígena se presume en proporción directa con la disminución del analfabetismo entre 1940 y 1960. De esta manera llegamos a la cifra del 4.9 % del total de la población que sólo habla una lengua indígena, en lugar del 3.7 % como muestra el censo para esta partida. Teóricamente, el aumento de la población pudo ocasionar un aumento relativamente pequeño de quienes solamente hablaban una lengua indígena en 1960, como sugirió en 1964 el director del Departamento de Estadística, Albino Zertuche. Sin embargo, la naturaleza de los cambios del número de personas que sólo hablaban una lengua indígena de 1940 a 1960 es una indicación de que el censo necesita un reajuste. Los cambios son demasiado bruscos en entidades federales como Quintana Roo para que puedan indicar un aumento de población.4

     2  Ramón Beteta, entrevistas con James Wilkie y Edna Monzón de Wilkie, dic. 17, 1964, México, D. F.
     3  Resumen del Censo, 1950, 82-8S.
     4  La declaración de Zertuche apareció en El Día, 4 de junio. 1964. Una confrontación del análisis del censo por entidad revela que los resultados dados en el Resumen del Censo son correctos y que no ha habido error aritmético.

 

      CUADRO IX-2.  Población que habla únicamente una lengua indígena
A. Total

 

1910

 

1921b

 

1930

 

1940

 

1950b

 

1960

Númeroa

c

 

d

 

e

 

f

 

g

 

h

Porcentaje

13.0

 

10.2

 

8.5

 

7.4

 

4.9

 

3.8

Cambio en porcentaje

 

-21.5

 

-16.7

 

-12.9

 

-33.8

 

-22.5

 

B. Porcentaje en entidades federales


Aguascalientes

-

 

-

 

-

 

-

 

-

 

-

Baja California

1.4

 

.9

 

.1

 

-

 

-

 

-

Baja Calif. Terr.

-

 

-

 

-

 

-

 

-

 

-

Campeche

32.6

 

27.2

 

22.6

 

16.3

 

10.0

 

6.0

Coahuila

.1

 

.1

 

-

 

-

 

-

 

-

Colima

-

 

-

 

-

 

-

 

-

 

-

Chiapas

27.4

 

23.9

 

20.2

 

21.3

 

17.0

 

15.5

Chihuahua

8.2

 

6.9

 

3.3

 

2.3

 

1.3

 

1.1

Distrito Federal

1.5

 

.4

 

-

 

-

 

-

 

-

Durango

.8

 

.7

 

.5

 

-

 

-

 

.2

Guanajuato

1.4

 

1.1

 

-

 

.1

 

-

 

-

Guerrero

20.4

 

19.6

 

14.8

 

14.0

 

11.3

 

10.0

Hidalgo

26.3

 

25.9

 

20.5

 

18.6

 

13.2

 

12.2

Jalisco

.3

 

.3

 

.2

 

-

 

-

 

.1

México

14.2

 

9.2

 

7.5

 

7.0

 

4.1

 

2.3

Michoacán

5.0

 

4.7

 

2.0

 

2.3

 

1.5

 

.8

 

Morelos

9.0

 

7.4

 

.9

 

2.0

 

.4

 

.2

Nayarit

7.5

 

3.5

 

.8

 

1.3

 

1.5

 

1.6

Nuevo León

-

 

-

 

-

 

-

 

-

 

-

Oaxaca

48.8

 

46.2

 

34.3

 

31.7

 

21.8

 

20.4

Puebla

17.1

 

17.6

 

18.2

 

14.8

 

9.8

 

8.0

Querétaro

7.1

 

6.0

 

2.9

 

2.0

 

1.6

 

1.5

Quintana Roo

*29.61

 

*24.71

 

20.5

 

16.6

 

15.4

 

15.1

San Luis Potosí

10.1

 

9.7

 

7.6

 

8.8

 

5.7

 

4.7

Sinaloa

2.1

 

1.4

 

.3

 

.3

 

.2

 

.1

Sonora

5.5

 

4.0

 

2.2

 

1.9

 

.8

 

.3

Taabasco

6.4

 

5.9

 

2.2

 

1.3

 

.7

 

.5

Tamaulipas

-

 

-

 

-

 

-

 

-

 

-

Tlaxcala

13.6

 

13.1

 

5.6

 

3.8

 

1.8

 

.8

Veracruz

17.5

 

14.5

 

10.1

 

9.1

 

6.4

 

5.1

Yucatán

58.9

 

45.4

 

33.7

 

27.4

 

16.3

 

12.6

Zacatecas

-

 

-

 

-

 

-

 

-

 

-

a mayores de cinco años.  En 1910 el total de la población fue clasificada por su lengua native.  Hemos quitado las edades hasta
de cincos años del total que habla un idioma indígena, suponiendo que los niños contados por hablar una lengua indígena integraban el misomo porcentaje del total de los que hablan lenguas indígenas, o sea el 13%.  Y así el 13% del grupo de menos de cinco años (2 633 168) nos da 342 312 que no deberían incluirse en el total de 1 960 306 de todas las edades que hablan lenguas indígenas.  Al restar 342 312 del ultimo total, y restando el grupo de menos de cinco años (2 633 168) del total de la población en 1910, obtenemos 1617 994 individuos que hablan lenguas indígenas de una población de 12 527 201 personas de más de cinco años. En el censo de 1910 no hubo posibilidad de incluir personas que hablaban las lenguas indígenas y el español, probablemente debido a que el número era insignificante, así que sólo tomamos en cuenta a los que hablaban la lengua indígena; en 1930 se hizo la distinción entre los que hablaban una lengua indígena y el español y los que hablaban solamente
la lengua indígena, y nosotros usamos de 193O en adelante la última designación.                                      
     b Derivados.    c 1 617 994   d 1 261 059   e 1 185 162   f 1 237 018   g 1 069 231    h 1 104 955             1 Los datos oficiales de Quintana Roo son demasiado bajos para 1910 (13%) y para 1921 (19.2%). Se ha hecho un ajuste que está en proporción con la afra para Campeche porque Campeche y Quintana Roo tuvieron porcentajes parecidos en 1930
     FUENTE: Para 1910: Anuario Estadístico, 1940, 68; para 1921: derivados; para 1930: Resumen del Censo, 1930, 122-123; para
1940: Whetten, Rural México, 582, y Compendio Estadístico, 1947, 25; para 1950; derivados; para 1960: Resumen del Censo,
1960, 651-652, 649.

  

248                              EL CAMBIO SOCIAL

     También el censo de 1921 necesita de una modificación en el porcentaje de las personas que sólo hablan una lengua indígena. No obstante que la revolución trastornó al país de 1910 a 1921, y que muchos indígenas aprendieron el español, la cifra que se da es demasiado baja para creerla, así que los datos para 1921 se han corregido de la misma manaera que para 1950.5                                                 
     En tanto que el analfabetismo siempre ha sido un factor signifícativo causante de un retraso en el desarrollo social de todas las entidades federales de México, el porcentaje de la población que habla solamente una lengua indígena se ha limitado en importancia a cerca de la mitad de las
divisiones políticas de la República. Oaxaca siempre ha tenido el mayor porcentaje de personas que hablan solamente una lengua indígena, casi la mitad de la población de más de cinco años para 1910, y cerca de la quinta parte de la población para 1960.

EL MÉXICO RURAL

Aquellas personas que viven en comunidades de población menor de 2 500 habitantes se han incluido en el índice de pobreza para mostrar el tradicional aislamiento relativo en que se encuentra el pueblo de México. Por ejemplo, si un individuo vive en el aislamiento de esos miles de comunidades de menos de 2500 habitantes, le será sumamente difícil obtener asistencia médica, careciendo de medios de comunicación, aun de las herramientas más esenciales, o de un mercado que le permita una remuneración equitativa a cambio de su trabajo. El censo considera el número de 2 500 como representativo de una población rural en México, pero esa cifra es demasiado baja; como cierta autoridad ha señalado, a las poblaciones de 10 mil habitantes a menudo se les clasifica como rurales según el uso del término que se hace en áreas desarrolladas.6 Por supuesto, debido a la geografía e historia de México, las comunidades que tienen menos de 2 500 habitantes, y aun menos de 10 mil, en general no gozan de las bien sabidas ventajas de la vida de las pequeñas poblaciónes en Estados Unidos, donde el hospital de la comunidad, el suministro de agua y las escuelas tienen a su servicio una excelente red de comunicaciones y los servicios de una ciudad cercana.
     En este estudio la diferencia entre la vida rural y la urbana no es de

     5  El censo dé 1921 da 5.7 % de la población que no habla español. Resumen del Censo, 1930, 122.
     6  Whetten, Rural México, capítulo 2.

UN ÍNDICE DE POBREZA                         249

tanta importancia como el examen de las oportunidades que tienen las masa rurales de tener acceso a la vida moderna.  Frank Tannenbaum, amigo de los campesinos de México, ha hecho las siguientes observaciones:
     Si México recapacitase, aceptaría a la industria mexicana como un suplemento de la economía agrícola, y el hincapié tendría que hacerse en la energía admirable y en las potencialidades cohesivas de la comunidad rural. Aprovecharía la comunidad al máximo y le daría vigor, poniendo a su alcance las especialidades y técnicas que la deuda moderna ha proporcionado a los lugares pequeños. Estoy convenddo de que México podrá alcanzar el mayor desarrollo económico y cultural solamente si adopta una política que esté en consonanda con su verdadero genio: la de enriquecer a la comunidad local. Todo plan destinado a destruir la vitalidad de la comunidad rural mexicana tendrá como consecuenda una tragedia y volverá a crear los tugurios de la industrializadón anterior, sin la promesa de un aumento en el producto que propordone empleos y sustento para los 50 ó 60 millones de habitantes que habrá que aumentar para fines del siglo...”7
     Las discutibles recomendaciones de Tannenbaum8 se basan en la pesimista opinión de que la población de México rebasará la producción de alimentos y su análisis de los problemas que afectan a los pueblos de México es de peso.
     Durante los años de 1931 a 1933, Tannebaum obtuvo la cooperación de la Secretaría de Educación Pública y la del Departamento de Estadística para hacer el análisis del acceso de los pueblos de México a la tecnología moderna. Él compiló datos descriptivos sobre 3 611 pueblos rúrales representativos de todos los estados y territorios, y de la mitad de todos los municipios de México. En 1930 estos pueblos tenían el 17 % de la población de México y el promedio de habitantes de cada uno era, de 520, comparado con el tamaño promedio de los pueblos, de 300 personas. Estos pueblos, más grandes que el promedio y que gozaban de mayores fuentes materiales, eran en realidad sumamente pobres. Cuando Tannenbaum publicó los resultados de su investigación en 1946, se dio cuenta de que, en sustancia, los pueblos de México-no habían cambiado desde el principio de su estudio, y de que para el México rural no cuenta el tiempo.9 Aunque el cambio ha llegado bastante de prisa a la parte

     7  Tannenbaum. México, The Struggle for Péace and Bread (Nueva York: Knopf, 1950), 245-246.                                           .       .
     8  Véase Manuel Germán Parra, La industríalización de México (México, Imprenta Universitaria, 1954).
     9  Frank Tannenbaum, “Technology and Race in México”, en L. W. Shannon (ed.), Underdeveloped Áreas (Nueva York: Harper, 1957), 160- 166.

250                              EL CAMBIO SOCIAL

rural de México desde 1940, el análisis de Tannenbaum a principios de la década de 1930 todavía es válido para demostrar la clase de privaciones que padecen los pueblos de México hoy día. Los porcentajes ya no son tan altos, pero persiste el problema básico. El cuadro IX-3 nos presenta datos de algunas de las muestras de Tannenbaum. Es indudable que la penetración de camiones y autobuses hasta el interior de México, así como la de radios de transistores y sistemas de altavoces para dirigirse al público, ha roto para siempre el silencio habitual del campo, pero México todavía está muy lejos de erradicar las condiciones primitivas de vida.                                                   

CUADRO IX-3.  El análisis del México rural por Tannenbaum

Pueblos sin

Porcentaje

Pueblos sin

Porcentaje

Tractores

96.5

Yerbero

72.6

Arados de acero

54.3

Sacerdote

93.7

Ferrocarril

93.1

Carpintero

49.9

Carggadores

54.2

Fontanero

96.3

Teléfonos

88.4

Sastre

89.3

Telégrafos

95.8

Zapatero

83.4

Corres

80.9

Hojalatero

90.1

Médico

97.8

Tejedor

84.2

Abogado

99.2

Alfarero

83.3

Ingeniero

98.9

Mercados

93.1

Boticario

97.0

Tiendas

51.0

Partera

85.4

Fonógrafos

41.5

     FUENTE: Tannenbaum, “Technology and Race in México”, cuadro 2-6.

     Gran parte de la población ha obtenido las ventajas que ofrecen los lugares grandes mudándose de sus pueblos a otros mayores para encontrar escuelas, o bien mejor escuela, electricidad, agua potable (ni aun en la ciudad de México tiene el agua una potabilidad segura), asistencia médica y las complejas normas de la vida moderna. El cuadro IX-4 nos muestra la disminución del número de personas que viven en aldeas de menos de 2500 habitantes, la cifra menor que con seguridad puede seguirse hacia el pasado.
     Es obvio que el México de la década de 1960 todavía es representantativo del México rural. El total de la población que vive en grupos menores de 2 500 habitantes es un poco menor del 50 % del total de los habitantes de la República. Solamente 13 de las entidades federales tienen un porcentaje menor que este promedio nacional. Éste es un cambio de cierta consideración desde 1930 cuando sólo cuatro entidades (Aguasca-

UN ÍNDICE DE POBREZA                         251

lientes, Baja California, Coahuila y el Distrito Federal) tenían menos de la mitad de su población viviendo en pueblos. Fue sólo después de 1940 cuando la tasa de disminución del porcentaje de la población que vive en pueblos de menos de 2 500 habitantes empezó a acelerar, especialmente después de 1950.
     La tendencia arriba mencionada en la decadencia de la vida pueblerina no quiere decir que todo México se haya vuelto más urbano, pues solamente una parte de la población está emigrando a las grandes ciudades.10 En cuanto a la emigración a una ciudad grande, se debe tomar en cuenta la posibilidad de una urbanización sin menoscabo social. Óscar Lewis ha seguido la pista de familias emigradas desde Tepoztlán, en el estado de Morolos, hasta la ciudad de México; Tepoztlán es una población de poco más de 2 500 habitantes (3 230 en 1940). Lewis ha descubierto que la vida familiar permanece tan unida como antes, que hay menos divorcios, menor número de niños abandonados, y menos desorganización personal en comparación con los procesos de urbanización de los Estados Unidos. Él atribuye este fenómeno al hecho de que la ciudad de México mantiene lazos de comunicación con las zonas rurales (no hay duda de que las visitas de uno a otro lado se repiten con frecuencia entre los parientes del campo y los de la ciudad) y a que esencialmente la ciudad de México es de tradiciones conservadoras. (La ciudad de México no estaba muy industrializada, lo que daba cierto alivio de la descomposición social.) Y otra de las características importantes es, al parecer, que el campesino mexicano vive en pueblos bien organizados, más parecidos a ciudades y grandes poblaciones que las colonias de campo abierto que suelen constituir la norma en los Estados Unidos.11
     Otro investigador ha confirmado lo que encontró Lewis al examinar el procedimiento de urbanización entre los indios mixtecos que emigraron a la ciudad de México, desde Tilantongo Oaxaca.12 Este investigador, Douglas Butterworth, encuentra que estos emigrantes gozan de una
notable higiene mental, que hay una mayor identificación con la nación mexicana, sin una disminución en el deseo de identificarse con Tilantongo, y que los matrimonios se efectúan casi exclusivamente con mujeres del pueblo (aun después de años de ausencia de éste). Hay una disminución del consumo de bebidas alcohólicas, y todos parecen de acuerdo

     10 Cfr. Luis Unikel, El desarrollo urbano de México: diagnóstico e implicaciones futuras (México, D. F.: El Colegio de México, 1976).
     11 Óscar Lewis, “Urbanization Without Breakdown: A Case Study”, Scientific Monthly 75: 1 (1952) 81-41.
     12 Douglas S. Butterworth, “A study of the Urbanization Process Among Mixtee Migrants from Tilantongo in México City”, América Indígena 22 (1962) 259-274.  La población de Tilantongo ha aumentado de 2 700 a 3 700 habitantes de 1930 a 1960.

CUADRO IX-4.  Número de habitantes que viven en comunidades menores de 2 500
A. Total

 

1910

 

1921a

 

1930

 

1940

 

1950

 

1960

Númeroa

b

 

c

 

d

 

e

 

f

 

g

Porcentaje

71.3

 

69.0

 

66.5

 

64.9

 

57.4

 

49.3

Cambio en porcentaje

 

-3.2

 

-3.6

 

-2.4

 

-11.6

 

-14.1

 

B. Por ciento en entidades federales


Aguascalientes

51.7

 

50.2

 

45.3

 

42.6

 

45.1

 

40.1

Baja California

100.0

 

71.2

 

45.7

 

49.5

 

35.5

 

22.3

Baja Calif. Terr.

87.0

 

72.7

 

63.9

 

64.2

 

67.1

 

63.7

Campeche

66.1

 

53.9

 

54.9

 

50.4

 

42.6

 

36.8

Coahuila

57.2

 

49.3

 

47.9

 

49.4

 

42.6

 

33.3

Colima

64.1

 

56.8

 

55.8

 

54.9

 

39.9

 

38.2

Chiapas

81.5

 

79.0

 

82.5

 

83.9

 

76.9

 

75.6

Chihuahua

74.1

 

71.8

 

67.0

 

63.3

 

55.9

 

42.9

Distrito Federal

12.7

 

11.3

 

7.7

 

6.2

 

5.5

 

4.2

Durango

79.5

 

75.3

 

76.7

 

75.9

 

71.3

 

64.5

Guanajuato

69.4

 

66.9

 

65.9

 

64.9

 

58.4

 

53.6

Guerrero

84.6

 

86.3

 

84.8

 

85.4

 

78.3

 

74.3

Hidalgo

89.3

 

85.5

 

83.0

 

81.8

 

78.8

 

77.6

Jalisco

71.5

 

63.7

 

60.6

 

58.8

 

52.1

 

41.5

México

73.1

 

82.6

 

79.5

 

77.3

 

73.6

 

61.4

Michoacán

74.7

 

75.0

 

73.7

 

71.1

 

68.0

 

59.4

 

 

 

CUADRO IX-4 [conclusión]


Morelos

64.2

 

77.8

 

74.9

 

72.1

 

56.6

 

46.8

Nayarit

76.1

 

68.8

 

65.0

 

69.8

 

65.9

 

57.4

Nuevo León

66.1

 

62.3

 

58.8

 

56.1

 

44.1

 

29.6

Oaxaca

80.3

 

79.4

 

81.9

 

84.7

 

79.3

 

75.6

Puebla

72.5

 

74.2

 

72.2

 

72.2

 

66.8

 

60.8

Querétaro

78.9

 

77.8

 

80.2

 

80.7

 

75.8

 

71.9

Quintana Roo

100.0

 

100.0

 

73.7h

 

75.1

 

75.1

 

68.6

San Luis Potosí

71.4

 

75.0

 

72.6

 

74.7

 

69.6

 

66.4

Sinaloa

84.2

 

77.1

 

77.1

 

78.2

 

72.1

 

61.8

Sonora

77.4

 

67.6

 

63.3

 

67.3

 

54.7

 

42.4

Taabasco

86.0

 

82.4

 

82.7

 

82.0

 

78.1

 

73.4

Tamaulipas

76.3

 

56.0

 

57.2

 

54.5

 

47.0

 

40.2

Tlaxcala

79.0

 

77.5

 

72.4

 

70.4

 

61.2

 

56.1

Veracruz

71.7

 

73.7

 

71.5

 

71.2

 

66.7

 

60.4

Yucatán

68.6

 

54.2

 

51.9

 

51.3

 

44.8

 

40.2

Zacatecas

76.4

 

80.2

 

76.0

 

75.3

 

75.0

 

72.8

 

a  Los datos del Censo que se dan para poblaciones de menos de 2 000 habitantes han sido ajustados en Resumen del Censo,
1930, 40, para mostrar la población de menos de 2 500.
     b 10 812 028         c 9 869 276                d 11 012 091              e 12 757 441              f 14 807 534               g 17 218 011
     h Ajustado de 70.0 a 73.7.
     FUENTE: para 1910: Resumen del Censo, 1910, I, 24-25, 33; para 1921; Resumen del Censo, 1930, 40; para 1930: Ibid.; para
1940: Whetten, Rural México, 579; para 1950: Julio durán Ochoa, Población (México: Fondo de Cultura Económica, 1955), 37 (la población complementaria rural no se incluyó en el censo de 1950); para 1960: Jorge L. Tamayo Geografía General de México (México: Instituto mexicano de investigaciones Económicas, 1962, 4 vols.), III, 402.

 

 

254                              EL CAMBIO SOCIAL                        

en que la vida en la dudad es mejor que en Tilantongo. Esos emigrantes hacen ver que han “perdido el miedo” a los “malos elementos” humanos y naturales, que tenían en Oaxaca.                               
     Óscar Lewis ha hecho un análisis extenso de la limitada vida de Tepoztlán. Según él, allí existe una gran tensión entre unas y otras personas, desconfianza y temor de los vecinos y de las autoridades. La superstición se ha adueñado de todos; el espíritu creador y la expresión artística se han estrechado y hay una falta de interés en el futuro y de ambición de mejoramiento personal.13 Como es difícil cambiar la vida en semejante atmósfera psicológica, no es de sorprender que las personas más aventureras emigran a las ciudades en busca de oportunidades de lograr mayores ventajas económicas, sociales y culturales.
     Aunque la proporción relativa de población que vive en pueblos de menos de 2 500 habitantes se ha reducido a un poco menos de la mitad de la población de todo México, el número absoluto de gente que vive en esas aldeas era de 17 218 011 en 1960, a partir de 10 812 028 en 1910. México tiene por delante una tarea difícil para llegar a modernizar sus pueblos, y le será sumamente costoso llevar a muchos de los lugares pequeños las ventajas de la tecnología moderna. La rápida urbanización está exigiendo un esfuerzo excesivo de parte de los servicios públicos del gobierno en los mayores centros de población, no se diga en las zonas aisladas de la República.

LA POBLACIÓN DESCALZA

El porcentaje de la población de México que anda descalza tiene varios significados a la vez. Podríamos suponer que, como la gente anda descalza, también anda mal vestida; sabemos también que la persona que anda descalza en las regiones altas sufre por el lodo y por el frío, que rajan y endurecen las plantas de los pies hasta producir ampollas y callosidades. En las regiones tropicales la población descalza está expuesta a enfermedades e infecciones. Por regla general quienes andan descalzos no tienen los arcos de los pies lo suficientemente fuertes para desarrollar un trabajo continuo.

     13 Lewis, Tepoztlán [1951} (México, D. F.: Joaquín Mortiz, 1968). Véase también su obra sobre Tepozdán, Pedro Martínez (México, D. F.: Joaquín Mortiz, 1966) asi como su historia oral de las décadas de 1940 y 1950 en Los hijos de Sánchez [1961], (México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1964), libro con descripciones de la vida rural y urbana. En la obra Pedro Páramo [1955] (México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1964), el novelista mexicano Juan Rulfo hace una descripción del temor y la superstición que existen en un pueblo indígena. La obra de Ricardo Pozas A. sobre Juan Pérez Jolote (México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1954), presenta la historia de un indio chamula que sale de Chiapas, lucha en la Revolución y regresa a casa aviniéndose a la vida de la aldea.
UN ÍNDICE DE POBREZA                         255

CUADRO IX-5.  Población  descalza
A. Total

 

1940b

 

1950

 

1960

Númeroa

5 233 244

 

4 768 827

 

4 828 177

Porcentaje

26.6

 

19.1

 

14.3

Cambio en porcentaje

 

-28.2

 

-25.1

 

B. Por ciento en entidades federales


Aguascalientes

4.3

 

6.0

 

3.9

Baja California

.6

 

.5

 

2.4

Baja Calif. Terr.

1.6

 

10.2

 

4.9

Campeche

32.1

 

19.0

 

10.3

Coahuila

2.3

 

2.5

 

3.4

Colima

2.1

 

2.2

 

3.8

Chiapas

74.6

 

64.7

 

54.5

Chihuahua

5.2

 

4.3

 

4.6

Distrito Federal

6.4

 

3.1

 

2.9

Durango

3.5

 

3.4

 

4.0

Guanajuato

10.8

 

6.8

 

4.4

Guerrero

52.8

 

34.3

 

25.7

Hidalgo

42.0

 

35.8

 

25.8

Jalisco

5.1

 

3.1

 

3.9

México

47.4

 

35.8

 

20.0

Michoacán

15.6

 

10.0

 

7.6

Morelos

31.3

 

15.7

 

11.1

Nayarit

5.7

 

2.8

 

4.8

Nuevo León

3.1

 

4.5

 

3.6

Oaxaca

63.5

 

44.9

 

38.1

Puebla

50.4

 

39.5

 

30.0

Querétaro

12.2

 

7.8

 

5.7

Quintana Roo

29.2

 

14.6

 

4.9

San Luis Potosí

18.2

 

13.9

 

13.1

Sinaloa

6.6

 

6.4

 

4.1

Sonora

3.5

 

2.9

 

3.0

Taabasco

75.7

 

60.1

 

51.2

Tamaulipas

4.5

 

3.5

 

3.1

Tlaxcala

61.7

 

51.7

 

37.9

Veracruz

44.8

 

35.3

 

26.4

Yucatán

14.8

 

4.3

 

4.4

Zacatecas

4.3

 

3.0

 

3.7

     a  Más de un año de edad.  El Censo de 1940 incluye el total de la población para esta partida, sin duda suponiendo que los hijos pronto seguirán las normas de los padres.
     b  Incluye a los de menos de un año.
     FUENTE: Para 1940: Resumen del Censo, 1940, 1, 34, 39, 71-72; para 1950: Resumen del Censo, 1950, 75, 87-88; para 1960: Resumen del Censo, 1960, 274-279 (cfr., cálculo, p. 280, que incluye población total en lugar de población de más de un año).

 

256                              EL CAMBIO 50CIAL

     El cuadro IX-5 nos da el número de población que declaró en el censo andar descalza. Y como hicimos ver, solamente el analfabetismo, la lengua indígena y las poblaciones menores de 2 500 habitantes eran datos anteriores a 1940, y por esta razón éstos y los siguientes datos abarcan solamente tres censos. Más de la cuarta parte de la población de México andaba descalza en 1940, y 20 años después, todavía el 14.3 % de toda la población. El aumento de gente descalza que hubo en 1960 en algunas de las entidades federales, que fue relativamente bajo en 1950 indica una migración de gente pobre a las zonas que les ofrecen mejores oportunidades. Los estados que tuvieron un aumento al respecto fueron Baja California, Coahuila, Colima y Nayarit, y los que tuvieron solamente un pequeño aumento de población descalza fueron Chihuahua, Durango y Jalisco, pero posiblemente estos últimos aumentos están relacionados más
bien con un aumento de la pobreza que con un aumento de migración de gente de otros lugares.

LA POBLACIÓN QUE USA GUARACHES

El número de personas que usan guaraches nos permite tener un importante atisbo de la población mal calzada. Teóricamente los guaraches ofrecen cierta protección, mejor que andar descalzo. Esto es cierto en parte en las regiones tropicales, donde algunas enfermedades entran por los pies; allí los guaraches sí ofrecen cierta protección, pero no contra las inclemencias del tiempo, ni sirven para fortalecer los arcos de los pies. Sea en el trópico o en las alturas, no son eficientes para el trabajo prolongado. En las regiones altas, el guarache parece llegar a ser parte del pie.
     Las cifras para la población que usa guaraches se presentan en el cuadro IX-6. Aquí los porcentajes no han disminuido tan rápidamente como los porcentajes de la población que anda descalza, y durante la década de 1940 aumentó en cerca del 10 %. Por ejemplo, durante la década de 1940 en Yucatán se observó una notable disminución de la gente que andaba descalza: del 14.8 % al 4.3 %. En el mismo periodo, el número de los que usaban guaraches aumentó en Yucatán del 26.6 % al 32.6 %. El mismo fenómeno podrá observarse en Quintana Roo en la década de 1950. Y, por supuesto, quienes usan guaraches de vez en cuando por comodidad no están incluidos en el cuadro.
     No obstante que la disminución en el total de población descalza y el aumento de quienes usan guaraches podría interpretarse como indicación de disminución en las características de pobreza, este cambio en realidad sólo refleja un cambio dentro de la cultura de la pobreza. Según

 

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