Mexico and the World
Vol. 8, No 1 (Winter 2003)
http://www.profmex.org/mexicoandtheworld/volume8/1winter03/cambio_social_indirecto.html

Segunda Parte

    EL CAMBIO SOCIAL

Hemos examinado los cuatro periodos ideológicos de la Revolución Mexicana desde 1910, cuando se emprendió la tarea de eliminar la pobreza y elevar los niveles de vida de las masas. Los presidentes de México han tomado diferentes medidas para integrar a la nación mexicana, cada quien en el marco ideológico de cada período. Hemos examinado esas medidas presidenciales como pruebas de la ideología política, con el propósito de establecer las verdaderas diferencias entre las etapas que sirvieron de guia al pensamiento revolucionario y los programas mismos, y ahora nos toca evaluar los resultados de la política seguida.


     ¿Cuales han sido los efectos de los gastos federales sobre la meta del cambio social para las masas? En el contexto de la política representada por los gastos proyectados y ejercidos, ¿cuáles han sido los resultados sociales desde 1910? Al hacer estas preguntas debemos reiterar que no hemos hecho ninguna suposición de que los gastos federales sean causa  directa de cambios sociales. El manejo de los presupuestos de parte del gobierno sólo crea una atmósfera en la cual tanto el sector privado como los intereses extranjeros pueden contribuir en mayor o menor grado al desarrollo económico. Y como el gobierno ha sido la mayor fuerza en la vida de México desde 1910, en especial después del surgimiento del Estado activo, su política ha sido predominante al efectuar el cambio social.


     Los resultados sociales de la Revolución Mexicana siempre se han medido indirectamente. Y asi vemos, por ejemplo, que quienes han analizado el experimento mexicano han tendido a examinar la Revolución Mexicana sobre las siguientes suposiciones: Si la ideología de la revolución política triunfara, México tendría elecciones libres. Si la ideología de la revolución social funcionara bien, el pueblo tendría el derecho de huelga, y la cantidad de tierras distribuidas daría una medida de la ganancia psicológica y social de las masas. Si hubiese una revolución económica, esto significaría un cambio en la estructura de clases. El gobierno mexicano ha preferido hacer resaltar las estadísticas del desarrollo económico, que son impresionantes, para dar a entender que el cambio social ha ido a la par de los adelantos materiales del país. Y la suposición que se hace es que si el país está integrado económicamente, necesariamente está integrado socialmente. Todos estos enfoques son indirectos; no nos dicen si el mexicano corriente ha mejorado de como vivía antes de 1910. Entonces, la tarea que nos queda es medir directamente el cambio social en la Revolución Mexicana.

 

VIII. ANÁLISIS INDIRECTO DEL CAMBIO SOCIAL

PRINCIPIEMOS por el análisis del cambio social haciendo un resumen de los enfoques existentes para el estudio de la Revolución Mexicana. Como estos enfoques no siempre se han realizado con un punto de vista histórico, ha sido necesario reunir las estadísticas de muchas fuentes, con objeto de presentar un examen coherente de los métodos tradicionales. Como posibles criterios de un cambio social tomaremos los resultados de las elecciones presidenciales, datos de huelgas, distribución de tierras, crecimiento económico, y cambios en la estructura de clases.

RESULTADOS DE LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES

¿Hasta dónde se ha convertido en realidad la democracia política? El cuadro VIII-1 nos presenta los porcentajes con los cuales el partido ofícial ha ganado las elecciones presidenciales desde 1910. Es evidente que e1 partido oficial, que tiene bajo su control los procedimientos electorales, y además cuenta los votos, siempre ha ganado las elecciones presidenciales de un modo que generalmente se considera una victoria arrolladora. Cuando Lyndon B. Johnson ganó en los Estados Unidos las elecciones presidenciales en 1964 con el 61 % de los votos, su triunfo se consideró como una de las victorias más aplastantes en la política electoral de ese país. En México cualquier candidato del partido oficial que recibiera un porcentaje como el de Johnson en los Estados Unidos, moralmente se consideraría derrotado.


     Los presidentes de México han sido elegidos con más del 84 % del voto, en todos los casos, con excepción de dos. En 1946 y 1952 el partido oficial recibió solamente el 77.9 y 74.3 %, respectivamente del voto. Es claro que los líderes sintieron haber perdido popularidad a tal grado que la oposición pudiera hacer, por lo menos, un alarde de influencia, especialmente después de las elecciones de 1940 que bien pudieron ser una derrota para el partido oficial. Marte R. Gómez, miembro del gabinete de Ávila Camacho después de las reñidas elecciones de 1940, ha admitido que el partido oficial perdió las elecciones en el Distrito Federal, habiendo ganado en todo el resto de la República.1 Esta es una declaración poco común porque el partido oficial nunca ha admitido haber

     1  Marte R. Gómez, en Wilkie y Monzón de Wilkie, México visto en el siglo XX, cap. IV. Gómez fue secretario de Agricultura de Ávila Camacho.

211

212                              EL CAMBIO SOCIAL

perdido una elección en el Distrito Federal, y los datos oficiales dieron a Ávila Camacho en 1940 una victoria con el 72 % en la capital.    


     Nunca ha habido duda de que el partido oficial maneja a su antojo las elecciones. Ernesto Gruening ha detallado la corrupción electoral en México desde 1910 hasta el fin de la década de 1920, y Frank Brandenburg ha descrito lo que pasó en las elecciones, hasta el año de 1964 inclusive.2 Tal vez haya sido Francisco I. Madero quien ganó las elecciones más honradas en la historia de México, en 1911, pero solamente votaron 20 145 personas, y los periódicos de entonces se llenaron de descripciones de violencia y disturbios. En especial, fue la elección de la vicepresidencia la que causó enconadas disputas, y muchos acusaron a Madero de haber hecho componendas para hacer triunfar a su escogido. El año anterior Madero había perdido las elecciones, contra Porfirio Díaz quien recibió el 98.9 % de los votos.3 Ninguna de las elecciones había sido reñida hasta el año 1924, cuando Calles llegó a la presidencia con solamente el 84.1 % de los votos. Obregón ganó la reelección porque nadie se atrevió a oponérsele en el año 1928, y ganó con el 100 % de los votos. Pascual Ortiz Rubio, quien no había estado en México durante años, alejado de la política ejerciendo cargos diplomáticos, ganó las elecciones de 1929 contra el candidato popular, José Vasconcelos, “con el 93.6 % de los votos”. Por eso no es de sorprender que Vasconcelos haya abandonado México amargado por la manera como literalmente le habían robado su triunfo político. Cárdenas ganó las elecciones de 1934 con el 98.2 %. Después de esta cifra es de soprender toda victoria con menos del 80 %, como las de las elecciones de 1946 y 1952. Durante esos dos años, no obstante, hubo una fuerte oposición y el partido oficial tuvo que admitir que se había debilitado. Muchos de los observadores extranjeros creyeron que al fin México estaba adoptando la democracia, pero al parecer éste no ha sido el caso.


     Aunque el partido oficial ha ganado las elecciones con mayorías abrumaderas, esto no quiere decir que las elecciones presidenciales sean del todo amañadas. No cabe duda de que el partido oficial es una organización sumamente eficiente que se ha organizado hasta en los últimos rincones de la República. Todo individuo con ambiciones políticas, o con esperanzas de obtener un buen contrato en obras públicas sabe que no le irá bien si no es miembro del partido oficial. Las ligas campesinas, los sindicatos, el ramo militar y la burocracia, todos, son miembros del, Partido, y todos tratan de votar en bloque. Y muy probable es que el partido oficial ganara las elecciones presidenciales aun sin manipular el

     2  Brandenburg, The Meaning of Modern México, capítulo 6.
     3  México, Cámara de Diputados, Diario de los Debates, Sept. 27, 1910.

 

ANÁLISIS INDIRECTO DEL CAMBIO SOCIAL                       213

CUADRO VIII-1. Porcentaje con que el partido oficial de la Revolución
ha ganado las elecciones presidenciales

Año electoral

Porcentaje

Votos contados

Votos para
el partido oficial

1911

99.3

20 145

19 997

1917

97.1

821 062

797 305

1920

95.8

1 181 550

1 131 751

1924

84.1

1 593 233

1 340 634

1928

100.0

1 670 453

1 670 453

1929

93.6

2 082 306

1 948 848

1934

98.2

2 265 971

2 225 000

1940

93.9

2 637 582

2 476 641

1946

77.9

2 293 547

1 786 901

1952

74.3

3 651 201

2 713 419

1958

90.6

7 475 057

6 769 754

1964

89.0

9 402 783

8 368 466

     FUENTE:  México, Cámara de Diputados, Diario de los Debates, nov. 2, 1911; abril  26,1917; oct. 26, 1920; sep. 27. 1924; nov. 28, 1929; sep. 12, 1934, 1940, 1946, 1952; Sep. 10, 1958; Dictamen publicado en El Día, sep. 9, 1964. El partido oficial no estaba estableado formalmente sino hasta 1929, pero existía de facto principiando con la victoria de Madero. La Familia Revolucionaria ha tenido muchas querellas y con la fundación del partido oficial éstas no terminaron. Solamente desde el periodo de Ávila Camacho ha tenido la Familia Revolucionaria una armonía relativa.

recuento de los votos con miras de propaganda. Sin embargo, en caso de que llegase a haber elecciones limpias, esto significaría pérdidas del partido a niveles gubernamentales bajos, pudiendo significar la pérdida de la Presidencia si se perdiese la confianza absoluta en el partido oficial. Y el partido oficial es fuerte debido a que las masas no tienen otro partido al cual afiliarse.4


     Es significativo que el único partido de oposición de fuerza considerable, el Partido [de] Acción Nacional (PAN) , fundado en 1939 por Manuel Gómez Motín, e identificado con intereses católicos, haya logrado obtener el 7.8 % de los votos en 1952, habiendo aumentado en 1958 al 9.4%. En 1964 el PAN obtuvo el 11.0 %, logrando con esto aumentar todavía más su influencia política; este partido asegura que en todas las elecciones se le han robado votos. No obstante, el hecho de que el go-

     4  Para un estudio más profundo sobre el fracaso de la democracia política mexicana véase Alberto J. Pani, Una encuesta sobre la cuestión democrática de México (México, D. F., 1948).

 

214                              EL CAMBIO SOCIAL

bierno conceda al PAN un porcentaje que ha ido en aumento (sin que este partido haya jamás estado en el poder y sin haber tenido patrocinio político), constituye un adelanto muy importante en la historia electoral de México. Desde luego, se hacen cargos de que el PAN es un agente del gobierno, y que recibe un subsidio; pero estos cargos se pueden descartar. Y no cabe duda de que el partido oficial ve con buenos ojos un poco de oposición, pero no está dispuesto a edificar un partido político que tenga una influencia de gran alcance. El PAN desempeña un papel saludable como el que desempeña un tercer partido en los Estados Unidos, porque, aun cuando no puede obtener la Presidencia, actúa como crítico del partido en el poder.                   

                            
     La decisión del partido oficial de volver en 1958 a las victorias arrolladoras tuvo como resultado un recuento electoral de más del 90 % de los votos. Adolfo López Mateos hizo una gira por todo el país en busca del apoyo de las masas, llevando como bandera haber mantenido la paz en el frente laboral en una época de alza de precios y tensión entre los trabajadores. López Mateos triunfó en los comicios, pero, según muchos de los críticos, moralmente perdió la elección ante los ojos de los trabajadores, porque un sector importante de éstos se declaró en huelga con Ora el gobierno en 1958.

EL DERECHO DE HUELGA

El derecho de los trabajadores a declararse en huelga está establecido en la Constitución de 1917; por lo tanto, si el sector laboral ha ganado algo en la Revolución Mexicana, habrá sido el derecho de huelga. Este derecho tiene un efecto sobre las masas que no puede medirse con exactitud, por ser psicológico. Si el obrero siente que puede reparar un agravio haciendo un llamamiento al paro de labores, entonces no se sentirá en cautiverio, prestando servicios mal pagados y degradantes. Y aunque el obrero pueda ser utilizado por sus líderes sindicales con fines políticos, teóricamente siente orgullo por su trabajo y por el puesto que ocupa, lo que no ocurre cuando es obligado por el gobierno a desempeñar faeñas con desventaja de salario. Desde luego, a menudo la práctica se diferencia de la teoría, y este asunto no podríamos resolverlo aquí. No obstante, es posible examinar la proporción estadística de las huelgas para ver con qué presidentes ha ganado el obrero, tanto en derechos psiclógicos como en remuneraciones por su trabajo.               

  
     No hay duda de que las huelgas en México están relacionadas con los asuntos políticos. Teóricamente existen huelgas políticas y huelgas económicas, pero en un país como México, donde el gobierno ha asumido

 

ANÁLISIS INDIRECTO DEL CAMBIO SOCIAL                       215

la responsabilidad de todos los asuntos de la nación, ya sea con el estado activo o el pasivo, muchas de las huelgas deben ser en favor o en contra del gobierno. Por ahora no existen términos medios, especialmente en las grandes industrias, en transportes, en comunicaciones y en educación. El ciclo de huelgas nos revela que algunos de los presidentes han limitado excesivamente el derecho de huelga en la práctica, haciendo la distinción entre “Revolución desordenada” y “Revolución ordenada”. Los partidarios de la revolución económica, como Calles, Alemán y Ruiz Cortines, han tratado de evitar las huelgas por constituir un trastorno a la economía, mientras que Cárdenas llegó al poder esgrimiendo la huelga política en contra del capital. López Mateos parece haber tenido una política laboral más equilibrada, porque aplastó las huelgas políticas pero no intervino en las huelgas de mayor orientación económica.


     El cuadro VIII-2 nos muestra las estrecheces en que se encontró la Revolución durante la época de Calles, de 1924 a 1933. Después de un principio prometedor para el obrero una vez que Carranza salió de la escena política, la década de 1920 presenció pocas huelgas y reducidos grupos de huelguistas.5  El cuadro VIII-2 nos ofrece una manera conveniente de ver las cifras y las depresiones en el movimiento laboral, que corresponden a la filosofía política de los presidentes de México. En la transición de Carranza a Obregón el obrero se encontró en una posición favorable para exigir sus derechos, especialmente porque Obregón parecía deseoso de formentar el cambio social. Aunque Calles hablaba mucho acerca de los derechos del obrero, lo mantuvo bajo su dominio como medio de apoyo a su gobierno. Calles creía en la “Revolución ordenada”, por lo que a las huelgas y a los huelguistas se les consideró como trastomadores del desarrollo nacional, y su filosofía chocaba directamente con la ideología cardenista de la revolución social. Cuando 145 212 obreros tomaron parte en una huelga en 1935 —el máximo para esa época—, que tuvo paralizado a México durante meses, la confrontación entre Calles y Cárdenas fue inevitable.


      Sin embargo, en 1940 Cárdenas se encontró en una posición poco corriente. En un discurso en que hizo ver que el Estado era ahora uno de los principales patronos, se dirigió a los obreros diciendo. “Ha llegado el momento cuando debemos comprender que el debilitamiento de la solidaridad... que existe entre el proletariado mexicano y el régimen revolucionario provocará una crisis grave para nuestras instituciones y la caída del movimiento laboral.” Dijo también que el movimiento 1aboral debería mostrar moderación, pues de lo contrario los problemas económicos, especialmente los que surgieron después de la expropiación

     5  No existen estadísticas sobre huelgas y huelguistas antes de 1920.

 

216                              EL CAMBIO SOCIAL

CUADRO VIII-2.  Huelgas y huelguistas, 1920-1963

Año

Huelgasa

Huelguistasb

1920

173

88 536

1921

310

100 380

1922

197

71 382

1923

146

61 403

1924

136

23 988

1925

51

9 861

1926

23

2 977

1927

16

1 005

1928

7

498

1929

14

3 473

1930

15

3 718

1931

11

227

1932

56

3 574

1933

13

1 084

1934

202

14 685

1935

642

145 212

1936

674

113 885

1937

576

61 732

1938

319

13 435

1939

303

14 486

1940

357

19 784

1941

142

2 748

1942

98

13 435

1943

766

81 557

1944

887

165 744

1945

220

48 055

1946

207

10 202

1947

130

10 678

1948

88

26 424

1949

90

15 380

1950

82

13 166

1951

144

13 553

1952

113

18 298

1953

167

38 552

1954

93

25 759

1955

135

10 710

1956

159

7 573

1957

193

7 137

1958

740

60 611

1959

379

62 770

 

ANÁLISIS INDIRECTO DEL CAMBIO SOCIAL                       217

CUADRO VIII-2 [conclusión]

Año

Huelgasa

Huelguistasb

1960

377

63 567

1961

373

33 184

1922

725

80 989

1963

504

26 035

     a Puede incluir huelgas registradas, hasta 1957, que no llegaron a realizarse; 1958-1963 aparentemente exduye datos incluidos hasta 1957.
     b Puede incluir trabajadores afectados por huelgas.
     c Datos incompletos.                                                   
     FUENTE: Departamento de Estadísticas Sociales, Dirección Gral. de Estadísticas y Anuario Estadístico, 1940, 376; 1943-1945. 480; 1953, 396; y 1962-1964, 305.

del petróleo no podrían tolerar la tensión producida por las exigencias laborales, que amenazaban la existencia misma de la Revolución.6


     Durante el año 1941 hubo una disminución de los problemas laborales, los cuales llegaron a los niveles anteriores a Cárdenas, pero las quejas por los recortes en los sueldos se manifestaron con Avila Camacho, durante la guerra, y los obreros aumentaron sus demandas, llevando el número de huelgas y huelguistas a nuevos niveles en 1944. Sin embargo, en el apogeo de la revolución económica de Alemán y Ruiz Cortines, el obrero se encontró maniatado; de 1946 a 1952 hubo pocas huelgas y pocos huelguistas en México, a pesar de la terrible tensión motivada por la baja de los salarios reales. Una comparación de los salarios mínimos del cuadro VIII-3 con la pauta de las huelgas es muy reveladora. Cuando los salarios mínimos reales llegaron a su punto más bajo durante 1944 y 1945, Avila Camacho. con Cárdenas como secretario de la Defensa, no pudo evitar unos brotes de huelga. Sin embargo, cuando los salarios mínimos reales volvieron a bajar entre 1950 y 1951, Alemán mantuvo un control firme sin permitir que las disputas laborales interrumpiesen su revolución económica. Ruiz Cortines aumentó considerablemente los salarios en 1952 y 1953, pero de nuevo los niveles mínimos empezaron a descender cuando las huelgas le salieron al paso a López Mateos, en el momento de la transición presidencial. López Mateos actuó con rapidez aumentando los salarios reales a los niveles más altos desde 1934 y 1935. La multiplicación de las huelgas en estos años, incluyendo el primero de Cárdenas en la Presidencia, se suscitó cuando el salario mínimo real era relativamente alto, comparado con años posteriores. Entonces el número

 
    6  El Nacional, julio 25 de 1940.

 

218                              EL CAMBIO SOCIAL

de huelgas de Cárdenas y de López Mateos, comparado con el índice de los salarios mínimos reales, demuestran que las huelgas ocurridas durante ¡os periodos de estos dos presidentes fueron por motivos políticos y económicos. Estos dos periodos de actividades de huelga surgieron despues de que las represiones laborales alcanzaron niveles notorios, y cuando el gobierno permitió las huelgas.


     Si el lector duda de que haya existido o no una relación íntima entre la política del gobierno y el número de huelgas y huelguistas en México, deberá consultar el Apéndice G. Un intento de comparación de datos de 1927 a 1961 demuestra que hubo más huelgas y huelguistas, en porcentaje del total de población, en Estados Unidos que en México (los datos para los Estados Unidos anteriores a 1927 no están disponibles, y tampoco los de México después de 1961). Y es interesante observar que el índice de los huelguistas para 1936 es igual en los dos países. El movimiento obrero en México, en efecto, llegó a tener una actitud revolucionaria con Cárdenas a mediados de la década de 1930; durante los otros años las acciones del obrero habían quedado muy limitadas, especialmente en comparación con lo que estaba ocurriendo en Estados Unidos.


Calles, Ortiz Rubio, Rodríguez, Ávila Camacho, Alemán y Ruiz Cortines pudieron mantener el índice de huelguistas en menos de una décima parte de la cifra de 1936 durante dos años o más; no es de extrañar que los huelguistas hubiesen aprovechado el cambio presidencial en 1958. En comparación con lo ocurrido en los Estados Unidos, en México desde 1944 no había habido un número de huelguistas de consideración en porcentaje del total de habitantes, y en tres años, de 1955 a 1957,el índice bajó a un nuevo nivel después de 1941. El papel del obrero nunca había estado tan restringido desde la era anterior a Cárdenas.


     El número de huelgas en los Estados Unidos y México, comparado con sus respectivas poblaciones, también nos permite comparar bases muy diferentes que pueden utilizarse para el análisis. La proporción entre las huelgas y la población de Estados Unidos excedió a la misma proporción de México, a menudo con mucho, con excepción de los años de 1935, 1936, 1943, 1944 y 1958.


     Al llamar la atención sobre los datos en el Apéndice G, son necesarios algunos comentarios y reservas. En ambos países los trabajadores del campo en general no han estado organizados para recurrir a la huelga, y como medio de comparación hemos estado usando una escala predominantemente urbana. Y como no se conocen los datos año tras año de la población económicamente activa en México, los datos se compararan con el total de población. Y, en efecto, ésta es una base más adecuada para hacer una comparación, debido a la gran proporción de indigentes

 

ANÁLISIS INDIRECTO DEL CAMBIO SOCIAL                       219

que existe en México, que no se cuentan como económicamente activos. Por lo tanto, debido a las diferentes bases del desarrollo económico, no podríamos decir con exactitud si iguales porcentajes de huelguistas de cada país pudiesen causar o no el mismo daño a la economía. Podría defenderse el caso de una y otra parte, pero como no tenemos a la mano datos para comparaciones cualitativas (por ejemplo, tipos de huelga y duración) sería muy aventurado profundizar en este análisis. Sin embargo, la magnitud de las diferencias entre la actividad sindical en los Estados Unidos y en México indica en términos muy generales que las organizaciones laborales mexicanas en general han sido sindicatos controlados. Esta conclusión tiende a corroborar el análisis no cuantitativo de la posición del obrero en México.


     Es evidente que las huelgas no surgieron en épocas en que el salario mínimo real se derrumbó debido al error gubernamental de no aumentar el salario mínimo legal en tiempos de inflación. Como nos muestra el cuadro VIII-3, solamente en 1944, cuando el índice del salario mí-

CUADRO VIII-3. Índice del sueldo mínimo urbano,
1934-1935 a 1962-1963
     (1940-1941=100)

Bienio

Índice promedio sueldo minimo

Índice precios mayoreo México, D.F.

Índice sueldo minimo verdadero

1934-1935

75.7

69.4

109.1

1936-1937

86.2

87.4

98.6

1938-1939

96.1

93.6

102.7

1940-1941

100.0

100.0

100.0

1942-1943

100.0

132.6

75.4

1944-1945

125.0

186.9

66.9

1946-1947

163.2

223.3

73.1

1948-1949

198.0

251.0

78.9

1950-1951

220.4

336.2

65.6

1952-1953

352.0

337.0

104.5

1954-1955

417.1

468.5

89.0

1956-1957

477.0

527.8

90.4

1958-1959

534.9

560.0

95.5

1960-1961

650.7

597.2

109.0

1962-1963

818.4

616.9

132.7

     FUENTE: NAFIN, Statistics on the Mexican Economy, 1977, 412; Índice de precios, Cuadro I-8.

 

220                              EL CAMBIO SOCIAL                       

nimo real llegó a su punto más bajo, hubo índices correspondientemente altos de huelgas y huelguistas.                 

                     
     En suma, el derecho de huelga y el salario mínimo no han sido garantías del cambio social; han tenido que ver con la política. Un investigador estadunidense ha escrito que la inflación de las décadas de 1940 y 1950 en México no fue provocada intencionalmente por el gobierno, sino que se debió al alza de precios. No obstante señala que la política del gobierno al mantener el salario mínimo legal a niveles muy inferiores al alza de precios no contribuyó a aumentar la formación de capitales, debido a que las ganancias excesivas solían invertirse en empresas comerciales no productivas y en bienes raíces urbanos, o en artículos de lujo, y no en la industria o en bienes de capital.7

LA DISTRIBUCIÓN DE TIERRAS              

No obstante que los gobiernos revolucionarios han empañado el movímiento obrero en México haciendo de él un factor político, han desempeñado un papel mejor en la ayuda prestada a los campesinos. Es verdad, el obrero ha recibido más prestaciones del Seguro Social y mejores sueldos que el campesino, pero también un gran número de campesinos ha recibido su propia parcela de tierra. Para aquellos arraigados a la tierra, incluyendo a intelectuales de la urbe que tienen un apego idealista y romántico al pasado rural de México, el efecto psicológico de la distribución de la tierra ha constituido el factor principal para juzgar los resultados de la Revolución. Ya han sido descritos los programas de distribución de tierras de los presidentes de México, desde que se emprendieron las modificaciones de las tenencias legales en 1915. Por lo tanto sólo nos toca hacer un sumario de la tasa de cambio en la tenencia de la tierra durante los diferentes períodos de la Revolución para poder comentar sus efectos. El cuadro VIII-4 nos ofrece datos sobre las tierras que en efecto fueron concedidas, en lugar de las resoluciones presidenciales de conceder tierras, ya que estas concesiones no podrían entrar en vigor durante el mismo periodo. Así podremos ver lo que hizo cada presidente y no lo que sólo

     7  Barry N. Seigel, “Inflation and Economic Development: Studies in the Méxican Experience”, tesis para el doctorado en economía, University of California, Berkeley, 1957, publicado como Inflación y desarrollo; las experiencias de México (México, D. F.: Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos, 1960); los ahorros particulares en términos de porcentaje del PNB sobrepasaron el nivel de 1939 en los años 1948, 1949, 1950, 1952, 1954 y 1955, pero solamente en 1 o 2 %, y los ahorros en general fueron 1 o 2 % más bajos que en 1989 (p. 119 de la tesis).

 

                                                                        221
CUADRO VIII-4
LAND REFORM IN MÉXICO, 1916-88

Date Term Ends

President

Approx. months in Office

Resolutions Published Number

Resolutions Published
Hectares

Resolutions Published
Hectare/Month

Definitive Actions
Number

Definitive Actions
Hectares

Definitive Actions
Hectare/Month

May 21, 1920

Venustiano Carranza

48.4

326

224,393

4,636

188

134,239

2,774

Nov. 30, 1920

Adolfo de la Huerta

6.1

326

157,533

25,825

188

33,696

5,524

Nov. 30, 1924

Alvaro Obregón

48.0

748

1,730,686

36,056

628

1,133,813

23,621

Nov. 29, 1928

Plutarco Elias Calles

48.0

1,622

3,186,294

66,381

1,573

2,972,876

61,935

Feb. 4 1930

Emilio Portes Gil

14.1

1,350

2,438,511

172,944

1,156

1,707,757

121,118

Sept. 3, 1932

Pascual Ortiz Rubio

30.8

540

1,225,752

39,797

852

944,538

30,669

Nov. 29, 1934

Abelardo L. Rodríguez

27.0

1,581

2,060,228

76,304

596

790,694

29,285

Nov. 29, 1940

Lázaro Cárdenas

72.0

11,334

20,145,910

279,804

10,744

17,906,430

248,700

Nov.30, 1946

Manuel Avila Camacho

72.0

3,074

5,970,398

82,922

3,485

5,944,450

82,562

Nov.30, 1952

Miguel Alemán Valdez

72.0

2,245

5,429,528

75,410

2,385

4,844,123

67,279

Nov.30, 1958

Adolfo Ruiz Cortines

72.0

1,745

5,771,721

80,163

1,864

4,936,665

68,565

Nov.30, 1964

Adolfo López Mateos

72.0

2,375

9,308,149

129,280

2,887

11,361,270

157,795

Nov.30, 1970

Gustavo Díaz Ordaz

72.0

3,912

23,055,619

320,217

2,769

14,139,560

196,383

Nov.30, 1976

Luis Echeverría Alvarez

72.0

2,208

12,243,317

170,046

2,202

13,328,852

185,123

Nov.30, 1982

José López Portillo

72.0

3,415

6,347,425

88,159

1,975a

6,728,797a

93,456

Nov.30, 1988

Miguel de la Madrid Hurtado

72.0

2,103

4,448,754

61,788

1,298

2,981,519

41,410

 

 

Total

 

870.4

 

38,578

103,744,209b

 

119,191

 

34,602

 

89,889,279

 

103,274

SOURCE:  James W. Wilkie, Society and Economy in México, (UCLA Latin American Center Publications, 1990), p. 7.


a. These definitive data are from Secretaría de Reforma Agraria (SRA), Avance en Materia Agraria, cited in Source, below. These figures should be used with caution because the López Portillo government did not leave records fully documenting definitive actions, according to Alfonso Casillas Romahn, MMH's head of the SRA Dirección General de Documentación e Información Agraria, interviews August and October 1988. De la Madrid's Ou/nto Informe Económico; Apéndice Estadístico, 1987, p. 412, gives the following erroneous figures for the JLP period: 3,321 definitive actions distributing 13,904,924 hectares.
b. Excludes 65,023,310 hectares resolved for distribution by one president but published under another (1920-80), according to Casillas.


c The only figure available is from De la Madrid's Ou/nto Informe, cited in note a, above. Although this figure seems logical in relation to the historical series, it should be used with caution because ofthe erroneous data given in the Quinto Informe for the number of hectares distributed to tríese persons.


d. Excludes 1,346,759 beneficiaries resolved under one presiden! but published under another (1920-80), according to Casillas.


SOURCE: Secretaria de Reforma Agraria (SRA), Avance en Materia Agraria 1983-1987 ([México, D.F.]: Dirección General de Programación y Evaluación, n.d.); James W. Wilkie, The Mexican Revolution: Federal  Expendiere and Social Chango Since 1910 (Berkeley: University of California Press, 1970). p. 188; and SRA chart “Resoluciones Presidenciales Publicadas, Ejecutadas y Pendientes de Ejecutar por Período Presidencial, 1915-1980,” photocopied in José Luis Mares, “Diagnóstico del Sector Agropecuario y Forestal; Estructura Social: La Reforma Agraria en México, 1915-1980; Un Nuevo Enfoque Análitico,” manuscript, n.d., except all De La Huerta data are from Departamento Agrario, Memoria de Labores, 1945-1946 (statistical section), figures subtracted from total for Carranza in source above. JLP data for resolutions are from SRA, Dirección General de Documentación e Información Agraria, “Resoluciones Presidenciales Publicadas en el Período de José López Portillo,” computer printout October 1988, supplied by Alfonso Casillas Romahn; for JLP definitive data, see note a, above. MMH data are from SRA, “Resoluciones y Ejecuciones en el Período de Miguel de la Madrid Hurtado,” computer printout August 1988, supplied by Casillas Romahn.

 

222                              EL CAMBIO SOCIAL

puso en marcha. Entre los años de 1915 y 1964 la Revolución ha distribuido 52 710 646 hectáreas, o sea el 26.8 % del total de la superficie de México. Esto debe compararse con 51 061 654 hectáreas de latifundios que representaban el 26.0% de la superficie de la nación, que fueron creados por los gobiernos liberales entre 1853 y 1911.8 Según el índice del promedio mensual de distribución para un periodo presidencial, Lázaro Cárdenas tiene la mayor marca de redistribución de la tierra en la Revolución, seguido por López Mateos y Emilio Portes Gil. El índice menor corresponde a Venustiano Carranza.         

              
     En varias ocasiones durante el curso de la distribución revolucionaria de tierras, el gobierno ha declarado que todas las tierras disponibles ya han sido distribuidas. Calles animó a Ortiz Rubio a poner fin al programa de distribución de tierras en 1930, como ya hemos visto, y Silvano Barba González, jefe del Departamento Agrario de Ávila Camacho, y uno de los principales cardenistas, en 1945 hizo ver que “la gran rapidez de la distribución de tierras de Cárdenas no podría perdurar, porque: primeramente, las solicitudes de tierras disminuyen conforme las necesidades agrarias del pueblo vayan siendo satisfechas; y en segundo lugar, porque las tareas técnicas dirigidas hacia la localización de tierras afectables para la distribución, cada vez se hacen más difíciles y tardías, lo que a su vez demora los procedimientos agrarios; en tercer lugar, porque el número de tierras afectables disminuye de día en día, hasta llegar a no tener más para distribuir”.9


     No obstante lo anterior, desde el año 1945 se han encontrado para su distribución más de 30 millones de hectáreas.


     Si el gobierno repetidas veces ha resuelto terminar con la distribución de tierras, ¿cómo explicar que tan sorprendentemente se renovara este programa bajo los auspicios de Lázaro Cárdenas y de López Mateos? Las cifras de la población arrojan luz sobre este problema. A pesar de la disminución relativa de las personas empleadas en la agricultura en comparación con la población total (cuadro VIII-5), el número absoluto ha ganado tremendamente, especialmente desde el año 1940, ya que las modernas técnicas de salubridad han hecho disminuir la tasa de mortalidad. Los partidarios de la distribución de tierras no previeron un aumento de la población rural, porque el problema de la década de 1920 parecía consistir en poblar los espacios vacíos de México; y éste era el mismo viejo problema del siglo xix, abrir las puertas de México para hacerlo un gran país. Gilberto Loyo, demógrafo afamado, escribió en

     8 Wilkie, “Mexican Latifundia and Land Reform”. La superficie del 100% corresponde sólo al total continental (excluyendo las islas).


     9 México, Departamento Agrario, Memoria 1945-1946, sin paginación.

 

ANÁLISIS INDIRECTO DEL CAMBIO SOCIAL                       223

1931 en la Universidad de Roma que la grandeza de una nación se revela en el aumento de su población.10 Como los efectos de la guerra civil en México fueron devastadores —la población dedicada a la agricultura disminuyó en un 3 % entre los años de 1910 y 1920, habiendo ganado solamente el 3.9 % entre los años de 1920 y 1930— los argumentos de Loyo parecen convincentes. Y en apariencia no había razón para que ningún individuo no pudiera llegar a poseer su propia parcela. Y para Cárdenas fue lógico tratar de quebrantar la fuerza de los latifundios en México. La reforma agraria había sido relegada demasiado tiempo, porque cuando Cárdenas llegó al poder solamente el 3.9 % de la superfície de México había sido distribuido.


     Cuando Cárdenas dejó el poder en 1940, las cosas habían cambiado. Las tierras habían sido distribuidas a un ritmo muy acelerado, y los antíguos anhelos de la Revolución se habían cumplido. La amenaza de una guerra mundial y la necesidad de consolidar las ganancias del periodo de Cárdenas, de 1934 a 1940, aconsejaban seguir una línea más moderada. La población empleada en el sector rural no había aumentado mucho durante la década de 1930 —todavía se contaba en menos de cuatro millones— y la distribución de las tierras fue disminuyendo progresivamente bajo las presidencias de Ávila Camacho, Alemán y Ruiz

CUADRO VIII-5.
Aumento de población empleada en la agricultura

Año

Total de Población

Empleada en agriculturaa
Porcentaje del total de población

Empleada en agriculturaa
Número absoluto Más de 12 años de edad

Cambio de porcentaje en números absolutos
Aumento por periodo

Cambio de porcentaje en números
Aumento por año

1910

15 160 369

23.7

3 596 157

--

--

1920

14 334 780

24.3

3 490 039

-3.0

-.3

1930

16 552 722

21.9

3 626 871

3.9

.4

1940

19 653 552

19.5

3 830 871

5.6

.6

1950

25 791 017

18.7

4 823 901

25.9

2.6

1960

34 923 129

17.4

6 084 126

26.1

2.6

     a  La agricultura incluye trabajos en haciendas o granjas, caza, pesca y silvicultura.
     FUENTE: Resumen del Censo 1910-1950 y México, DGE, Población económicamente activa, rectificación, 1960.
      10  Gilberto Loyo, Las deficiencias cuantitativas de la población de México y una política demográfica nacional (México, D. F.: PNR, 1934, 3a ed.).

 

224                              EL CAMBIO SOCIAL

Cortines. Sin embargo, el aumento demográfico fue creando progresivamente una nueva tensión. Como lo muestra el cuadro VIII-5, el porcentaje de la población dedicada a la agricultura aumentó repentmente en la década de 1940, llegando a un total de 4^mlUones, y siguió aumentando con más rapidez aún durante la década de 1950. De manera increíble para 1960 había alrededor de 6:1 millones de personas tratando ganarse  la vida con el trabajo de la tierra. Las parcelas corrientes de 12 a 25 hectáres, entregadas durante la década de 193O, se encontraban ahora repletas de jóvenes trabajadores, que solamente podrían trabajar para del tiempo en las faenas de la parcela famiur, o tal vez ir a los Estados Unidos a trabajar como braceros. Es evidente que la presión causada oor el incremento demográfico en México se estaba acumulando en el campo. Esto explica en parte por qué López Mateos se apresuró a alcanzar la marca establecida por Cárdenas en distribución de tierras.  Sin embargo, debe notarse que López Mateos concentró sus esfuerzos en la distribución de tierras que otros presidentes ya habían resuelto distribuir. Con esto López Mateos podría aparentar ser “revolucionario” en una época en que había mucho descontento con la revolución económica, sin causar trastornos al país dictando resoluciones de que se entregaran más tierras. López Mateos tenía planeadas otras so uñones al poner en ejecución la entrega de tierras porque hizo hincapié en la revalidación de los títulos de propiedad como parte considerable de su programa.  A su sucesor, Gustavo Díaz Oriaz, 1964-1970, le dejó un enorme problema, porque Díaz Ordaz tendría que optar entre dos cosas: entregar tierras y actuar rápidamente para que sus resoluciones se pusieran en vigor, o ser condenado por las masas mexicanas como antirrevolucionario.  Sin embargo, según parecía entonces, Díaz Ordaz ya había escogido con cuidado el; curso por seguir, y distribuiría las grandes propiedades ganaderas que fueron creadas bajo la tutela de Aemán. No obstante, el jefe del Departamento Agrario de Díaz Ordaz hizo ver que aun con la distribución de aquellas propiedades, México debería darse cuenta que ya no hay suficientes tieiras para que toda persona llegue a poseer un lote que rinda buenos resultados económicos.11     

                    
     Es posible considerar la distribución de la tierra como una necesidad política, porque, a menos que un porcentaje relativamente alto de la población dedicada a la agricultura haya recibido beneficios de la Revolución, podrían esperarse dificultades en el campo, y México ha sido un país donde el grueso de la población económicamente activa se ha dedicado a la agricultura (cuadro VIII-6).


     En cuanto al porcentaje de la población dedicada a la agricultura que

     11 Discurso de Norberto Aguirre Palancares pronunciado el 24 de abril, 1965.

 

ANÁLISIS INDIRECTO DEL CAMBIO SOCIAL                       225

CUADRO VIII-6. Porcentaje de la población económicamente activa
dedicada a la agricultura a

Año

Porcentaje

Año

Porcentaje

1910

68.3

1940

63.4

1921

68.8

1950

58.3

1930

67.7

1960

54.1

     a  Más de doce años de edad.
     FUENTE: Los datos del censo decenal se han redondeado (a los sirvientes se les incluye en los afios 1910. 1921, 1940, de acuerdo con la política actual).

ha recibido beneficios, es lógico suponer que, como los derechos de propiedad de la tierra son inalienables, y como éstos revierten al ejido para su redistribución en caso de ser abandonados, o de que un beneficiario muera sm dejar herederos, se podrá determinar el número creciente de beneficiarios noticíanos agregando el número de los nuevos beneficiario de cada periodo presidencial al total de los recipiendarios anteriores. De esta manera, para 1934 un total de 783 330 personas había recibido algún beneficio del programa agrario del gobierno, sea por medio de una concesión de tierra, sea de una confirmación de título de propiedad. Este total ha permanecido fijo. aunque es posible que los beneficiarios originales no hayan estado entonces en posesión de la tierra, porque a las personas sin tierra se les habría adjudicado el privilegio al que hubiera renunciado el propietario original de uno de los títulos. El total de 783 330 representaba el 21.1 % de la población dedicada a la agricultura en 1934. Como la estructura real del empleo no se conoce, a excepción de los años del censo, se presume que entre los años del censo cambia en razón directa a las proporciones dadas en el cuadro VIII-5. Cuando Cárdenas dejó el poder en 1940, año del censo, el 41.6 % de la población dedicada a la agricultura había presenciado el cumplimiento de las promesas revolucionarias. Éste es un total muy alto, y nos ayuda a comprender por qué cuando el gobierno habla de la Revolución les parece creíble a las masas de México. El cuadro VIII.7 resume estas suposiciones y nos presenta un cálculo del porcentaje de la población dedicada a la agricultura y que ha recibido algún beneficio de la Revolución al final de cada periodo presidencial. Y desde luego, este cálculo sólo es aproximado, porque en los últimos años algunas de las tierras se han vendido y otras, que no son tierras comunales, han sido distribuidas. Cabe presumir que estas excepciones han sido de menor cuantía y no, alteran los cálculos.

 

226                                          EL CAMBIO SOCIAL

CUADRO VIII-7.  Beneficiarios de tierras definitivamente repartidas por periodos
presidenciales desde 1915

Año periodo termina

Presidente

Recipiendarios
Número

Recipiendarios
Promedio hectáreas

(A)
Número acumulativo recipiendarios

(B)
Población dedicada a la agricultura

“A” como porcentaje de “B”

1920

40 068

40 068

3.4

40 068

3 490 039a

1.1

1920

6 330

6 330

5.3

46 398

3 490 039a

1.3

1924

134 798

134 798

8.4

181 196

*3 544 826

5.1

1928

297 428

297 428

10.6

478 624

*3 599 559

13.3

1930

171 577

171 577

10.0

650 201

3 626 871

17.9

1932

64 573

64 573

14.6

714 774

*3 667 671

19.5

1934

68 556

68 556

11.5

783 330

*3 708 471

21.1

1940

811 157

811 157

22.1

1 594 487

3 830 871

41.6

1946

157 836

157 836

37.7

1 752 323

*4 426 689

39.6

1952

97 391

97 391

49.77

1 849 714

*5 075 950

36.4

1958

231 888

231 888

21.1

2 081 602

*5 832 082

35.7

1964

304 498

304 498

37.3

2 386 100

*5 633 000b

42.4

     a  Datos para el censo de 1921.
     b  Disminución calculada en la misma proporción que para la década de 1960.
     FUENTE: Cuadro VIII-4 y Cuadro VIII-5.

 

ANÁLISIS INDIRECTO DEL CAMBIO SOCIAL                       227

     Haciendo una comparación de los promedios de hectáreas entregadas a cada recipiendario en el cuadro VIII-7 con los promedios de hectáreas entregadas por Porfirio Díaz y Francisco I. Madero, el cuadro III-l nos revela el gran cambio de la filosofía agraria después de la muerte de Madero. Durante la Revolución, entre 1913 y 1915, se hizo evidente que la tierra tenía que dividirse en pequeñas parcelas entre las masas rurales. El promedio de las parcelas distribuidas por el gobierno federal siempre ha sido menor de 50 hectáreas. El promedio aquí no tiene significado, aunque nos demuestra el programa de cada presidente, porque las parcelas distribuidas en zonas de riego también tendrán que ser muy pequeñas, tal vez de 1 a 5 hectáreas, y las que se distribuyen en partes áridas de la República, para pastoreo, tendrán que ser de cientos de hectáreas para ser económicamente productivas. Vemos así que conforme aumentan los promedios de los presidentes, se entregan tierras menos productivas quizás, a los campesinos. Vemos también que en los últimos años los presidentes han tratado de conceder lotes más grandes que puedan contribuir a la alimentación del país en lugar de limitar al beneficiario a una agricultura de subsistencia.


     El interés presidencial en resolver el problema agrario también puede ser tratado examinando la cantidad de crédito puesto a disposición del sector rural, ya que la tierra sin crédito ha sido frecuentemente más una carga para el pueblo que un alivio económico positivo. Cárdenas estableció firmemente el crédito agrícola en el presupuesto federal en 1935; pero, como hemos visto, tanto la inflación como la falta de interés hicieron mella en las normas que él había proyectado, hasta que López Mateos renovó el crédito agrícola, en un intento por resolver el problema del crédito rural de México.


     Y en último análisis, no podríamos decir que el campesino que ha recibido tierra viva materialmente mejor que cuando no la tenía. Pero sí sabemos que, psicológicamente, la norma antigua de patrón y peón ha llegado a su fin. Muchos de los campesinos ahora son dueños de su propia tierra. La distribución de tierras ha penetrado hasta los últimos confines de la República, y en el corazón de todos los campesinos que no han recibido tierra alienta la esperanza de que algún día ellos llegarán a poseer su propia parcela, aun cuando sea de mala tierra.

LA MODERNIZACIÓN DE LA ECONOMÍA

El crecimiento económico de México ha tenido tanto éxito desde 1940 que muchos de los revolucionarios sostienen que ese éxito es un buen indicio de lo que ha sucedido en la vida social de la nación; que si la

 

228                                          EL CAMBIO SOCIAL

CUADRO VIII-8. Índices representativos del creciento económico
     durante épocas de revolución política, social,
económica y equilibrada (1940=100)

Sector

Política
1910

Política
1920

Social
1930

Social
1940

Económica
1950

Económica
1960

Integral
1970

Volumen de la producción manufacturera

41

32

62

100

217

465

1 164

Volumen de la producción de cemento

12

9

47

100

292

514

1 480

Volumen de la producción de hierro

46

29d

69

100

222

997

2 593

Volumen de la extrcción de zinc

2

14

108

100

194

228

232

Volumen de la producción de petróleo crudo

8

435d

89

100

166

245

400

Generación de energía eléctrica

*12

*13

58

100

175

428

1 131

Volumen de producción agrícola

121

74

78

100

197

354

542

Población ganadera

99ª

119

100

182

189

254

Red de caminos (todo tipo)

-

-

14

100

216

452

720

Vehículos de motor en circulación (autos, motocicletas, autobuses, camiones de carga

29e

60

100

206

553

1 291

Volumen de los servicios ferroviarios: tonelaadas K.M.

39d

70

100

144

241

397

PIB per capita (deflacionado)b

66

67d

80

100

136

176

251

Circulación monetaria

36c

30f

100

565

1 593

4 624

Valores de exportaciones (dólares)

72c

239

114

100

278

415

721

Valores de importaciones (dólares)

78c

159

125

100

482

956

1 878

Productividad de mano de obra

65

70d

75

100

195

338

665

Población

77

73d

84

100

131

178

250

     a  1902            b Producto interno Bruto por habitante: calculado de Apéndice K y Apéndice M.
     c 1909-1910       d  1921     e  1924     f  1931.
     FUENTE:  50 años en cifras; NAFIN, Méxcio en cifras, 1972.
ANÁLISIS INDIRECTO DEL CAMBIO SOCIAL                       229

economía es floreciente, las masas están en mejores condiciones que cuando el crecimiento económico es bajo, cuando el número de empleos es menor y cuando el dinero no está cambiando de manos» El cuadro VIII-8, basado en la presentación oficial de las estadísticas, demuestra el crecimiento en varios de los sectores de la economía desde 1940, en comparación con los periodos anteriores de revolución ideólogica. Es obvio que los grandes cambios económicos de México se han producido desde 1940. El último año de Cárdenas en el poder marcó el límite de una época de crecimiento económico, porque durante los 18 años que le siguieron todos los índices alcanzaron niveles altos, superiores al crecimiento de la población, incluso la producción agrícola, que se había quedado muy a la zaga hasta llegar a los niveles de 1930, y que todavía no había alcanzado los niveles de 1910 en 1940. La producción de petróleo crudo alcanzó su máximo en 1921, pero decayó durante la década de 1920 debido a que los intereses extranjeros se negaron a hacer inversiones de capital, que veían amenazadas de nacionalización. El petróleo se nacionalizó en 1938, pero pasaron años para que la producción se aproximara a las cifras de bonanza de 1921. Y es interesante observar que para 1930 la extensión de los ferrocarriles llegó a su máximo, pero que el transporte en toneladas, a pesar de haber llegado a un nivel sin precedentes, no había empezado aun a crecer.12                    


     Los partidarios de la revolución económica pueden señalar con orgullo el crecimiento económico alcanzado, porque México nunca había producido un volumen tan grande de artículos en tan poco tiempo como durante los años de 1940 a 1960. No obstante, como hicimos ver en el capítulo IV, la ideología de la revolución económica no abandonó a la gente del campo. También podríamos decir que la ideología de la revolución social no había abandonado la industrialización. Lo complejo de líos resultados de los programas revolucionarios mexicanos podrá verse al hacer una comparación del crecimiento de la industria con el del riego. Durante la década de 1930 el índice de la producción manufacturera presentado en el cuadro VIII-8 subió al 61.3 %. o sea que hubo una ganancia sobre el aumento del 52 % durante los 20 años de la revolución política, 1910-1930. No obstante que la ganancia de la década de 1930 no fue tan grande como el aumento del 365 % obtenido durante los 20 años de la revolución económica, la lucha por la justicia social durante la década de 1930 no sacrificó el crecimiento de la producción manufacturera (véase el cuadro X-8).                                    

     12  Se han agregado nuevas vias férreas al sistema, pero también se han abandonado otras vías antiguas, con lo que el sistema ferroviario no ha cambiado mucho desde 193O.

 

230                              EL CAMBIO SOCIAL

     La revolución económica tampoco sacrificó completamente la política agraria, porque el riego se emprendió en gran escala con objeto de abrir más tierras a la distribución y mejorar las tierras que ya estaban ocupadas, muchas de las cuales no tenían agua. El cuadro VIII-9 comprendía los datos sobre la política de riego de la tierra desde que Calles emprendió ese programa en 1926. Como las obras de riego son a largo plazo, a menudo se extienden de un periodo presidencial al otro, con la consecuencia de que un presidente llegue a inaugurar la obra de otro; y esto fue precisamente el caso durante el confuso periodo de 1928-1934,

CUADRO VIII-9.
Riego de tierras por periodo  presidencia l desde 1926

Presidente

Fecha. Termina periodo

Meses aproximadosa

Total hectáreas regadas
(En miles)

Promedio mensual
 (En miles)

Totales acumulativos hectáreas regadas
 (En miles)

Calles

Nov. 30, 1928

36

2

-

2

Portes Gil

Feb. 4, 1930

12

6

1

8

Ortiz Rubio

Sept. 1, 1932

36

50

1

58

Rodríguez

Nov. 30, 1934

24

91

4

149

Cárdenas

Nov. 30, 1940

72

118

2

267

Ávila Camacho

Nov. 30, 1946

72

549

8

816

Alemán

Nov. 30, 1952

72

626

9

1 442

Ruiz Cortines

Nov. 30, 1958

72

748

11

2 190

López Mateos

Nov. 30, 1964

72

251

32

2 441

     a  Las hectáreas se calculan por base anual, lo que no coincide exactamente con las fechas de los periodos presidenciales (salvo la de la presidencia de López Mateos).La única discrepancia de consideración tuvo lugar en 1932 cuando Ortiz Rubio dejó el poder el 1° de septiembre. A Ortiz Rubio se le acreditan todas las hectáreas de ese  año, suponiendo que su sucesor pondría en ejecución los planes ya trazados durante los ocho meses anteriores. Las fechas exactas de los periodos presidenciales se encuentran en el Apéndice C.


     FUENTES: Adolfo Orive Alba, La irrigación en México (México, D. F.: Editorial Grijalbo, 1970), cuadro 11 y pp. 75-76.

Sin embargo, podemos comparar el riego de la tierra en el cuadro VIII-9 con la distribución de la tierra en el cuadro VIII-4 para comprender cada uno de los periodos en la Revolución. Al riego de la tierra no se le dio importancia hasta que la revolución económica se puso en marcha. Durante las épocas de grandes distribuciones de tierra inmediatamente an-

 

ANÁLISIS INDIRECTO DEL CAMBIO SOCIAL                       231

tes y después de la revolución económica, 1940-1960, se puede ver que al riego se le dio menor importancia qvie a la distribución de la tíeira.


     La relación que existe entre las aguas de riego y la tierra se podrá ver también en las concesiones presidenciales de agua. El cuadro VIII-10 nos presenta un aspecto del problema agrario descuidado a menudo por los investigadores de los asuntos de México; la distribución de la tierra constituye solamente una fase del problema, porque el agua es la clave para que la tierra produzca. Y Ruiz Cortines es el principal distribuidor de dotaciones, amplificaciones y accesos al agua. Le sigue Ávila Camacho, y como tercero Alemán. A Portes Gil le corresponde alta calificación a este respecto, lo cual es de sorprender, tanto por el poco tiempo que estuvo en el poder como por el hincapié que puso en la distribución de la tierra. Los otros grandes distribuidores de tierra. Cárdenas y López Mateos, descuidaron este aspecto de la reforma agraria. Y así tenemos que la política revolucionaria ha sido bastante compleja en su puesta en vigor.

CUADRO VIII-10 Ejecución de dotaciones, amplificaciones
y accesiones a las aguas por período presidencial desde 1915a

Presidente

Fecha. Termina periodo

Meses

Metros cúbicos
(En millones)

Promedio mensual
 (En miles)

Índice

Carranza

Mayo 21, 1920

66.5

22b

331

3

De la Huerta

Nov. 30, 1920

6.0

-

-

-

Obregón

Nov. 30, 1924

48.0

57

1 188

12

Calles

Nov. 30, 1928

48.0

263

5 479

57

Portes Gil

Feb. 4, 1930

14.1

136

9 645

100

Ortiz Rubio

Sept. 1, 1932

30.8

150

4 870

51

Rodríguez

Nov. 30, 1934

27.0

56

2 074

22

Cárdenas

Nov. 30, 1940

72.0

325

4 514

47

Ávila Camacho

Nov. 30, 1946

72.0

967

13 431

139

Alemán

Nov. 30, 1952

72.0

842

11 694

121

Ruiz Cortines

Nov. 30, 1958

72.0

1 386

19 250

200

López Mateos

Nov. 30, 1964

72.0

457

6 347

66

     a  Las dotaciones son hechas por el presidente de México; e incluyen las accesiones por el Departamento Agrario.    b Resolutions.
     FUENTE; Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización (cifras revisadas por el autor, julio, 1971, con la asistencia de Roberto Domínguez MiJJán, subdirector de Estadística).

 

232                              EL CAMBIO SOCIAL                         

     A pesar de los intentos del gobierno por usar la política de riego para hacer que la producción agrícola se ponga en equilibrio con los otros sectores mexicanos de producción, la actividad industrial ha ido en aumentó a un paso mucho más acelerado que la producción agrícola. Despues de varios periodos en los cuales se alteraron los hincapiés hechos en la distribución de la tierra y en el de la política de aguas para resolver los problemas agrarios de México, el problema agrario sigue siendo el mayor problema de México. Aunque algunos autores recientemente han opinado que México ha gozado de una “bonanza equilibrada” desde 1940,13 el parecer histórico no revela ningún desarrollo económico equilibrado.                                                            
     Como lo muestra el cuadro VIII-11, las actividades primordiales que tienen su base en la agricultura, constantemente han contribuido con menos de la cuarta parte del Producto Nacional Bruto, mientras que las actividades secundarias que tienen su base en la industria le han ganado, especialmente a expensas del producto de las actividades terciarias, Un Índice de Contribución per capita sobre el Producto Nacional Bruto nos revela que, desde la Revolución, la participación per capita de las

CUADRO VIII-11. Producto nacional bruto por sectores
    de origen y contribución per capita en pesos de 1950
A. Porcentaje por sector de origen

 

1910

1921

1930

1940

1950

1960

Actividades primariasa

27.4

25.3

19.7

20.5

23.8

23.0

Actividades secundariasb

20.0

21.5

25.4

24.9

32.5

36.1

Actividades terciariasc

52.6

53.2

54.9

54.6

43.7

40.9

TOTAL

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

B. Índice de contribución por trabajador (Promedio = 100)

 

1910

1921

1930

1940

1950

1960

Actividades primariasa

38.2

33.7

29.0

32.4

40.8

43.6

Actividades secundariasb

153.6

165.4

182.9

159.9

203.8

216.0

Actividades terciariasc

348.7

450.6

298.1

258.1

169.8

134.1

   a Agricultura (incluye haciendas ganaderas, caza y pesca).
     b Incluye minería, construcción, petróleo e industria fabril.
     c Incluye servicios públicos y particulares y actividades no especificadas.
     FUENTE: 50 Años en Cifras, 34-37.

     13 Cline, México; Revolutíon to Evolution, 1940-1964, capítulo 27; y Pedro C. M, Teichert, Revolución Económica e Industrialización en América Latina (México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1961), capítulo 12.
ANÁLISIS INDIRECTO DEL CAMBIO SOCIAL                       233

actividades primarias se ha aproximado a paso muy lento al promedio de la contribución per capita de todos los sectores. Las actividades secundarias permanecieron bastante por encima del 50% del promedio hasta 1940, habiendo subido después a más del doble del promedio. Solamente las actividades terciarias se han aproximado marcadamente al promedio. Y es obvio que desde 1940 el desequilibrio entre los sectores económicos de México ha ido en aumento. Más de la mitad de la población económicamente activa trabaja en la agricultura, como lo señaló el presidente de México al presentar las estadísticas del cuadro VIII-11; por ello, la fuente primordial de acúvidad no ha contribuido lo que le corresponde al desarrollo económico.

CAMBIOS DE CLASE SOCIAL

El éxito del desarrollo económico y la aparición de un sector moderno urbanizado de la sociedad mexicana han movido a varios investigadores a examinar el surgimiento de la clase media en México.14 Howard F. Cline ha llegado a la conclusión de que han tenido lugar los cambios de clase que muestra el cuadro VIII-12.


     Según estos cálculos, la revolución efectuada en las clases y en la estructura del trabajo a que la gente se dedica ha ocurrido desde 1940, lentamente pero a paso seguro. La población perteneciente a la clase popular ha cambiado con más lentitud que la clase alta y la clase media en términos del porcentaje aunque la disminución absoluta de una base mayor haya sido más grande.


     Los cálculos del gobierno de México basados en los ingresos antes que en la ocupación no nos da una opinión tan optimista, puesto que, según estas normas, la clase media la constituía solamente el 19.9 % de la población en 1960, o sea un porcentaje doble del de 1900. La clase popular ha sido reducida del 91.1 % a solamente el 82.4 % de la población en la misma duración de tiempo.15 Sin embargo, estos datos dan la impresión de subestimar el número de oportunidades así como el cambio social; a la luz de los siguientes capítulos, los cálculos de diñe nos ofrecen un punto de vista más acertado.


     Todos los intentos anteriores por examinar el cambio social ocurrido

     14  Nathan L. Whetten, “The Rise of a Middle Class in México”, en Vol. 2 Materiales para el estudio de la clase media en América Latina (Washington, D. C.S Unión Panamericana, 1950-1951), 6 vols.; John J. Johnson, Political Change in Latín América: The Emergence of the Middle Sectors (Stanford: Stanford Univeraity Press. 1958).
     15  50 Años en Cifras, 154.

 

234                  EL CAMBIO SOCIAL

CUADRO VIII-12. Clases y estructura de empleos, 1895-1960

 

1895

1940

1950

1956

*1960

TOTAL

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

Clase altaa

1.5

2.9

2.0

5.0

6.5

Clase mediab

7.8

12.6

25.0

30.0

33.5

En transiciónc

-

6.5

20.0

20.0

20.0

Clases bajasd

90.7

78.0

53.0

45.0

40.0

a Administradores y profesionales.
b Profesionales, técnicos, trabajadores de oficina, pequeños comerciantes, artesano)
c Pequeños comerciantes, artesanos semi-califícados, mineros, trabajadores del petróleo, empleados de servicios.
d Empleados de servicio, trabajadores manuales y jornaleros, agricultores, ocupación desconocida.
FUENTE: Cline, México; Revolution to Evolution, 1940-1960, capítulo 11. La obra de Cline se basa en y amplía la investigación de Iturriaga, La estructura social.

durante la Revolución Mexicana tienen el problema de que implican un cambio de las masas sin un intento directo por medir ese cambio. Como la Revolución se emprendió con el propósito de elevar el nivel de vida de las masas empobrecidas, y con el objeto de integrar socialmente la nación mexicana, persiste la misma pregunta: ¿Cuál ha sido el verdadero cambio social que han experimentado las masas?

 

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