Mexico and the World
Vol. 7, No 3 (Summer 2002)
http://www.profmex.org/mexicoandtheworld/volume7/3summer02/prefacio_volumenIII.html


Prefacio
 
Este es el tercer volumen la serie de cuatro que la Universidad Autónoma Metropolitana publica bajo el título general de Frente a la Revolución Mexicana, 17 protagonistas de la etapa constructiva, entrevistas de historia oral que James W. Wilkie y Edna Monzón de Wilkie realizaron a personajes de la política mexicana entre 1962 y 1965.
 
El plan de la obra aparece en la página xvii y muestra la distribución de las entrevistas en cuatro volúmenes, cada uno de los cuales tiene un subtítulo: i. Intelectuales, ii. Ideólogos, iii. Líderes políticos y iv. Candidatos y Presidente. Los subtítulos son una convención editorial y no pretenden clasificar a las diecisiete personas, quienes lo mismo fueron intelectuales e ideólogos que líderes políticos; el único grupo distintivo aparecerá en el cuarto volumen y lo integran quienes aspiraron formalmente a la Presidencia de la Repú­blica.
 
Este tomo presenta por primera vez las entrevistas con Salvador Abascal, Luis L. León y Jacinto B. Treviño. La historia oral de Marte R. Gómez apareció en México visto en el siglo xx, en 1969, un libro que contenía siete de estas 17 entrevistas de historia oral, y que fue editado bajo circunstancias que narra el prefacio del primer volumen.
 
Del proyecto de historia oral en México que auspiciaron la Biblioteca Bancroft de la Universidad de California en Berkeley, la Universidad del Estado de Ohio, la Universidad Estatal de New York en Buffalo y la Fundación para la Investigación Histórica, y que los Wilkie realizaron entonces, quedan inéditas las entrevistas con Juan Andreu Almazán y Ezequiel Padilla. Éstas, más las entrevistas a Vicente Lombardo Toledano y a Emilio Portes Gil, publicadas en 1969, integrarán el volumen iv.
 
Además de exponer al lector el plan de la obra general y la procedencia del contenido del libro que tiene en las manos, los prefacios de los volúmenes anteriores, como éste, se han propuesto aportar información complementaria sobre el proyecto de historia oral que les dio origen.
 
El prefacio del libro i. Intelectuales, expuso algunos antecedentes del este proyecto, las circunstancias en que los Wilkie establecieron contacto con personas que habían participado en la política mexicana durante la primera mitad del siglo anterior [1] y realizaron las entrevistas; así como del ambiente político que había en México cuando se publicó México visto en el siglo xx, y las reacciones que produjo.
 
El prefacio del libro II. Ideólogos, se ocupó de los efectos que el proyecto ocasionó en el ámbito académico, donde James W. Wilkie discutió su método de trabajo y su concepción de la historia oral, así como el surgimiento de la teoría del Elitelore, que sintetiza sus conclusiones acerca de la relación entre las historias de vida y la concepción del mundo de los dirigentes a quienes entrevistó. [2]
 
Aquí presento una entrevista con James Wilkie [3] en la cual nos propusimos dilucidar lo que él mismo entiende por etapa constructiva de la Revolución Mexicana, un concepto implícito del título de esta serie que consideramos útil hacer explícito.
 
rrc. Para entender la Serie Frente a La Revolución Mexicana, debemos hablar del concepto al que se refiere el subtítulo La etapa constructiva de la revolución mexicana, ¿no te parece?
 
jw. La Etapa Constructiva, lo que implica es que antes y después hubo etapas destructivas. Independientemente de la ideología política de cada gobierno, en la historia de México se han alternado varias etapas constructivas y destructivas, que muchas veces se solapan.
 
          Cada época en la Historia de México conlleva cambios que al implementarse parecen producir consecuencias positivas a corto plazo, las cuales, a largo plazo pueden convertirse en negativas. En efecto, las “semillas” del cambio llevan consigo las bases para “destruir” lo que han creado.
 
          El papel que desempeñó la hacienda en el siglo xix ofrece un ejemplo de este fenómeno. La Guerra de Independencia y las guerras civiles entre bandos militares y caudillos durante el siglo xix hicieron surgir los aspectos “positivos” de la hacienda. Aun dentro de la destrucción de las guerras civiles, existía un aspecto constructivo que era el sistema de la hacienda, el cual se convirtió en un refugio para los campesinos que buscaban protección de posibles ataques de parte bandoleros y guerrilleros.
         
          José Miranda —el famoso historiador español exilado aquí, catedrático de El Colegio de México— observó que fue durante esta época cuando los campesinos de México comían mejor (por ejemplo, ingerían más carne entonces que después de 1910). Muchos de ellos tenían la protección del patrón, que les concedía ciertos privilegios. Aunque había abusos, también había ciertas protecciones.
 
rrc. Y desde esa óptica, ¿cómo enfocas el porfiriato?
 
jw. En la época de Porfirio Díaz, y con la pacificación del país, la hacienda llegó a ser otra cosa. La situación creada por las tiendas de raya se volvió cada día más opresiva, y la relación entre los campesinos y hacendados fue mucho más tensa. La tienda de raya hizo que la hacienda perdiera su elemento de protección hacia los campesinos, convirtiéndose más bien en un medio para mantener a los peones en calidad de esclavos de su deuda a la hacienda. La revolución destructiva que comenzó en 1911 dio la posibilidad a muchos campesinos de escaparse de esa vida en haciendas y minas, por medio del sistema ferroviario que había construido Díaz.
 
          El sistema que estableció Díaz constituyó una nueva base económica para México, con tanto éxito que muchos terratenientes que se habían beneficiado del sistema de la hacienda y empresarios que se sintieron marginados del sistema político, decidieron apoyar la revolución contra Díaz con el propósito de lograr acceso tanto al poder social como económico y así evitar su obligación de rembolsar fondos a sus acreedores por deudas adquiridas como resultado de un exceso de capacidad productiva.
 
          No obstante que la etapa violenta de la revolución causó destrucción, el país pudo recuperarse en un período de seis años para llegar a elaborar una constitución. En los siguientes diez años, sobre la base de los conceptos generales de la Constitución de 1917, el presidente Plutarco Elías Calles y personas destacadas como Manuel Gómez Morín, entre muchos más, establecieron las nuevas instituciones del México del Siglo xx como el Banco de México, el Banco de Crédito Agrícola y la Comisión Nacional de Irrigación, y se construyó una infraestructura de nuevos caminos y ferrocarriles.
 
          Afortunadamente, la etapa violenta de la revolución no afectó a buena parte de la industria y aunque le causó al crecimiento económico del país un atraso de por lo menos una década (y tal vez hasta de cuatro décadas), no tuvo el impacto tremendamente negativo de casi cinco décadas de las guerras civiles del siglo xix. Por ejemplo, la violencia causó mayores estragos en partes del centro del país y no hubo destrucción de la industria petrolera.
 
rrc. Entonces, con la Constitución de 1917, México entró a la Etapa Constructiva . . .
 
jw. Efectivamente. Y en la década de 1920 fue necesario el establecimiento de una nueva política que tenía por objeto evitar levantamientos militares. Esta nueva política se aprecia ante los acontecimientos de 1923, 1927 y 1929, y en la forma como se resolvió la confrontación con los militantes católicos en la Guerra Cristera, de 1926 a 1929.
 
          Dos líderes dominaban la política entre 1921 y 1928—Álvaro Obregón (presidente de la República hasta 1924 y Plutarco Elías Calles (presidente hasta 1928). Se suponía que estos dos hombres iban a alternarse el poder.
 
          Cuando Obregón fue asesinado en 1928, siendo Presidente electo, nadie sabía exactamente si este acto lo había cometido un delincuente común o un católico militante, o si se trataba de un ardid político efectuado para proteger a Calles y evitar el regreso de Obregón.
 
          Con la muerte de Obregón, Calles tuvo que reconocer que para evitar este tipo de situación convenía formar un Partido Oficial, lo cual realizó Portes Gil en 1929. Mientras tanto, los hechos probaron que la muerte de Obregón no había sido un asesinato político.
 
rrc. ¿Y cómo ocurrió la transición al siguiente decenio, el de los años 30?
 
jw. Para calmar la tensión política de 1928, Calles viajó a Europa y dejó a Portes Gil como presidente interino. Portes Gil era hombre de izquierda, quien, en estrecha colaboración con Marte R. Gómez luchó por la reforma agraria y el ejido. Gómez, como puede verse en este volumen, había trabajado con Zapata como ingeniero y después colaboró con Portes Gil en la gubernatura del estado de Tamaulipas. Fueron ellos quienes iniciaron la “verdadera reforma agraria,” primero en Tamaulipas y posteriormente en la nación. Durante las presidencias de Calles y Obregón se habían repartido tierras, pero a un ritmo muy lento.
 
          A fines de la década de 1920 y principios de la de 1930, los militantes agraristas se movilizaron —como vimos en la historia oral de List Arzubide— haciendo un esfuerzo por recuperar la imagen de Zapata. A Portes Gil le tocó organizar, en 1929, el Partido Oficial, entonces Partido Nacional Revolucionario.
 
          No obstante que la época que abarca los años 1929-1934 ha sido llamada “el Maximato”, sugiriendo con ello que Calles era el “Jefe Máximo” detrás del poder, debemos aclarar que los hechos demuestran que Portes Gil gobernó con plena independencia de Calles.
 
          Los dos presidentes que sucedieron a Portes Gil (Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez) sí gobernaban bajo la influencia de Calles, este último a su vez, influido por su estancia en Europa y convencido de que había llegado el momento de crear en México una clase media rural como en Francia o Inglaterra. Desde el exterior del país Calles envió “órdenes” para frenar la entrega de tierras ejidales a los campesinos.
 
           Lázaro Cárdenas, como gobernador de Michoacán entre 1928 y 1932, rechazó las presiones de Calles. Como consecuencia, los agraristas vieron a Lázaro Cárdenas como su líder —el hombre que iba a llevar a cabo la revolución agraria. Además, los jóvenes de la izquierda radical se aliaron a Cárdenas en su afán de limitar el poder de la Iglesia y establecer la educación socialista.
 
rrc. En tu tesis para obtener la Maestría analizaste el tema del conflicto ideológico en la época de Lázaro Cárdenas, entonces gobernador de Michoacán, [4] y la forma en que a la postre se resolvió la lucha entre la Iglesia y el Estado, ¿no?
 
jw. Sí, pero esa lucha le causó gran preocupación a Cárdenas por más de una década. En esa tesis hice un análisis de la preferencia de Cárdenas por la educación socialista, la cual tenía como fin acabar con el poder de la Iglesia sobre la juventud estudiantil; también hice un estudio de la política interna de Michoacán de 1928 a 1932, y el proceso nacional que llevó a Cárdenas a la Presidencia de México durante el sexenio 1934-1940.
 
          No obstante que Cárdenas adoptó la educación socialista a principios de la década de 1930 (la cual había heredado de Calles) para iniciar su propio proyecto de dar “poder a los trabajadores” y “tierra a los campesinos”, esta decisión originó problemas que culminaron en la confrontación Cárdenas-Calles en 1935-1936. Posteriormente, después de la total nacionalización de los ferrocarriles en 1937 y del petróleo en 1938, Cárdenas se vio obligado a frenar su lucha con los católicos sobre la educación. La acumulación de problemas lo obligó a seleccionar sus campos de batalla; y de todas maneras, en 1937 Luis María Martínez, el obispo de Morelia, fue nombrado Arzobispo de México, en un intento de la jerarquía de la Iglesia por realizar negociaciones con Cárdenas, lo cual, en menos de dos años, dio fin a la relación conflictiva entre la Iglesia y el Estado.
 
          Al terminar la maestría, volví a México para iniciar la investigación para mi doctorado. De 1955 a 1958, cuando asistí a clases para obtener la licenciatura en Mexico City College, había viajado por todo el país, tomando como base de operaciones la Ciudad de México, así que cuando volví, ya no sentía la necesidad que experimentan los estudiantes de posgrado de iniciar un recorrido para conocer el panorama físico e intelectual de la nación que estudian.
 
          El verano de 1962 residí en la Quinta Zipecua de Francisco J. Múgica­ —residencia entonces de doña Carolina, su tercera esposa—, situada en la colina sobre el lago de Pátzcuaro. Llegué allí para examinar los papeles de Múgica. Por muchos años Cárdenas había sido y era aún vecino de la familia de Múgica en Michoacán.
 
rrc. Imagino que entonces tuviste oportunidad de percibir la relación entre Múgica y Cárdenas.
 
jw. Sí. No obstante que la mayor parte del material que ofrecía el Archivo de Múgica al investigador no era de gran importancia histórica, leyendo los documentos que había allí entendí muchas cosas. Los radicales buscaron “refugio” en Michoacán bajo la protección del entonces gobernador Lázaro Cárdenas y su amigo allegado, Múgica, quien se consideraba el mentor intelectual de Cárdenas. Múgica era un hombre muy instruido, había sido constituyente; él había planteado en 1917 el derecho de México de nacionalizar el petróleo y sus ideas tuvieron gran impacto sobre Cárdenas.
 
rrc. ¿Qué tipo de documentos había en el archivo de Múgica?
 
jw. En su mayoría, eran cartas de personas que buscaban trabajo, o supuestamente ofreciendo algún informe para después, al final, pedir ser agente del gobierno y enviar información “política”, pero tuve la oportunidad de leer el excelente material que proveían las cartas personales entre Múgica y Cárdenas —contenidas en un librito de cartas originales y notas del diario de Múgica, el cual me di cuenta más tarde que tal vez era “secreto,” ya que de repente desapareció. Me imagino que cuando doña Carolina se fijó que lo había dejado a la vista, lo escondió.
 
          Antes de perder vista el librito, yo había leído mucho de interés del diálogo epistolar entre Cárdenas y Múgica, que me reveló pensamientos de los dos. Por ejemplo, en una carta, Múgica hacía bromas enigmáticas acerca de algo relacionado con unas monjas que ellos habían tratado. En otras cartas Cárdenas manifestaba su ansiedad por resolver el problema indígena.
 
          Pasé algún tiempo allí leyendo esta correspondencia. Me pareció interesante que una de las metas importantes de los dos, durante el gobierno de Cárdenas —de la cual sentían gran orgullo—, era construir diariamente un kilómetro de camino y un kilómetro de vía férrea, y sembrar árboles.
 
          Cárdenas era un hombre muy práctico; quería construir la nación, unir el campo con el mercado y unir los pueblos aislados. Tenía muy presente la necesidad de construir una infraestructura en el campo —no tanto las presas y los sistemas de electricidad que fueron obra del Presidente Alemán (1946-1952), ni el sistema del seguro social que se estableció durante la presidencia de Ávila Camacho (1940-1946). En la época de Cárdenas no había dinero para la seguridad social. De hecho, ni entonces ni después ha habido crédito agrícola masivo o extensión agronómica efectiva.
 
          Al leer las cartas entre Múgica y Cárdenas en el libro secreto, pude entender las esperanzas que él abrigaba para México. Ese librito tiene mucha importancia en la historia de México. Aunque Cárdenas dejó un diario, publicado en varios tomos después de su muerte, esos tomos carecen del “alma” que contiene la correspondencia con Múgica. En el Archivo de la Defensa Nacional tanto como el Archivo de Múgica, buena parte de la correspondencia escrita por Cárdenas decía: “Esta carta presenta al capitán tal y tal con un mensaje verbal, favor de contestar verbalmente.”
 
rrc. ¿Qué fue de los militantes de la izquierda radical que se unieron a Cárdenas cuando era gobernador de Michoacán?
 
jw. Como vimos en el tomo II de esta serie, Germán List Arzubide llegó a Morelia para participar en la Secretaría de Educación del Estado y escribir su libro Práctica de la Educación Irreligiosa publicado en 1933. Desafortunamente para List, su programa en favor de la educación irreligiosa no prosperó bajo la presidencia de Cárdenas como había prosperado durante su gubernatura en Michoacán.
 
rrc. ¿Y en qué forma colaboró Luis Chávez Orozco con Cárdenas en Michoacán?
 
jw. Chávez Orozco comenzó en aquel entonces a escribir su Historia de México, publicada en 1934. Como hemos leído en sus entrevistas en esta serie, cuando las primeras reseñas de esta historia la declararon “la primera excelente historia marxista”, Chávez Orozco se sorprendió, porque no sabía de lo que hablaban, pues él no estaba consciente de haber escrito una historia propiamente marxista. No obstante, había adoptado el lenguaje marxista de la época, exactamente como lo hizo Lázaro Cárdenas. Este lenguaje consistía de una mezcla de ideas provenientes de Italia, Alemania y los Estados Unidos.
 
rrc.¿Y cómo superó Cárdenas las resistencias que ocasionó su “marxismo” para ser el candidato del pnr?
 
jw. Calles estaba buscando el candidato para la campaña de 1933-1934 para sacar al país de la depresión más seria en la historia de México—mucho más grave que la de la década de 1980 o 1990, que tuvo casi el doble del impacto.
         
          Calles sabía que tenía que respaldar a un candidato que se pusiera a la par de los cambios mundiales, y fue muy fácil para los izquierdistas y los agraristas y gente como Lombardo, desde las organizaciones laborales, proponer a Lázaro Cárdenas. Cárdenas había adquirido fama como gobernador reformador entre 1928 y 1932, tal como lo hizo Franklin Delano Roosevelt en el Estado de Nueva York al reformar la política de su estado. Ambos lo lograron sin violencia, trabajando dentro del sistema, y con posibilidades de extender esta reforma a toda la nación.
 
          Irónicamente, como nos ha dicho Marte R. Gómez, fue Rodolfo Calles en Sonora, quien propuso el nombre de Lázaro Cárdenas, porque Rodolfo estaba al margen de todos los problemas y no estaba enterado de la tensión que existía entre Cárdenas y Calles— en Sonora las comunicaciones en esos años eran muy difíciles. Y todos pensaban que si el hijo del presidente estaba proponiendo a Cárdenas, entonces tenía que ser por órdenes de Plutarco.
 
          Hay versiones de otros líderes, como la de Portes Gil, en las cuales cada uno de ellos se atribuye el mérito de haber hecho posible la elección de Cárdenas a la Presidencia. Algunos se han atribuido el mérito de haber convencido a Cárdenas a que nacionalizara el petróleo en 1938. En la historia oral puede observarse este fenómeno en el cual diferentes personas están convencidas de que la sugerencia de cada uno de ellos fue el factor decisivo en la realización de una acción de trascendencia histórica. Y de hecho, para que se cristalice un evento de importancia histórica, frecuentemente es necesario que varios actores sientan que están desempeñando un papel clave en la realización de un cambio.
 
          Una de las reseñas de nuestro libro México Visto en el Siglo XX , publicado en 1969, hizo referencia a este fenómeno. Esto nos revela que el éxito tiene muchos padres, mientras que el fracaso no tiene ninguno. Pero es cierto también que sin el apoyo de muchos, a un líder le resultaría imposible realizar eficazmente un cambio drástico e importante; y Cárdenas supo manejar el asunto de la expropiación para obtener ese apoyo, aún de la Iglesia.
 
          Cárdenas estrenó el primer sexenio presidencial establecido en 1934 por el Congreso y se propuso utilizar todo su período para beneficiar a los trabajadores y los campesinos, poniendo énfasis en los artículos sociales de la Constitución de 1917, los cuales Portes Gil y él habían iniciado cuando fueron gobernadores de Tamaulipas y Michoacán, respectivamente. Portes Gil, durante su presidencia (30 de noviembre de 1928 a 5 de febrero de 1930) había iniciado el período de énfasis en lo social, el cual culminó el resto de la década de 1930, bajo Cárdenas. Este último dio énfasis al gasto social, pero siempre pensando en la construcción de la infraestructura, lo cual implicaba también atención al rubro de gastos económicos.
 
          Cárdenas llegó a la presidencia después de haber iniciado la tradición de la gira como candidato presidencial por todas las regiones del país. Posteriormente, como presidente, Cárdenas seguía sus recorridos por el campo y los pueblos, ya fuera en carro o a caballo.
 
rrc. En ferrocarril también.
 
jw. O en ferrocarril. Siempre iba acompañado de dos secretarias, tomando notas, preguntando: “¿Qué tenemos que hacer aquí? ¿Cómo podemos resolver esto?” o recibiendo peticiones, por ejemplo, de una madre solicitando empleo para su hijo.
 
          Yo tuve la oportunidad de viajar en 1962 en auto con Cárdenas entre Uruapan y Apatzingán. Don Lázaro me invitó a acompañarlo en uno de sus famosos recorridos. (Yo obtuve el contacto por medio de su hijo Cuauhtémoc.)
 
          Comenzamos el recorrido con un solo carro y al llegar a Apatzingán se  había sumado tanta gente a nuestra comitiva, que nos habíamos convertido en una caravana. En cada ejido parábamos. Cárdenas me presentaba a mí como el visitante distinguido. Entonces todos gritaban: “¡Viva Wilkie!” De esa manera, mientras enfocaba la atención de la gente en mí, él inspeccionaba todo y hablaba con diferentes personas. Muy buen inspector, ¿no?
 
          Cuando llegamos a Apatzingán, estábamos solos en un museo y no sé cómo entraron dos mujeres llorando, pidiendo ayuda para sus familias. El padre había perdido su trabajo en la Comisión Federal de Electricidad, algo así, y don Lázaro me dijo: “¿Puede tomar nota, por favor? Tengo que resolver esto.” Entonces yo tomé nota de los nombres de las personas y de todo el problema. En ese caso yo fui el secretario y pude entender cómo él siempre tomaba notas para más tarde cumplir con sus promesas de ayudar a quienes se sentían con la confianza de acercarse a él con sus peticiones y quejas.
 
          De este tipo de situaciones surgió el chiste de que Cárdenas estaba en una reunión de gabinete en la que se hablaba del problema del peso y el dólar. Y de pronto entró un mensajero con un telegrama que decía: “Presidente Cárdenas, puercos muriendo, fuego en el campo, emergencia aquí en el pueblito tal y tal”. Firmado, Juan.
 
          Y Cárdenas dijo: “Hay que suspender esta reunión del gabinete y pedir el tren presidencial. Tengo que ayudar al pobre Juan.” En este chiste, es obvio que ni conocía a Juan, ni a miles de Juanes como él, pero daba a entender que Cárdenas gobernaba de una manera muy personal (como dijo Cosío Villegas en nuestras entrevistas de historia oral con él y en su libro publicado en 1974, El estilo personal de gobernar); y yo fui testigo de ese estilo personal muy especial de don Lázaro. . .
 
          Cárdenas siempre fue muy cuidadoso de no decir nunca nada que quedara grabado, porque quizás para él esto era entregar la voz del patrimonio de México, y además, como sugería su apodo, “la esfinge”, él quería, en vez de hablar, escuchar. Era de espíritu genuinamente humilde. Era firme en sus convicciones, pero no prepotente.
 
          Yo quería entrevistar a Cárdenas y grabar su historia oral. Él dijo que sí, pero nunca dijo cuándo. Por la forma en que él pensaba, prefería discurrir en términos lineales, a, b, c, d, etc. No quería abordar un tema en un orden que comenzara en M, se brincara a Zeta, y terminara en A. Mis preguntas eran curvilíneas y no facilitaron sus respuestas.
 
rrc. ¿Curvilíneas?
 
jw. Curvilíneas. Cuando yo decía, por ejemplo, “Cómo podemos comparar el programa de Obregón y el de Alemán?”, Cárdenas respondió: “No, no, no; no puedo hacer tal comparación, porque sería injusto. Cada presidente de México ha hecho una aportación apropiada en su tiempo histórico. Y tenemos que abordar temas en orden cronológico.”
 
          Cárdenas hablaba conmigo, pero me pidió no grabar su voz en cinta magnética.
 
          Pude tomar notas, pero no pude usar la grabadora, y además, en esa época las grabadoras eran enormes —no existían las portátiles todavía— pesaban como 20 kilos, en comparación con las pequeñas modernas, como ésta en que estás grabando. ¿Cuánto pesa?
 
rrc. Un cuarto de kilo, tal vez.
 
jw. Cárdenas me pidió una lista de preguntas escritas, que él respondería más tarde, también por escrito.
 
          Don Lázaro me dijo que él tenía que ponderar cada palabra que pronunciaba públicamente, porque si alguien citaba sus declaraciones con mala intención, podría tener un impacto político negativo en México. Él dijo que si no permitía que un investigador mexicano grabara sus memorias, ¿cómo iba a permitírselo a uno extranjero?
 
rrc. ¿Cuál fue la relación entre Calles y Cárdenas durante la presidencia de don Lázaro?
 
jw. Existían discrepancias entre los dos desde que Cárdenas estuvo en la gubernatura de Michoacán y se intensificaron durante la campaña presidencial de 1934, especialmente con relación al registro de sacerdotes y al control de las iglesias.
 
          En este ambiente, Calles se declaró en contra de los programas del presidente Cárdenas que fomentaban huelgas de los trabajadores industriales (quienes tomaron control de las fábricas) e invasión de tierras de parte de los ejidatarios (quienes reclamaban sus tierras ancestrales). Entretanto, Luis L. León, el ideólogo de Calles, confrontó a Vicente Lombardo Toledano, quien quería unir a los trabajadores y los ejidatarios para hacer la revolución socialista.
 
          Cárdenas estuvo en contra de la idea de los callistas de que hubiera representantes en el gabinete del sector campesino y el sector laboral, y que por lo tanto no habría necesidad de huelgas, a las que consideraban nada más como un arma de transición.
 
          Para resolver el problema del poder y evitar la unificación de los obreros y ejidatarios bajo Lombardo, Cárdenas reformó el Partido Oficial. En 1938 cambio el nombre a Partido Revolucionario Mexicano (prm), transformando así la base de caudillos regionales a una base de “corporativismo,” el cual no debe confundirse con el corporatismo del sistema capitalista, sino de un tipo similar al de Italia y Alemania en las décadas de 1920 y 1930.
 
          Supuestamente las decisiones del prm se basaban en los cuatro sectores del partido: obrero, campesino, militar y popular. El sector popular está constituido por todos los grupos no incluidos en los otros tres sectores.
 
          Sólo los empresarios quedaron afuera del prm, pero Cárdenas estableció el requisito de que las compañías con cierto nivel de actividad económica y/o número de empleados tenían que unirse en cámaras de comercio, de industria, de servicios, etc., para representar al sector empresarial ante el Gobierno Federal. El concepto de Cárdenas era que sólo desde su esfera de trabajo podían los ciudadanos proteger sus propios intereses.
 
          Además de la educación socialista que Cárdenas había tratado de implementar desde su gobierno en Michoacán, la ideología durante la presidencia de Cárdenas se complicó por el surgimiento de dos movimientos. Por una parte, en Zacatecas y Jalisco surgió la idea de forjar una Segunda Guerra Cristera. Pero esa idea de una nueva cristiada “murió” en la zona aislada del centro-oeste de las montañas de México.

       Por otra parte, surgió el Movimiento Sinarquista. El sinarquismo, fundado por Salvador Abascal durante los primeros años de la presidencia Cárdenas, tuvo cierto éxito y sobrevivió en las marchas urbanas de ciudadanos contra el Presidente —marchas con el estilo de las que estaban en boga en Europa, especialmente de España, Alemania e Italia.
 
          El sinarquismo se oponía a lo que llamaba la política anárquica de Cárdenas, y exigía un México “sin anarquía.” Abascal se oponía a las huelgas y a las invasiones inspiradas por Cárdenas.
 
rrc. Y la política agraria de Cárdenas, ¿qué tanto pesó en esta controversia?
 
          El problema del ejido se hacía aparente durante la presidencia de don Lázaro. Calles había favorecido el “ejido individual,” mientras que Cárdenas estaba a favor del “ejido colectivo”, sin parcelas individuales. En realidad, Calles había previsto que la superficie de tierra de México tenía límites, mientras que el crecimiento de la población podía ser infinito, lo cual iba a producir la pulverización de la tierra y la creación de minifundios. Aunque Cárdenas tenía buenas intenciones cuando entregó la tierra a familias con dos hijos, no calculó que cada una de estas familias podía llegar a tener cinco o más hijos.
 
          Finalmente, el ejido iba a sufrir las mismas consecuencias que resultaron de la tierra “comunal” de Europa del Este, Rusia y China. Para los que pensaron en términos colectivistas, como Ceausescu en Rumania, o Stalin en Rusia, nunca entendieron que la superficie de la tierra no podía soportar el crecimiento de la población. Eso fue parte del problema.
 
          Pero la idea de Cárdenas, por ejemplo en La Laguna, de que el experimento realizado allí iba a ser el ejemplo para la nación y el mundo de cómo construir el ejido colectivo, en un lugar sin agua, sin muchas esperanzas, funcionó durante un tiempo con un buen subsidio; pero más tarde, sin subsidio y con sequía, llegó a ser un gran fracaso.
 
          Irónicamente, también Abascal vio el fracaso de su sueño de hacer el agro florecer en un lugar que carecía de agua. Mientras Cárdenas favorecía el ejido colectivo para su experimento, Abascal favoreció la propiedad privada para establecer su experimento en el desierto de Baja California, en donde fundó la colonia María Auxiliadora, con el propósito de probar que podía lograrse el éxito en tierra árida. Para estimular sus experimentos, Abascal confiaba en Dios; Cárdenas en subsidios.
 
rrc. Ves el papel de Cárdenas como positivo y negativo a la vez…
 
jw. Por una parte, don Lázaro fue uno de los grandes forjadores del México moderno; por otra, sentó las bases del Estatismo “destructivo” que iba a abrumar a México entre 1968 y más o menos 1985.
 
          A cada presidente de la “Familia Revolucionaria” que gobernó entre 1917 y 2000 puede atribuírsele el mérito de haber impulsado programas “positivos” para el desarrollo de México. A la vez, cada uno ha sido responsable de algunos proyectos que a largo plazo han tenido consecuencias “negativas” imprevistas, aunque a corto plazo hayan contenido elementos de beneficio.
 
Podemos decir que la historia de México desde 1910 abarca cuatro etapas. Durante este período el Partido Oficial como tal, ejerce control del gobierno desde su fundación en 1929 hasta el año 2000, cuando pierde el poder a principios del siglo xxi con la victoria electoral del líder de la oposición política, Vicente Fox Quesada.
 
A mi juicio, las cuatro etapas incluidas en la historia de México desde la Revolución de 1910 son las siguientes:
 
- Etapa violenta de la Revolución Mexicana que comenzó en 1910;
 
- Etapa Constructiva, que surge con la Constitución de 1917, y termina en 1968 con la matanza de estudiantes en Tlatelolco de parte del Ejército Mexicano, bajo el gobierno rígido de Gustavo Díaz Ordaz;
 
- Etapa Estatista, bajo las presidencias de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) y José López Portillo (1976-1982), y parte de la presidencia de Miguel de la Madrid Hurtado, de 1982 hasta 1985, cuando el Estatismo queda totalmente desacreditado debido a que el Poder del Estado se mostró impotente ante la crisis causada por el terremoto que sacudió a la Ciudad de México, cuando el pueblo tuvo que organizar su propio rescate, así como el suministro de agua y alimentos a los damnificados;
 
- Etapa de des-Estatificación, bajo De la Madrid (1985-1988), cuando Carlos Salinas de Gortari representó la corriente de mayor fuerza durante el gobierno de Miguel de la Madrid. Eso significa que, en efecto, Salinas actuó como presidente de México dos sexenios, no obstante que desempeñó el puesto oficial de Secretario de Programación y Presupuesto hasta 1988.
 
    Bajo el mando de Salinas, México pudo formar parte, en 1986, del Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio, gatt (la base de la actual Organización Mundial de Comercio) y forjar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) en 1994. Este período incluye la presidencia de Ernesto Zedillo (1994-2000).
 
    Irónicamente, desde 2000 se puede decir que México sigue en esta etapa de des-Estatificación, la cual incluye, desde 2000, un nuevo subperíodo de elecciones presidenciales libres con el triunfo de la oposición y la elección de Fox. (Sin embargo, no olvidemos que habían ya surgido manifestaciones democráticas en México en 1988 con los resultados de muchas elecciones municipales y estatales.)
 
rrc. Por favor, dame tu definición de “Estatismo”.
 
jw. Defino el “Estatismo” como el momento en la historia de una nación en que la burocracia del Estado llega a ser dueña de más del 50% del pib y/o establece normas excesivas de control sobre el sector privado, inclusive imponiendo tarifas e impuestos que estrangulan la capacidad productiva del país y/o la capacidad de competir en los mercados mundiales.
 
          Desde 1985 los líderes de México en el gobierno han tratado de des-estatizar la economía, especialmente bajo las presidencias de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), y ahora Vicente Fox Quezada. (2000--)
 
          Para acabar con el Estatismo, desafortunadamente, los presidentes desde 1985, incluyendo a Fox, no han podido moderar considerablemente el gran número de controles normativos y el sistema incompetente de recaudación de impuestos que obstaculiza el desarrollo económico y que con frecuencia fomenta la corrupción y la evasión fiscal.
 
          La meta que le conviene a México es actuar como mediador de las fuerzas económicas en competencia y eliminar el papeleo excesivo y poco realista de los descuentos impositivos a los negocios, problema que permanece irresuelto y que será uno de los desafíos más importantes del Siglo xxi.
 
          Pero éste no es más que el principio de la modernización imprescindible de códigos legales latinos, que permiten únicamente actividades que se hayan autorizado explícitamente. (Las leyes anticuadas de origen español, francés o romano no están actualizadas porque no pueden prever lo que debe legalizarse.) A diferencia de estos, los códigos legales de los Estados Unidos son flexibles, y hacen posible cualquier actividad, que no se haya declarado explícitamente ilegal.
 
          Paradójicamente, podemos decir que México está en “revolución permanente” (no definida como el mismo concepto de la del Partido Oficial) porque sucesivamente ha tenido que hacerle frente a tres cambios bruscos que ocurrieron en (a) 1910, (b) 1968, y (c) desde 1985, el cual incluye la democracia a nivel municipal y estatal que ha surgido en México desde l998 y las elecciones presidenciales de 2000.
 
rrc. Dada la complejidad de todos estos factores, ¿cómo defines, de una manera más amplia, el concepto de “Etapa Constructiva”?
 
jw. Yo veo el período que comienza en 1917 como la “Etapa Constructiva de la Revolución Mexicana” cuando la llamada “Familia Revolucionaria” realizó muchos logros importantes para México.
 
          Primeramente, la Familia Revolucionaria (que fundó el Partido Oficial en 1929) creó, de manera pragmática, instituciones políticas, económicas y sociales como parte de una nueva infraestructura nacional, y gradualmente promulgó leyes reglamentarias para que se cumplieran disposiciones establecidas en la Constitución de 1917.
 
          Posteriormente, el subperíodo dominado por Cárdenas estableció firmemente los derechos de los obreros y de los campesinos dentro de un sistema corporativista que sentó las bases del Estatismo —el cual fue como una bomba de tiempo que ha atrasado el desarrollo de México al institucionalizar el poder y la corrupción de muchos líderes sindicales.
 
rrc. Dame, por favor, ejemplos de obras positivas de Cárdenas.
 
jw. Lázaro Cárdenas estableció:
 
-  la institución que se convirtió en la conasupo, la cual durante sus primeras décadas proveía un sistema aparentemente eficaz de comprar los bienes de consumo de los campesinos a precios relativamente “altos” y venderlos al sector urbano a precios relativamente “bajos;”
 
-    el sistema de conceder “certificados de inafectabilidad” para proteger grandes extensiones de tierra, siempre que produjeran bienes alimenticios para las ciudades;
 
-  la posibilidad de atraer a México un centro de investigaciones agrícolas que más tarde se convirtió en el mundialmente famoso Centro de Investigación para el Mejoramiento del Maíz y Trigo (cimmyt).
 
     En ocasión de la entrega del poder en 1940, Cárdenas le dio su apoyo a Marte R. Gómez, éste recién nombrado Secretario de Agricultura en el gobierno de Manuel Ávila Camacho, estableciendo así un enlace de cooperación entre la presidencia saliente y la entrante. Gómez y Cárdenas se unieron para pedir ayuda a Henry A. Wallace, vice presidente electo de los Estados Unidos. Wallace llegó a México para el cambio de poderes con el fin de apoyar a Ávila Camacho y evitar un levantamiento de parte del General Almazán, quien consideraba que había habido fraude electoral y que el verdadero ganador de las elecciones era él. En una reunión privada con Wallace, dado lo delicado de admitir, sin mayores repercusiones, el fracaso del sistema ejidal, Cárdenas y Gómez pidieron la ayuda de los Estados Unidos para resolver los graves problemas que la reforma agraria había creado para México.
 
          Wallace consiguió que la Fundación Rockefeller estableciera en Chapingo el centro de investigación que llegó a ser cimmyt. En la década de 1960 México, a través de cimmyt, exportó la “Revolución Verde” al exterior, salvando así a la India y Pakistán de la hambruna. Actualmente, Chapingo es la sede internacional de las estaciones de investigación agrícola en el mundo entero.
 
-  la reforma del Fondo de Desarrollo Nacional, convirtiéndolo en el banco que llegó a ser la Nacional Financiera;
 
-  la inversión del gobierno mexicano en la industria privada a través de préstamos y subsidios;
 
-  Cárdenas no sólo sentó las bases para el crecimiento industrial del país, sino que al dar a los campesinos la esperanza de recibir títulos de sus tierras logró que no abandonaran el campo, evitando así éxodos masivos de trabajadores hacia las ciudades, que hubieran reducido los salarios industriales a niveles insoportablemente bajos.
 
rrc. Has hablado de personajes como Calles, Gómez Morín, Portes Gil, Marte R. Gómez y Cárdenas como protagonistas destacados en la Etapa Constructiva. ¿Quiénes más desempeñaron un papel relevante durante la fase constructiva?

jw. Muchos personajes, como el presidente Miguel Alemán y Ramón Beteta, quien fue consejero en asuntos económicos internacionales tanto del presidente Cárdenas como del presidente Alemán. Tendremos que hablar de muchas personas.
 
El General Juan Andreu Almazán es una figura política “olvidada” por la historia de México del siglo xx. Fue él clave para la Etapa Constructiva después de retirarse de la guerrilla en 1920 para adherirse al ejército nacional y adoptar el uniforme y armamento del gobierno. A cambio de esta concesión, se le permitió quedarse con su tropa (la cual, como era la norma de la época, seguía a su general de un puesto al otro). Almazán estuvo a la cabeza de operaciones militares en Torreón y Veracruz antes de hacerse cargo de la zona militar de Nuevo León. Entonces construyó en Monterrey una base militar moderna, con el objeto de que sirviera de modelo para México.
 
rrc. No obstante que su apellido era Andreu Almazán (ya que era hijo de Juan Andrew y María Almazán Nava), se le conocía como el “General Almazán”, ¿no?
 
jw. Efectivamente.
 
          En 1927 Almazán fundó su “Compañía Constructora Anáhuac” y construyó una red de caminos pavimentados en el noroeste del país.
 
          A partir de 1937 (cuando Cárdenas finalizó la nacionalización de los ferrocarriles), Almazán construyó el Ferrocarril del Sureste, de Coatzacoalcos a Campeche, el cual constituyó el primer enlace permanente de Yucatán con el resto de la nación. Previamente Yucatán tendía a buscar lazos con los Estados Unidos, especialmente en épocas cuando, debido a los “nortes”, se cerraba el tráfico de las embarcaciones de Veracruz a Campeche o Mérida. Con tantos ríos e inundaciones, era casi imposible el tránsito por tierra. (Todavía no se habían creado las presas que más tarde construyó el Presidente Miguel Alemán para contener los caudalosos ríos que corrían desde las montañas y desembocaban en el Golfo de México.)
 
rrc. ¿Y qué hizo Almazán después de su derrota en las elecciones presidenciales de 1940?
 
jw.     En vez de levantarse en armas, como se acostumbraba anteriormente, el general Almazán se jubiló del ejército, con parte de su Estado Mayor, y se estableció en Acapulco.
 
          Allí es donde Almazán construyó el Hotel Papagayo, el primer gran hotel en Acapulco, un lugar propicio para atraer turismo de los Estados Unidos en 1941, cuando este país entraba a la Segunda Guerra Mundial.
 
          Almazán había perdido las elecciones, pero ganó una nueva batalla —la de atraer a Acapulco durante la guerra a lo que llamamos hoy el jet set— o sea, grupos de turistas pudientes. Las estrellas de Hollywood empezaron a llegar a Acapulco y fue así que México adquirió fama mundial por su belleza natural y la clase alta de turistas que viajaban por el país.
 
          Entonces podemos decir que el padre del turismo a gran escala en México —que incluye viajeros mexicanos y extranjeros— no es Miguel Alemán, como se cree generalmente, sino más bien Almazán. Las obras públicas de Almazán, primero en el noroeste, después la construcción del ferrocarril en el sureste y más tarde la creación de la primera infraestructura en la Costa del Pacífico, anteceden las construcciones de Alemán.
 
rrc. ¿Y cuál fue el papel de Miguel Alemán?
 
jw.     En la historia de México hay una tendencia a hacer caso omiso o subestimar el legado del Presidente Alemán. A duras penas los intelectuales reconocen las múltiples contribuciones de Alemán a la nación en el ámbito del desarrollo económico, se inclinan más bien a ver con prejuicio los meganegocios. Con frecuencia los historiadores de México no reconocen la importancia que tiene Alemán, y en mi opinión, puede disputar con Porfirio Díaz el título de “Gran Modernizador” de México. Para muchos intelectuales, en México como todo el mundo, el concepto de modernización es en sí cuestionable, ya que se percibe como una amenaza a los encantos de la “vida rural,” dado que inevitablemente tiende a desplazar a la gente del campo hacia las ciudades, en las cuales se desintegran o modifican los valores de la cultura rural.
 
          Miguel Alemán fue el líder en el desarrollo económico de la Etapa Constructiva al crear programas de infraestructura en grande. Además de realizar inversiones para avanzar la industrialización del país, a veces en cooperación con capital privado de los Estados Unidos, su gobierno construyó presas para desarrollar la electrificación y la irrigación. Fue él quien hizo posible, en gran escala, el enlace interno de la nación mexicana a través de una nueva red de caminos y ferrocarriles.
 
          Ávila Camacho y Alemán encabezaron “La Revolución Industrial de México” (identificada como tal por un libro famoso del mismo título, escrito por el profesor Sanford A. Mosk de la Universidad de California en Berkeley).
 
rrc. ¿Publicado en inglés?
 
jw. Sí, en 1950. Mosk le reconoce el mérito del lanzamiento de esta revolución al general y presidente Manuel Ávila Camacho y al licenciado y presidente Alemán. Mosk muestra la manera en que la “generación de los generales” le cedió el camino a la “generación de los licenciados,” quienes establecieron las leyes necesarias para abrir las puertas de la nación a la inversión extranjera y a la industrialización. La obra de Mosk hizo que se reconocieran en el extranjero los esfuerzos de México para industrializarse.
 
rrc. Muchos estudios coinciden en señalar a 1940 como el año que marca el fin de la Revolución Mexicana, y que la forma de alentar la industrialización de México durante los sexenios de Ávila Camacho y Alemán afectó negativamente al país. ¿No crees que al menos acabó con el idealismo que permeaba la política de Cárdenas?
 
jw. Si, pero a veces sin ese prejuicio ideológico. Por ejemplo, déjame que te lea un párrafo del libro El dilema del desarrollo económico de México de Raymond Vernon, economista de fama mundial:
 
El período de 1910 a 1940 ... fue la era en que México desarrolló las condiciones esenciales para el nuevo papel que iba a desempeñar el estado. Durante esos treinta años, el estado recuperó el control físico de la nación; empezó a forjar y definir una nueva filosofía para justificar su existencia así como un nuevo papel en la ejecución de sus metas; creó una nueva serie de poderes y generó una nueva cosecha de instituciones; y empezó a ejercitar sus músculos al poner a prueba nuevos programas y nuevas formas de abordar los antiguos problemas de crédito, transporte, recursos hidráulicos, y la tenencia de la tierra en el campo. [5]
 
          Sin embargo, no hay un consenso definitivo entre los observadores y estudiosos sobre el momento en que “terminó” la Revolución. Algunos ideólogos mexicanos y extranjeros creen que la muerte de Emiliano Zapata en 1919 puede considerarse como el evento que marcó el fin de la Revolución Mexicana. En un extremo, Ramón E. Ruiz argumenta que no hubo revolución en México, sólo una “gran rebelión” entre 1905 y 1924 que efectuó en el capitalismo mexicano una “cirugía plástica.” Según Ruiz, el único revolucionario fue Zapata, cuya muerte mató cualquier esperanza de un verdadero cambio en México. [6]
 
          Sobre la obra ¿Ha Muerto la Revolucíón Mexicana? de Stanley R. Ross, profesor de la Universidad de Texas, yo escribí que mientras el libro siguiera a la venta y continuara reimprimiéndose, permanecería vivo el debate sobre la vida o la muerte de la Revolución. Desde su primera edición publicada en inglés en 1966, le han seguido varias reediciones, tanto en inglés como en español, a través de varias décadas, hasta 1990. [7]
 
          Albert L. Michaels y yo nos referimos al período de 1910 a 1940 como los “años de trastornos económicos y sociales”. en nuestro libro Revolution in Mexico: Years of Upheaval, 1910- 1940, el cual sugiere que el período que culminó con 1940 no fue más que la primera fase de un movimiento más amplio. [8]
 
          En su famoso libro, The Making of Modern Mexico publicado en 1964, Frank R. Brandenberg declaró que:
 
… la Revolución Mexicana, la revolución permanente, es un hecho dinámico político, social y económico. Habiendo estallado en 1910, sus metas constantes son inspiradoras por su sencillez: Justicia social para todos los mexicanos. Se han puesto a prueba muchas rutas, algunas se han seguido, algunas se han expandido y algunas se han abandonado, pero todas han sido dirigidas hacia el logro de la meta original.
 
           Brandenberg afirma, al escribir sobre “los primeros cincuenta años de la Revolución Mexicana”:
 
A México lo gobierna una élite  ...  la Familia Revolucionaria ... [la cual] consiste de los hombres que han dirigido [el país y] han establecido las normas de la política de la Revolución, y quienes tienen actualmente el poder de tomar decisiones [inclusive sobre la revolución industrial que comenzó en 1940 y [también sobre] la revolución comercial que surgió después de 1950]. [9]
 
          La mayor parte de los analistas piensa que la Revolución terminó cuando Lázaro Cárdenas concluyó su período presidencial, marcando así el fin de la era de distribución de la tierra a gran escala y la concesión de derechos a los trabajadores —dos aspectos de la Constitución de 1917 cuya implementación don Lázaro se comprometió a cumplir.
 
          No debemos olvidar, sin embargo, que fue Cárdenas quien proclamó en 1940 que la reforma agraria estaba ya realizada. Con esta afirmación don Lázaro señaló un cambio de dirección en la política que pondría énfasis en la construcción de presas y el establecimiento de sistemas de irrigación de la tierra. En las décadas de 1940, 1950 y 1960 fue Cárdenas —famoso por haberle dado a su política presidencial el mayor “énfasis social” en la historia de México— quien dirigió el proyecto de desarrollo económico de las cuencas del oeste de Michoacán, incluyendo la cuenca del río Tepalcatepec.          
 
          Además, fue Lázaro Cárdenas quien efectuó el cambio de dirección de las inversiones del gobierno: de beneficios sociales para las masas, al subsidio del desarrollo industrial del sector privado. Él se daba cuenta que las soluciones a los conflictos laborales habían logrado favorecer a los trabajadores de manera desequilibrada. [10]
 
           Después de haber desempeñado el puesto de Ministro de Guerra durante la Segunda Guerra mundial, Lázaro Cárdenas fue, de 1947 a 1958, Vocal Ejecutivo de la Comisión de Desarrollo de la Cuenca del Río Tepalcatepec, y en 1961 asumió el mismo cargo para el Desarrollo del Río Balsas. En 1969, el presidente Gustavo Díaz Ordaz nombró a don Lázaro presidente del Consejo de Administración de la empresa de participación estatal, Siderúrgica “Las Truchas,” S.A., en lo que hoy es el Puerto Lázaro Cárdenas, en la costa de Michoacán.
 
          En estos proyectos, don Lázaro pudo realizar sus sueños de desarrollar integralmente su estado al establecer: una siderúrgica, la construcción de presas, generación de electricidad, y programas de irrigación. Al mismo tiempo pudo realizar su plan a plazo largo de construir caminos para vincular el campo con los mercados y seguir impulsando la construcción de escuelas, especialmente en los ejidos.
 
          En 1938 Cárdenas había cambiado el nombre del Partido Oficial de “Partido Nacional Revolucionario” (pnr), nombre adquirido en 1929 cuando el partido se basaba en un sistema político caudillista, a Partido de la Revolución Mexicana (prm), con el cual supuestamente se institucionalizaban los derechos de los trabajadores y los campesinos, concediéndoles a cada uno de estos dos sectores un cuarto del total de los votos de cuatro sectores.
 
          En este sistema “corporativista” que estableció Cárdenas en 1938, la otra mitad de los votos dentro de los congresos del Partido Oficial se concedió en partes iguales al sector militar, al sector campesino, al sector trabajador y al “sector popular.” Este último estaba formado por todas aquellas personas no incluidas en los otros sectores.
 
rrc. Es preciso que hagas expresa también tu definición de ‘corporativismo’.
 
jw. Este concepto —que se hizo famoso especialmente en la década de 1920 en Italia bajo Mussolini— afirma que la mejor manera de representar a un ciudadano en una “sociedad democrática” es, no por medio del voto personal, sino a través del voto colectivo, según el sector económico de trabajo a que pertenezca.
 
          Siguiendo este concepto colectivista, don Lázaro estableció que en las elecciones internas, los miembros del Partido Oficial votarían dentro de su propio sector corporativista —y él instituyó “disciplina dentro del partido” para asegurase de que los cuatro sectores apoyaran su política. Este sistema de voto hace caso omiso del hecho que los individuos que pertenecen a un sector pueden tener intereses en común con los individuos que pertenezcan a otros sectores.
 
          En el caso de Italia, Mussolini extendió este concepto para manipular todo tipo de votación, mientras en México Cárdenas lo limitó únicamente al control de la votación para elegir a los candidatos dentro de su Partido. En las elecciones generales a escala nacional, estatal y municipal en México, los ciudadanos mexicanos han votado por medio del voto personal. La excepción es la manera de votar dentro de ciertas comunidades indígenas, donde bajo sus “usos y costumbres” votan tomando el consenso de la colectividad, suprimiendo el voto personal.
 
          En 1946 el Presidente Alemán efectuó enmiendas al prm para mostrarle al mundo que México había alcanzado una etapa política en la cual podía eliminarse el ejército de su base corporativista, dándole así a los sectores de campesinos y trabajadores, por lo menos en teoría, dos tercios del poder dentro del Partido Oficial, al cual volvió a cambiársele el nombre, esta vez a Partido Revolucionario Institucional (pri). Este cambio era una manifestación de que al país lo gobernaban ciudadanos civiles y no el sector militar. El sector militar, supuestamente, se retiró de la política.
 
rrc. En ocasiones anteriores, al platicar sobre las elecciones mexicanas desde 1929 hasta el fin del decenio de 1980, que invariablemente concluían con el fracaso de la oposición, decías que en México existía una “democracia de partido único” porque los ciudadanos lo apoyaban, como lo “comprobaban” los resultados de las votaciones, 80% de los votos o más en favor del Partido Oficial. :
 
jw. Sí. Por ejemplo, Cárdenas ganó las elecciones de 1934 con 98.2% del voto.
 
          El sistema político establecido por el Partido Oficial adquirió fama en el mundo como un modelo de un tipo de “democracia de partido único” que tenía sus bases en el corporativismo mexicano. El Partido Oficial justificaba este sistema de gobierno de partido único porque sostenía que representaba los intereses de las masas de ciudadanos desde sus bases. Por lo tanto, consideraba adecuado que fuera la Secretaría de Gobernación, en su supuesta calidad de organismo independiente, el organismo que controlara el sistema de votación y el recuento de votos. En realidad Gobernación no era más que un agente del Partido Oficial, o como se decía a manera de chiste político, “el Partido Oficial es organismo de Gobernación.”
 
          Aunque la manipulación de los resultados de la votación hacía parecer a las elecciones irrelevantes, en un artículo mío que publicó el Latin American Research Review, muestro que los totales por estado revelaban la realidad patente de la oposición al Partido Oficial en elecciones presidenciales a nivel estatal. [11] Al verse frente a una fuerte oposición, el Partido Oficial se sentía obligado a reducir el porcentaje de votos a su favor para mantener la apariencia de credibilidad. A pesar de esta reducción del porcentaje de votos en las “victorias” del Partido Oficial, generalmente este porcentaje no bajaba de 70%; de esta manera no se alentaba demasiado a la oposición. Según mis datos de los resultados de 256 elecciones (32 entidades federativas por ocho elecciones) entre 1929 y 1970, en sólo 7.8% de los casos fueron los resultados de la victoria del candidato presidencial del Partido Oficial menores de 70% (y sólo 1.6% menores del 60%). En las elecciones de 1952, el Partido Oficial ganó con los resultados más bajos registrados —con 51.4% en el Distrito Federal.
 
          En cuanto al período de 1929 a 1970, llegué a la conclusión que aun los datos falsificados pueden ser reveladores al analizarse con el objeto de determinar el grado de oposición al Partido Oficial, por región. En las elecciones de 1952 y 1958 en Baja California, el pan obtuvo casi el 40% de los votos, lo cual era una vislumbre de las futuras derrotas del Partido Oficial que empezaron a surgir a fines de la década de 1980. Los propios datos del pan de los resultados de las elecciones, registrados en el Distrito Federal en 1955, sugieren que aunque este partido ganó 46.6% del voto, se le acreditó oficialmente únicamente 32.8%. [12]
 
          Como el Partido Oficial siempre ganaba las elecciones con resultados abrumadores en cada región, el presidente López Mateos inició la expansión de la Cámara de Diputados, agregando “diputados de partido” que eran electos según el número de votos que hubiera recibido su partido en todo el país. De esta manera, el Partido Oficial le proveía a unos cuantos diputados de los partidos de oposición una plataforma a nivel nacional, mientras que el Partido Oficial seguía logrando “victorias” en la mayor parte de las regiones del país, con pocas excepciones. 
 
rrc. ¿Cárdenas tuvo que ver con el cambio del prm al pri que hizo el presidente Miguel Alemán y con la diversificación de la Cámara de Diputados que promovió el presidente Adolfo López Mateos?
 
jw. Estos cambios recibieron la aprobación de Lázaro Cárdenas.
 
          Para Lázaro Cárdenas, entonces, el Partido Oficial de la Revolución requería un proceso largo para instituir las metas de la Revolución Mexicana de 1910, tal como las garantizaba la Constitución de 1917 (la cual precedió a la violenta Revolución Rusa que estalló hasta 1917).
 
          Según Cárdenas, la Revolución Mexicana debía continuar de manera institucionalizada bajo el Partido Oficial, para evitar las luchas violentas por la tenencia de la tierra y las huelgas industriales, que fueron la marca de la década de 1930, para crear así un nuevo México basado en el desarrollo industrial y la producción agrícola y ganadera en gran escala. Fue por eso que don Lázaro empezó durante su presidencia el proceso de conceder “certificados de inafectablilidad” para proteger grandes extensiones de propiedad privada, siempre y cuando esta tierra fuera “productiva.”
 
          De todas maneras, la idea de que la Revolución Mexicana terminó en 1940 ha persistido, principalmente porque existe la sensación de que el programa de Cárdenas de beneficios sociales para las masas salió perdiendo en beneficio de la revolución industrial que llevaron a cabo Ávila Camacho y Alemán.
 
rrc. Que en tu opinión es una visión simplista.
 
jw. Muy simplista. Yo veo que la Etapa Constructiva adquirió fuerza con el cambio político de 1940 que impulsó e hizo posible Lázaro Cárdenas. Éste colaboró muy estrechamente con el Partido Oficial para desarrollar la economía de México a través de varios proyectos innovadores, hasta su muerte en 1970.
 
rrc. ¿A quién, entre los estudiosos de México, consideras como el exponente prototípico de lo que llamas la visión simplista?
 
jw.     Stephen Niblo expone muy claramente la interpretación negativa del periodo poscardenista en su libro Mexico in the 1940s: Modernity, Politics, and Corruption, publicado en 1999. [13] Niblo declara que el sexenio “moderno” estableció las bases para la corrupción que ha sido parte de la realidad mexicana hasta la actualidad, y que “el período de Lázaro Cárdenas fue probablemente el menos corrupto en la historia de México.” Este punto de vista hace caso omiso al hecho de que el problema de la corrupción remonta a varios siglos atrás. Niblo hace esta declaración sin haber llevado a cabo una investigación profunda de los años anteriores y posteriores a los gobiernos de Ávila Camacho y Alemán. [14]
 
          Niblo describe a Maximino Ávila Camacho (Gobernador de Puebla, 1937-1941) [15] como representante del lado negro de su hermano, el Presidente Manuel Ávila Camacho, pero aparentemente ignoraba que Cárdenas también tenía un hermano, Dámaso, a quien llegó a atribuírsele el mote de “la paloma negra”, en contraposición al nombre que se le dio a don Lázaro, de “la paloma blanca.” Dámaso representaba el hermano oportunista de Cárdenas. Estos apodos pueden aplicarse a varias parejas de hermanos antes, durante y después de la Época Constructiva de la Revolución Mexicana.
 
rrc. El tema de la corrupción es tratado con mayor amplitud en el Volumen iv,  ¿no es así?
 
jw. Sí. En el Volumen iv aparecerá la entrevista con Almazán, donde nos relata la manera en que él, como secretario de Comunicaciones y Obras Públicas y otros funcionarios —el gobernador Lázaro Cárdenas, el presidente Pascual Ortiz Rubio (1930-1932), el ministro de Guerra, Joaquín Amaro y el ministro de Hacienda, Luis Montes de Oca— “expropiaron” tierra en Acapulco, para construir “búngalows” para ellos mismos.
 
          Basta decir que todos los que formaron parte de esta maniobra —con la excepción de Almazán— temiendo que pudiera afectar de manera negativa su probabilidad de llegar a la Presidencia de la República, decidieron ceder sus derechos a Almazán, quien no temía la incertidumbre de su futuro, ya que había ideado un proyecto a largo plazo basado en la creación de la Compañía Impulsora de Acapulco. [16]
 
           En efecto, Almazán no salió perjudicado por la adquisición de la tierra en Acapulco, lo cual podría haberse convertido en un escándalo, y llegó a ser candidato a la presidencia —pero únicamente al romper con el prm y fundar su propio partido— el Partido Revolucionario de Unificación Nacional.
 
          Entonces, cuando perdió las elecciones presidenciales de 1940, al ser electo Manuel Ávila Camacho, Almazán pudo “jubilarse” a Acapulco —sobreentendiéndose un trato explícito entre éste y Ávila Camacho que establecía que mientras Alemán se mantuviera alejado de la escena política y se dedicara exclusivamente a sus negocios en el turismo, el gobierno le permitiría quedarse con la propiedad que había adquirido de manera injusta.
 
          Almazán se dio cuenta que la era de atentados violentos para derrocar al gobierno pertenecía al pasado y que había llegado el momento en que podía valerse de su experiencia para seguir construyendo un México moderno por otros medios. Bajo las nuevas circunstancias cambió el afán constructivo que había enfocado a caminos y vías férreas al proyecto —que databa desde 1930— de convertir a Acapulco en un centro turístico internacional.
 
rrc. Te has referido a la transición de la Etapa Constructiva a la Etapa Estatista. Me gustaría que subrayaras las diferencias entre una etapa y otra con algunos ejemplos.
 
jw. La Etapa Constructiva difiere de la Etapa Estatista, por ejemplo, con respecto a la inversión financiera. En períodos anteriores al Estatismo, los líderes políticos mexicanos se beneficiaban económicamente de contratos que no se ceñían estrictamente a normas éticas y menos legales, pero por lo menos invertían en México. Desde el inicio del período del Estatismo en 1970, bajo el mando de los presidentes, Luis Echeverría (hasta 1976) y José López Portillo (hasta 1982), muchos líderes políticos han invertido en el exterior, para proteger buena parte del capital que habían acumulado como resultado de pérdidas en las devaluaciones causadas por la política económica “nacionalista” fallida. Además, la acumulación de efectos de la corrupción llegó a tal grado, que varios mexicanos han exportado sus fortunas, tratando de esconder fondos en cuentas secretas en el Caribe, Suiza y los Estados Unidos.
 
          Una crítica conocida de la Etapa Constructiva de la Revolución Mexicana es que ésta experimentó un período de constante crecimiento; y, supuestamente, buena parte de este crecimiento ocurrió a costa de los obreros, que recibían bajos salarios. Esta es la “versión aceptada,” la cual fue delineada (en forma más moderada) por Jeffrey Bortz en su libro de 1986 intitulado El Salario en México [1939-1975], [17] basado en su tesis para el doctorado en la ucla.
         
          Sin embargo, a partir de 1997, el Dr. Juan Moreno Pérez demuestra que aún la interpretación moderada de Bortz está muy distante de la verdad. En su tesis para el doctorado en la ucla (“Mexican Industrial Wages and Prices Since 1938: Constructing New Statistical Series”), Moreno Pérez construye una nueva serie de cálculos estadísticos sobre salarios y costo de vida de los obreros, la cual constituye una refutación de la versión de Bortz.
 
rrc.Y en tu opinión, ¿qué papel desempeñó López Mateos en la Etapa Constructiva?
 
jw.  Durante el período presidencial de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) reinó una paz aparente; pero en la transición a la presidencia de Adolfo López Mateos se desataron una serie de huelgas, especialmente de trabajadores de ferrocarriles y de maestros. Los huelguistas abrigaban la esperanza de lograr grandes beneficios, ya que López Mateos llegaba a la presidencia proveniente de la Secretaría de Trabajo, y no de la Secretaría de Gobernación, como sus antecesores. Sin embargo, el presidente López Mateos (1958-1964) fue quien rompió las huelgas y encarceló a muchos de sus dirigentes.

Tanto López Mateos como su sucesor, poco popular y de personalidad conocida como restringida, Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) mantuvieron a los sindicatos laborales bajo estricto control, el cual equilibraban con una continua nacionalización de empresas.
 
          Por ejemplo López Mateos “nacionalizó” las compañías extranjeras de electricidad en 1964. No obstante, los dueños de estas compañías estaban satisfechos con el precio “justo” que recibieron y salieron del país sin protestas. Las compañías extranjeras sabían también que perderían dinero al extender la red de energía eléctrica a las zonas rurales pobres, acción que exigía el gobierno entonces y la cual se llevó a cabo posteriormente a un costo muy alto para la nación por medio de un programa que tenía sentido social, pero no económico.
 
rrc. Y en ese plano, ¿cómo evalúas los primeros cuatro años de la presidencia de Díaz Ordaz, antes de la matanza de Tlatelolco?
 
jw. Cuando fue patente que el Secretario de Gobernación del presidente López Mateos iba a sucederlo, los intelectuales, estudiantes y trabajadores empezaron a impugnar no sólo a Díaz Ordaz, sino también el sistema del “dedazo” —o “tapadismo”, como también se le llamaba— de los presidentes que dejaban el poder; práctica que se había institucionalizado desde 1929 y que en ese momento —1964— se repetía sin variaciones después de 35 años.
 
          En teoría, el Partido Oficial nombró a un candidato por consenso de los líderes de la “Familia Revolucionaria”, pero a esa ficción la desmoronó la falta de popularidad de Díaz Ordaz. Gran parte de la población urbana se dio cuenta que las elecciones presidenciales no tenían mucho que ver con la democracia, sino que eran más bien una “celebración cívica” de la permanencia del pri en el poder.
 
          Díaz Ordaz quiso probar que era revolucionario al tratar de distribuir tanta tierra como Cárdenas, aun cuando ya para la década de 1960 era evidente que la distribución de la tierra a los ejidos y comunidades había dejado a los campesinos en la pobreza y bajo el control negativo de caciques del Partido Oficial.
 
rrc. ¿Cómo terminó la Etapa Constructiva?
 
jw.     Ya en 1968 era claro que los días de “celebración cívica” habían llegado a su fin y que frente al movimiento estudiantil surgido en julio de ese año, el cada día más represivo gobierno de Díaz Ordaz se encontraba ante un ultimátum de parte de los estudiantes: o destituía al jefe de la policía y cancelaba la costosa construcción del Metro en la Ciudad de México, para canalizar esos fondos en ayuda a los pobres de las zonas rurales y los trabajadores industriales, o los estudiantes iban a causar la cancelación de los Juegos Olímpicos —los primeros por realizarse en el “tercer mundo”—, los cuales consideraban “demasiado costosos para México”.
 
          Los “estudiantes” hicieron caso omiso de los llamados del gobierno a que suspendieran su actividad política hasta que hubieran terminado los Juegos Olímpicos. En efecto, expandieron su intento de organizar a la sociedad en contra del Partido Oficial —intento que asustó al presidente Díaz Ordaz y a su secretario de Gobernación, Luis Echeverría Alvarez.
 
          Los estudiantes convocaron a mítines relámpago para invitar a la clase media a que se uniera a su movimiento, y organizaron marchas “pacíficas” en el Distrito Federal. El número de participantes en estas manifestaciones aumentaba de día en día. [18] Los líderes del pri y los militares finalmente perdieron la paciencia y cortaron las manifestaciones abruptamente con la masacre estudiantil en la Plaza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, inmediatamente antes de la apertura de las Olimpíadas.
 
          Este desafortunado evento de 1968 marca el fin de la Época Constructiva, la cual se fue extinguiendo a medida que Díaz Ordaz se encontraba aislado de la mayor parte de los mexicanos, incluso de muchos de los miembros de su propio partido.
 
          Fue el presidente Luis Echeverría entonces, quien a fines de 1970, al sentir la presión sobre el gobierno por las fallas de 1968, inició la Etapa Estatista como intento de solución a los problemas políticos de México al final de la Etapa Constructiva. Irónicamente, Echeverría había sido entre 1964 y 1970 el secretario de Gobernación. Dentro de las normas del Partido Oficial, el titular de Gobernación siempre constituyó, junto con el Presidente de la República y el Secretario de Defensa Nacional, lo que yo llamo un “triunvirato de poder político”, de tal forma que Echeverría fue uno de los tres funcionarios del gobierno directa o indirectamente responsables de la masacre de Tlatelolco.
 
rrc. Y la Etapa Estatista entre 1970 y 1982, ¿cómo la caracterizas?
 
          La Etapa Estatista de esos dos sexenios creó más problemas de los que resolvió. Con la expansión de los poderes del Estado y la creación de nuevas entidades paraestatales, Echeverría logró la intensificación masiva del caos burocrático. López Portillo por lo menos intentó crear polos de crecimiento por todo el país con el propósito de alentar el desarrollo económico en regiones distantes del Área Metropolitana del Distrito Federal.
 
           Tanto Echeverría como López Portillo rompieron con la política de “desarrollo estabilizador” que equilibraba el crecimiento económico que había creado el concepto del “Milagro Mexicano,” el cual consistía de un crecimiento económico sostenible. A la vez, crearon crisis económicas al aumentar dramáticamente el monto del dinero en circulación para evitar la inflación y el incremento de la deuda. Al abandonar el crecimiento sostenible, estos dos presidentes estatistas establecieron en su lugar un crecimiento acelerado con el propósito de absorber el alto número de jóvenes que se sumaban cada año a la fuerza de trabajo a fines de la década de 1960.
 
          En esta época, los efectos de los múltiples adelantos en el ámbito de la salud pública, que había prosperado después de 1950, dieron lugar a una explosión demográfica, la cual empezó a ejercer sobre el gobierno una presión extraordinaria con la demanda de nuevas fuentes de trabajo. La explosión de egresados de la universidad (con o sin título) que surgió desde el período presidencial de Miguel Alemán, también presionaba al Partido Oficial para que propiciara la creación de empleos de alto nivel en el gobierno.
 
rrc. ¿Por qué no refieres algunos ejemplos específicos sobre este asunto?
 
jw. Déjame leerte parte del manuscrito de un libro que estoy escribiendo:
 
          Los dos presidentes estatistas, Echeverría y López Portillo dieron fin a la política de desarrollo estabilizador (1955-1976), la cual, a lo largo de 21 años había estimulado un crecimiento económico sostenible por medio de un aumento del dinero en circulación, (M1) [19] menor al 14%. [20] Se proponían establecer su nueva política de “desarrollo compartido” con el fin de mejorar la calidad de vida de las masas.
 
          Después de 1972 y durante sus últimos cuatro años en el gobierno, Echeverría aumentó las emisiones monetarias a razón de casi 22%. Su sucesor actuó aun con menos restricciones, acelerando el incremento del dinero en circulación (M1) en un 27% en 1977. Este incremento rebasó el 30% en 1982, cuando el índice de crecimiento subió a casi 44%. Durante los últimos cuatro años de la presidencia de Echeverría, la acumulación de actividad Estatista había tenido como consecuencia una inflación en los precios de consumo que llegó a un promedio de 20% en el mes de diciembre. Esto explica que en 1976 Echeverría tuviera que efectuar una devaluación del peso de 12.50, a 20 pesos por dólar.
 
          López Portillo expandió el legado de Echeverría, es decir, el ciclo que constituyen aumento de dinero en circulación—inflación —devaluación. Él y su sucesor negaban que este legado pudiera causar daños a la economía, incrementando el dinero en circulación (M1) en un promedio de 34.4%, lo que produjo un alza en los precios durante el mes de diciembre de casi 36%.
 
          La contribución de José López Portillo al desarrollo de polos de crecimiento económico en México formaba parte de su plan para ganarse la confianza del sector privado. López Portillo invirtió fondos en diecisiete polos de crecimiento regional con base en veinte nuevas ciudades industriales; tres en Baja California, dos en Guanajuato, y una en cada uno de los siguientes estados:
 
     Norte: Coahuila, Durango, Nuevo León, Tamaulipas;
     Centro: Aguascalientes, Querétaro, Hidalgo, Michoacán y Tlaxcala;
     Costa Oeste: Guerrero, Jalisco y Nayarit;
     Golfo Sur: Tabasco, Yucatán,Veracruz.
 
          La realización de este proyecto de crecimiento económico no fue fácil, y la falta de infraestructura básica, como aeropuertos comerciales e internacionales, impidió que tuviera éxito. Muchas ciudades importantes de México carecen de este tipo de infraestructura (como Puebla, cuyos servicios aeroportuarios son muy limitados) o la han construido muy recientemente (como Zacatecas).
 
          Todas estas inversiones, necesarias para impulsar el desarrollo a gran escala, contribuyeron a que la deuda externa subiera enormemente. Este endeudamiento se comenzó a disparar durante el gobierno de Echeverría.
 
          En términos reales, [21] la deuda externa de México aumentó de la siguiente manera:
 
                             Echeverría                      121%
                             López Portillo                  114%
                             De la Madrid [22]         3%
 
          Al examinar la deuda como porcentaje del pib, pueden apreciarse los niveles del porcentaje al inicio de cada período presidencial, [23] a saber:
 
                   Echeverría (1971):               6% del pib
                   López Portillo (1977)             29%
                   De la Madrid (1983)              54%
                   Salinas (1989)                     57%
 
No obstante que la deuda extranjera se multiplicó por 4.7 durante las presidencias de Echeverría y López Portillo, los propagandistas del gobierno trataron de esconder el hecho de que los préstamos eran la fuente más importante de ingresos. Su meta fue confundir a los mexicanos y extranjeros (tal como lo habían hecho todos los presidentes desde la década de 1960), haciéndolos creer que la fuente más grande de ingresos eran los impuestos sobre la renta. [24]
 
          Si los precios del petróleo hubieran seguido subiendo de 35 dólares a 50 dólares el barril, tal como se esperaba, dada la guerra entre Irán e Irak (1980-1988), México hubiera podido pagar la deuda externa. Pero el incremento de precios de la opep en 1979 (que intensificaba la complicación causada por el incremento de 1973) significaba que el mundo tendría que absorber ese aumento arbitrario del costo de la energía, causando así el debilitamiento de los precios del petróleo, hecho que sigue atormentando a México.
 
          México sufrió una reducción en los precios de la mayor parte de sus productos básicos de exportación, debido a la recesión de la producción económica que empezó a manifestarse en 1980 y el impacto, en 1982, de la transformación a largo plazo de los países industrializados. Estos países, en vez de importar materias primas, las sustituyeron con materiales sintéticos. Entonces el índice de precios de exportación de México, que en 1981 había alcanzado la cifra más alta en por lo menos veinte años, experimentó una reducción impresionante. Este índice sufrió un descenso de casi 26% en 1982 y de 37% en 1988.
 
          Mientras tanto, la política de “desarrollo compartido” (con la cual López Portillo se había asociado en su calidad de secretario de Hacienda de Echeverría) se manifestaba en dos fenómenos económicos que tendrían consecuencias desastrosas. Primeramente, durante ocho años (1975 - 1983) hubo un incremento espectacular (de 82%) de empleos en el sector público.
 
          Durante las presidencias de Echeverría y López Portillo, y el primer año de Miguel de la Madrid, los puestos en el gobierno central y el sector paraestatal subieron del 14% al 20% de los empleos del total de la población. A la vez, el porcentaje de este sector dentro del total de salarios subió del 30% al 40%.
 
rrc. No obstante su política económica, López Portillo contribuyó en alguna medida a impulsar la reforma política, ¿no fue así?
 
jw: Con el objeto de eliminar la represión política que surgió durante el gobierno Díaz Ordaz, López Portillo inició en 1977 una apertura a la política pluralista, la cual Díaz Ordaz y Echeverría habían tratado de sofocar. Echeverría creó tal animosidad, que cuando dejó la presidencia, el Partido Acción Nacional (pan) —que seguía representando la principal oposición desde que fue fundado por Manuel Gómez Morín en 1939, en 1976 se negó a presentar un candidato contra el designado del pri, López Portillo. Como consecuencia, tanto este último, como su partido, se encontraron en una situación embarazosa al entrar a la campaña sin oposición, ni real ni aparente.
 
          Para remediar el control estatista de la política, que había perdido toda credibilidad ante los ciudadanos, en 1977 López Portillo efectuó una reforma al sistema político, estableciendo un aumento del número de curules de la Cámara de Diputados de 210 a 400, de los cuales 82% pertenecía al Partido Oficial. Después del año 1979, el porcentaje de curules dominado por el Partido Oficial se redujo a menos de 77%; y de allí en adelante siguió reduciéndose, en 1988 registró 52%;  en 1997, 48% y en el año 2000, 42%. [25]
 
          Mi interpretación de los resultados de la Etapa Estatista ha sido respaldada implícitamente por Luis Medina Peña, [26] quien en 1994 escribe en su libro Hacia el Nuevo Estado: México, 1920-1994 :
 
          Doce años de empeños por darle nuevo sentido y extensión al proyecto estatista dieron por resultado consecuencias ostensiblemente contrarias a los objetos que aquél perseguía. La soberanía nacional, tan cara a la ideología oficial, resultó vulnerada porque las [crisis financieras de 1976 y 1982] hicieron al país más dependiente del extranjero, particularmente de los Estados Unidos.
 
          Romper con el proyecto estatista y con el modelo de crecimiento hacia adentro no fue fácil por sus repercusiones políticas. A lo largo de casi cinco decenios la operación de ese proyecto había implicado una trabazón de arreglos, acuerdos, y acomodos entre su protagonista principal, el Estado, y los diversos sectores sociales que habían concurrido a hacerlo posible.
 
          El sector privado o empresarial, con todo el más beneficiado, había encontrado acomodo mediante protecciones arancelarias a un mercado interno cautivo, subsidios fiscales para promover producción y exportaciones y acondicionamientos a la inversión extranjera.
 
          El sector obrero había encontrado su nicho en el proyecto gracias a la tutela estatal de sus derechos laborales, las conquistas sociales irreversibles, el aliento al sindicalismo y la repartición de cuotas de poder en las cámaras del Congreso de la Unión y en las legislaturas estatales, además de un número variable de gubernaturas.
 
          E1 papel asumido por el Estado de promotor del empleo lo había llevado a acrecentar la burocracia, que pronto se convirtió en otro grupo de interés más, y a cumplir el papel de subsidiario de la empresa privada, absorbiendo compañías en quiebra para conservarlas como fuentes de trabajo.
                  
La tutela de los campesinos, otra clientela adicional, que muchos voceros de izquierda y de derecha consideraron un paternalismo más debilitante que protector, le impuso al Estado obligaciones financieras que cumplía a medias cuando no del todo mal. Todas estas relaciones y arreglos, que definían la base social de apoyo del proyecto Estatista, entraron en crisis a partir de 1982.
 
          Aunque Medina hace un resumen sagaz de unos grupos de interés del corporativismo, en un estudio intitulado: “Las Seis Fases Ideológicas de la 'Revolución Permanente'”, revolución dirigida por el Partido Oficial, he analizado estos grupos de manera más compleja. Estos se dividen en 19 sectores. [27]
 
          Desde el período del Presidente Miguel de la Madrid, México vive bajo gobiernos anti-estatistas, incluyendo, por supuesto, la presidencia de Vicente Fox, quien derrotó al Partido Oficial en las elecciones de 2000.
 
          La nueva revolución que surge en 1985, y adquiere una renovación de fuerza con el triunfo de Fox en las elecciones democráticas de 2000, marca el comienzo de la ruptura del sistema corporativista en la política. En el año 2001 el presidente Fox y Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda, iniciaron una batalla contra la ineficiencia burocrática y la corrupción sindical del sector paraestatal, especialmente con respecto a pemex y la Comisión Federal de Electricidad.
 
          Además, el programa de Fox incluye la elaboración de leyes modernas para reformar el sistema impositivo, regular la tenencia de la tierra y la propiedad. Me parece importante que también considere necesario reformar varios aspectos de los códigos arcaicos de México, especialmente el sistema notarial y el sistema de amparo judicial —ambos corruptos y costosos.
 
          ¿Crees que la síntesis que te he expuesto explique claramente mi periodización de la historia de México desde 1910?
 
rrc.  Sí, muchas gracias.
 
Con la anterior respuesta concluyó la entrevista, pero considero que a partir de este punto es posible abrir una discusión donde participen los interesados en analizar la Historia de México durante el último siglo con la oportunidad que nos brinda la coyuntura del presente, cuando estamos en condiciones de revisar por entero los complejos móviles económicos, políticos y sociales que originaron la Revolución Mexicana sin la gravitación de la carga ideológica y retórica del discurso oficial, y cuando la globalidad nos obliga, como a muchos otros países, a analizar el pasado inmediato y entender las actuales circunstancias para prever nuestro destino económico en el futuro.
 
          Es probable que este enfoque panorámico sobre las vicisitudes que han sorteado las políticas económicas de los gobiernos de México desde el fin del porfiriato hasta los años recientes, produzca desacuerdos y escozores.
 

          Las probables reacciones que el punto de vista de James Wilkie pueden producir no se parecerán a las que ocasionó La crisis en México, [28] el ensayo crítico de Cosío Villegas sobre el incumplimiento de las metas de la Revolución Mexicana aparecido en 1947; y la periodización y sus juicios tampoco sufrirán la descalificación —o sobrecalificación— que en 1969 se ganaron las entrevistas publicadas en México visto en el siglo xx, por haber rasgado el tabú de la hipocresía cuando en materia política todavía predominaba la simulación. Si hay reacciones, lo deseable es que ocurran en el plano de las ideas.
 
          Hoy nuestra libertad de expresión vive una suerte de euforia, la que produjeron el cambio y el fin de la hegemonía de un partido; lo que considero poco común es tener la ocasión de leer una entrevista que narra hechos y contiene opiniones en que confluyen la visión y los juicios de quien investiga la Historia de México e interpreta los cambios sociales a la luz del análisis sistemático de las cifras del gasto público, como James Wilkie lo viene haciendo desde hace 36 años, cuando preparó la edición de La Revolución Mexicana. Gasto federal y cambio social. [29]   La evaluación que formula en la anterior conversación no es sino la actualización del enfoque que practica desde entonces. 
 
*
 
En el prefacio al volumen iv, final de esta serie, me propongo exponer algunos aspectos de la historia oral de los propios historiadores en torno a las condiciones que prevalecían en el país cuando entrevistaron a los diecisiete personajes.
 
Los obstáculos que James Wilkie y Edna Monzón debieron superar durante el período en que realizaron el trabajo de campo de este proyecto, revelaban la unipolaridad de la política mexicana en decenio de los 60. El ambiente político de ese momento, tan diferente del que existe ahora, justifica la reticencia inicial de los personajes con quienes establecieron contacto; explica, igualmente, sus motivaciones para aceptar o rechazar las entrevistas grabadas. Varios entrevistados consideraron impublicables los testimonios y opiniones que  expresaron entonces y leemos hasta ahora.
 
La descripción de esas condiciones, percibidas con la sensibilidad y los referentes culturales de los investigadores, quienes procedían de nuestros dos países vecinos —Estados Unidos y Guatemala, respectivamente—, ilumina las diecisiete entrevistas de historia oral con una luz diversa que seguramente enriquecerá la interpretación de los lectores mexicanos.
 
 

[1]     Además de los 17 personajes cuyas entrevistas publica esta serie, durante la época del proyecto, los Wilkie tuvieron al menos un encuentro con Nicolás Bernal, Lázaro Cárdenas, Antonio Díaz Soto y Gama, Carlos Fuentes, Martín Luis Guzmán, Aurelio Manrique, Melchor Ortega, Pascual Ortiz Rubio y Fidel Velázquez. La idea era incluirlos en su proyecto de Historia Oral. Sin embargo, diversas causas atribuibles tanto a los personajes como a los entrevistadores, impidieron que éstas se realizaran.

[2] James W. Wilkie. “Las historias de vida en ciencias sociales” Teoría y técnica. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1974. pp. 93-151. Trad. De Jorge Balán.

[3] La entrevista ocurrió el 25 de agosto de 2001, en el Hotel Fiesta Americana, donde James W. Wilkie permaneció durante varios días para participar en el “Foro Internacional sobre Gobiernos Metropolitanos” que organizó la Asamblea Legislativa  del Distrito Federal.

[4] James W. Wilkie “Ideological Conflict in the Time Lázaro Cárdenas,” Berkeley: Tesis de Maestría en  Historia, University of Calfornia, 1959

  [5] Traducido aquí de Vernon, The Dilemma of México's Development: the Role of the Private and Public Sectors (Cambridge, Mass.; Harvard University Press, 1963), p. 59. Este libro fue publicado en México: Editorial Diana, 1989.

[6] Ver Ramón E. Ruiz, The Great Rebellion: Mexico, 1905-1924 (New York: W.W. Norton, 1980).

[7] Primera edición de Ross en inglés, New York: Knopf; varias ediciones en español, por ejemplo, México: Sep-Setentas, 1972

[8] Primera edición de James W. Wilkie y Albert L. Michaels, eds., Revolution in Mexico: Years of Upheaval, 1910-1940  (New York: Knopf, 1969; segunda edición Tucson: University of Arizona Press, 1984).

[9] Las citas de Brandenberg se han extraído de las páginas 1 y 3, y de los capítulos 10 y 11 de la edición en inglés (Englewood Cliffs, New Jersey: Prentice-Hall).

[10] Ver James W. Wilkie, La Revolución Mexicana (1910-1976): Gasto Federal y Cambio Social (México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1978).

[11] James W. Wilkie, “New Hypotheses for Statistical Research in Recent Mexican History,” Latin American Research Review 6:2 (1971), pp. 3-17, reimpreso en James W. Wilkie, Statistics and National Policy (Los Angeles: UCLA Latin American Center Publications, 1974), pp. 27-37.

[12] Ibid., pp. 28-30.

[13] Tomo 2 en una serie de dos libros escritos por Niblo sobre México durante las presidencia Ávila Camacho y Alemán: 1.War, Diplomacy, and Development: The United States and Mexico, 1938-1954 [1995]; and 2. Mexico in the 1940s [1999] (Wilmington, Delaware: Scholarly Resources Books).

[14] Niblo, Mexico in the 1940s, p. 256. Ver la reseña por James W. Wilkie de la serie de dos libros de Niblo enAmerican Historical Review 107.2 (abril de 2002).

[15] Para una lista importante de gobernadores de los estados de México (y muchos de los puestos más importantes del gobierno central), ver Roderic A. Camp, Mexican Political Biographies, 1935-1975 (Tucson: University of Arizona Press, 1976).

[16] Ver, James W. Wilkie, “El complejo militar-industrial en México durante la década de 1930; diálogo con el general Juan Andru Almazán,” Revista Mexicana de Ciencia Política vol 20, núm. 77 (julio-septiembre de 1974), pp. 59-65.

[17] Jeffrey Bortz, El Salario en México (México: El Caballito, 1986), traducido como Industrial Wages in Mexico City, 1939-1975 (New York: Garland, 1987).

[18] A las “marchas estudiantiles” se adhirieron jóvenes que no eran estudiantes; y desafortunadamente, algunos de los participantes, que no pudieron ser controlados por los líderes del movimiento, atacaron y robaron varios negocios en la ruta que seguían las marchas. De todas maneras, muchos manifestantes no abogaban por la paz, sino por el derrocamiento del Partido Oficial.

[19] (M1 = moneda circulante + depósitos a la vista del sector privado.)

[20] La proporción rebasó el 14% únicamente dos veces--en 1955 y 1964, pero no subió del 20%

[21] En dólares estándar de 1980, incluyendo tanto a la del sector público como la del privado.

[22] Sin embargo, durante el gobierno de De la Madrid, antes de que se resolviera en 1988 el problema inmediato de la deuda externa, entre 1982 y 1986 el monto había subido 44%.

[23] No obstante que los presidentes electos asumen su cargo el 1° de diciembre, en efecto no empiezan a gobernar sino hasta enero del siguiente año, cuando las vacaciones de diciembre han terminado y los funcionarios subalternos del gabinete están en el proceso de ser nombrados.

[24] Ver mi libro La Revolución Mexicana (1910-1976), Gasto Federal y Cambio Social, primera parte; y mi estudio “The Six Ideological Phases of Mexico’s ‘Permanent Revolution,’ en James W. Wilkie, ed., Society and Economy in Mexico, capítulo 1.

[25] En 1991 el Partido Oficial obtuvo 64% y en 1994, 60%. A la vez, el número de diputados aumentó en 1988 de 400 a 500, de los cuales 300 son electos para representar las regiones y 200 para representar su partido.

[26] Luis Medina Peña, Hacia el Nuevo Estado: México, 1920-1994 (segunda edición; México, Fondo de Cultura Económica, 1995, pp. 237 y 256-258). Medina Peña también incluye un análisis claro sobre el período que abarca de 1965 a 1982. Ver su capítulo intitulado “De la represión [de Díaz Ordaz] a la apertura política [de López Portillo],” especialmente su excelente interpretación sobre el movimiento estudiantil y el de los maestros en 1968 (pp. 213- 221).

[27] En Wilkie, ed., Society and Economy in Mexico, Figura 7, p. 44. Este estudio de las fases ideológicas de México y el corporativismo surgió de una invitación a Wilkie proveniente de Italia a que escribiera un artículo sobre: “La Rivoluzione Messicana e la Sua Eredita,” in Nicola Tranfaglia and Massimo Firpo, eds., La Storia - I Grandi Problemi dal Medioevo all'Eta Contemporanea, Vol. IX, n. 4 (Torino: Unione Tipografico- Editrice Torinese, 1986), pp. 56-72.

[28] Publicado originalmente en Cuadernos Americanos, vi.2, en marzo de 1947.

[29] Wilkie, James W., The Mexican Revolution: Federal Expenditure and Social Change since 1910, University of California Press, 1967. (La edición en español procede de la segunda en inglés, fce. 1978.)

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