Mexico and the World
Vol. 6, No 2 (Spring 2001)
http://www.profmex.org/mexicoandtheworld/volume6/2spring01/mexicanos_estadosunidos.html
MEXICANOS EN ESTADOS UNIDOS Y EXTRANJEROS EN MÉXICO. UNA OPINIÓN SOBRE UNA RELACIÓN CRUCIAL
PARA LA MODERNIZACIÓN, DEMOCRATIZACIÓN E INTERNACIONALIZACIÓN DE MÉXICO
Dr. Alejandro Dabat-Latrubess*
Profesor de Economía en la UNAM,
Catedrático Visitante en la UCLA
Durante la última década del siglo pasado, los problemas migratorios de México han tomado una nueva dimensión hasta el punto de pasar a convertirse en uno de los grandes problemas nacionales. La presencia de una enorme cantidad de mexicanos en Estados Unidos equivalente a un 10 % o más de la población nacional, plantea un conjunto de problemas demográficos, económicos, geoestratégicos, culturales y políticos de enorme importancia para el país. Pero, por si ello no fuera por si solo suficiente, a ello también se le suman otros problemas poblacionales conexos que, en conjunto con el señalado, constituyen uno de los mas importantes nudos estratégicos para el desarrollo futuro de México.
La presente ponencia, se propone formular un esbozo general de estos problemas dentro del marco general del cambio histórico mundial, regional y nacional que están transformando a México. En ese sentido, constituye un esfuerzo por aportar a la discusión en curso sobre los problemas y políticas nacionales, las cuales pueden acelerar la transformación del país y su conversión en uno de los países mas avanzados e incluyentes del mundo en el siglo XXI.
El Contexto General del Problema
Para una contextuación adecuada del problema, resulta conveniente partir de la consideración de las tendencias históricas mas generales que condicionan el tratamiento y resolución del mismo. Considerando sólo los procesos más relevantes para el caso mexicano, no pueden dejar de considerarse por lo menos cinco grandes procesos.
El primero de ellos, es la aceleración de los procesos internacionales, que favorecen la movilidad internacional de las personas (globalización y cambios tecnológicos en materia de información, comunicaciones y transportes, acentuación de las desigualdades nacionales, crecimiento de las redes sociales internacionales de familias y comunidades) y que las motivan o fuerzan a trabajar y vivir en otros países 1. Por su fuerza, esta tendencia tiende a rebasar ampliamente las políticas restrictivas de los estados receptores (generalmente asociadas a prácticas abusivas y discriminatorias violatorias de derechos humanos), ello se traduce en amplias corrientes de migración ilegal que se suman a la también mas amplia corriente de migración legal aceptada por los gobiernos. En este sentido, el caso de la migración mexicana hacia Estados Unidos no es mas que una expresión particular de un fenómenos mundial y regional mucho mas amplio, que incluye también a México como creciente receptor de inmigrantes extranjeros.
El segundo proceso es nuevo patrón dominante de las migraciones internacionales, éste constituye un cambio muy importante en relación al anterior patrón del Siglo XIX y partes del XX, de migraciones de instalación definitiva o de poblamiento, para dar lugar a un nuevo tipo de migración temporal de trabajo o de la llamada de instalación variable 2 (intermedia esta última, entre el la característica del viejo patrón y la migración propiamente temporal).
De los trasvasamientos y renacionalización de poblaciones enteras propio del siglo pasado, se ha pasado a un nuevo tipo de relación permanente y flexible entre comunidades nacionales de origen y comunidades de connacionales residentes en el exterior. Para la nación receptora, ello da lugar a sociedades multiétnicas y Estados multiciudadanos. Pero para las comunidades nacionales de origen significa un nuevo tipo de asociación con las comunidades de connacionales residentes en el extranjero que pasa a ser un pilar fundamental del desarrollo económico y el progreso nacional, sea bajo la simple forma del envío de remesas (que puede llegar a convertirse para algunos países en la principal fuente de ingresos externos), o de la mas dinámica de inversión de capital y
repatriación de empresarios, trabajadores educados y técnicos 3.
En el caso de México, el reconocimiento de esta última situación ha dado lugar a importantes modificaciones de las políticas migratorias y leyes de población, como el reconocimiento del derecho a la doble nacionalidad de los mexicanos de origen nacionalizados estadounidenses.
El tercer proceso, es la acelerada tendencia hacia la integración económica regional en torno a Estados Unidos a partir de un primer círculo situado en América del Norte y un segundo círculo que abarca al conjunto de América Central y el Caribe. Se trata de un proceso que ha tendido a acelerarse vertiginosamente en los años noventa, el cual resulta tanto de instrumentos formales como el TLCAN, la iniciativa de la cuenca del Caribe o los acuerdos comerciales de México con los países de América Central y la reciente propuesta del Plan Puebla-Panamá, como de los mecanismos informales generados por la inversión de capital y los movimientos migratorios 4. Dentro de este proceso la fuerza de trabajo barata de origen mexicano y, en general, la latina, ha cumplido un papel fundamental en la recuperación de Estados Unidos y la integración regional, al permitir el abaratamiento de los costos de producción y el elevamiento de la competitividad internacional de la empresa y la economía estadounidense 5, tanto al interior de sus propios países (trabajo en industrias de exportación insertadas dentro de la nueva división internacional del trabajo) como migrando hacia Estados Unidos (reducción de los costos de producción en la agricultura frutícula y hortícola, en los servicios tradicionales y los sectores de la industria manufacturera intensivos en trabajo).
El cuarto proceso, es la difusión internacional de un nuevo tipo de conciencia universal sobre los derechos humanos y civiles, que conlleva la protección extraterritorial de los trabajadores migratorios y los residentes extranjeros en cualquier país del mundo [1]. Esta tendencia se confronta abiertamente con las prácticas abusivas existentes y determina un campo muy amplio, tanto de conflicto, como reforma legal e institucional de carácter. En el caso particular de México, resulta muy prometedora la disposición del nuevo Gobierno de la República de aplicar en el país las convenciones internacionales sobre derechos humanos, que hasta ahora no había .
El último proceso, que embona todos los otros dentro de una perspectiva mexicana, es la transición histórica vivida en México hacia la constitución de una sociedad y un Estado democrático, abierto, pluralista y moderno. Se trata de un fenómeno que responde tanto a los cambios operados en la economía, la sociedad y la cultura mexicana como a un conjunto muy amplio de condicionamientos externos impuestos por la comunidad internacional, que determinan, en conjunto, la necesidad de reformar las instituciones y leyes del país para adaptarlos a esos requerimientos. Por su carácter histórico general, tal tipo de requerimientos también incluye al tratamiento por el país de las cuestiones migratorias.
Los Problemas Migratorios de México
Para poder considerar los problemas migratorios de México desde una perspectiva amplia trataremos de identificar los principales problemas migratorios del país, distinguiendo entre los derivados de la emigración a Estados Unidos y los generados por la presencia de extranjeros en México (inmigración hacia el país en sentido amplio)
Los problemas derivados de la emigración de Mexicanos hacia Estados Unidos agrupan a tres tipos de situaciones básicas:
1) La emigración mexicana a ese país, que incluye la problemática particular de los derechos humanos de los migrantes;
2) El estatuto legal de los residentes mexicanos en el país del norte, con especial énfasis en la situación de los indocumentados; y
3) La situación particular de los habitantes de la Frontera Norte. A su vez, el segundo tipo de problema (extranjeros en México) abarca a cuatro tipos de situaciones principales:
4) Las cuestiones referidas a los exilados y refugiados políticos;
5) La migración centroamericana hacia México y, especialmente, de la migración de paso hacia Estados Unidos;
6) El status legal de los no-nacionales residentes en México (inmigrantes, inmigrados, refugiados); y
7) El status político y de nacionalidad (relación con la nacionalidad de origen), de los extranjeros de origen nacionalizados mexicanos.
En lo que hace al primer tipo de problemas (mexicanos en Estados Unidos); México apoya a sus connacionales y protege los derechos humanos de sus migrantes, respalda la legalización de los mexicanos que viven ilegalmente en aquel país, pugna por un acuerdo migratorio con el mismo, otorga el derecho a la doble nacionalidad a los mexicanos de origen nacionalizados en el extranjero y discute las condiciones del otorgamiento de voto a los mexicanos en el exterior. Todas estas políticas responden al interés del país y sus ciudadanos y se ubican dentro de las tendencias mundiales que hemos considerado. Congruente con ello, el gobierno mexicano ha colocado actualmente en el centro de su agenda internacional, la discusión con Estados Unidos de un acuerdo global sobre migración.
En lo que hace al segundo tipo de cuestiones (extranjeros en México), habría que distinguir entre el cuarto caso (exilio y refugio de extranjeros), donde México ha seguido casi invariablemente una actitud acorde con los principios mas avanzados del derecho internacional, de todos los demás, donde México todavía cuenta con una posición distinta ese no es el caso. En estas cuestiones, México se halla aún muy lejos de conceder a los no-nacionales que residen en su territorio los derechos humanos, civiles y laborales que demanda para sus nacionales. La norma discriminatoria mas general y arbitraria es la establecida por el artículo 33 constitucional y el artículo 125 de la ley de Población, la cual autoriza la expulsión sin juicio de extranjeros “inconvenientes”, ésta ha sido ratificada de hecho no hace mucho tiempo por los poderes ejecutivo y legislativo de la Unión, en contraposición expresa a convenciones internacionales de las Naciones Unidas establecidas precisamente en protección de derechos migratorios [2].
En el plano civil y laboral, la discriminación se da en una serie bastante amplia de actividades como la compra de bienes inmuebles (requerimiento especiales de autorización administrativa y otras limitaciones), la ocupación de cargos de alto nivel reservados a nacionales en actividades educativas o administrativas o la concesión de permisos de trabajo (discrecionalidad administrativa). En el caso de la mujer casada inmigrante que vive con un esposo autorizado a trabajar, el prejuicio machista refuerza la discrecionalidad para negarle muchas veces ese permiso, considerando que el jefe de familia ya trabaja [3].
Pasando al plano político, y la concesión de nacionalidad mexicana, la discriminación puede observarse en los siguientes hechos:
a) La existencia de un doble patrón en materia de concesión y mantenimiento de ciudadanía, que permite a los mexicanos que adoptan la ciudadanía estadounidense mantener su nacionalidad de origen y priva de ese derecho (obligación de renunciar a la nacionalidad de origen) a los extranjeros que se nacionalizan mexicanos; y
b) La extensión de los derechos políticos concedidos a los extranjeros de origen nacionalizados mexicanos, a los que se les da menos derechos que a los mexicanos nativos. Por todo ello, puede considerarse lo que constituye un caso de ciudadanía de “segunda clase”
La persistencia de este tipo de leyes y prácticas discriminatorias constituye una rémora heredada del pasado, que va en contra de las tendencias y principios universales anteriormente mencionados. Pero no sólo ello. Igualmente es algo que no favorece los justos esfuerzos de México para resolver favorablemente los problemas de sus nacionales en el exterior por varias razones.
La primera razón, es que México también necesita de un acuerdo migratorio con los países centroamericanos para reforzar los avances comerciales y estos favorezcan la concreción del Plan Puebla-Panamá y fortalezca la conformación de un bloque subregional capaz de incidir con mas fuerza en la política internacional. Y si esto es cierto para los países, también lo es para las comunidades de connacionales latinos en Estados Unidos que tienen cada vez mas la necesidad de acercarse y actuar conjuntamente para consolidar y extender su presencia en Estados Unidos [4].
Pero segunda razón es que México, como los demás países del mundo, necesita integrar más a la economía, la vida social y la política a las minorías étnicas y no-nacionales que viven en el país, no sólo por razones de justicia, desarrollo político y legitimidad internacional, sino también como un medio que permita aprovechar mas plenamente su contribución al desarrollo económico nacional. Al respecto resulta muy instructiva la comparación entre Estados Unidos (donde las minorías latinas, asiáticas y de otros orígenes han jugado un papel central en la recuperación de la economía nacional) y Japón, cuya cerrazón y rigidez étnica ha pasado a jugar un papel económico y social retardatario, que ha coadyuvado a estancamiento nacional de ya más de una década.
* Profesor de Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Catedrático Visitante en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA)
1 IOM, Global Migration Trends an Era of International Migration, Word Migration Report 2000, www.iom.int/Publications/WMRPressKit.htm.
2 N. García Canclini, La Globalización imaginada, Paidós, Buenos Aires, México, 1999.
3 El caso mas notorio de asociación dinámica entre nacionalidad de origen y comunidades en el exterior, ha sido la constitución de hecho de la llamada “Gran China”, como complejo étnico-económico constituido en torno a la vinculación de las comunidades chinas-étnicas de países semindependientes e independientes como Honk Kong y Taiwan y de las minorías étnicas de los países del Sudeste Asiático. Esta asociación económica, tecnológica y cultural (talentos y destrezas de los chinos migrantes) parece haber sido el principal motor del espectacular crecimiento de China Popular en los años 80s y 90s. Pero este tipo de colaboración también se ha dado con gran suceso, bajo otras formas, en el caso de países como Corea del Sur y Taiwán o Irlanda, para solo citar algunos países.
4 Ver IOM-ECLAC, Migrations and Development in North and Central America: A Synthetic View, 1998.
5 A. Dabat y M.A. Rivera, “Las transformaciones de la economía mundial” en A. Dabat (coordinador), México y la globalización, CRIM-UNAM, México, 1994; A. Dabat,
[1] Entre otras, resoluciones 45/158 del 18-12-90 y 47/135 del 18-12-92 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Para un tratamiento sistematizado del tema R. Cholewinsky, Migrant Workers in Internacional Rights Law: Their Protection in Countries of Employement, Oxford University Press, 1997.
[2] V. C. García Moreno, “La convención internacional sobre los Derechos Migratorios”, Expresión Legislativa, Año 2, número 6, julio 1999.
[3] En los últimos casos mencionados, las aseveraciones resultan de experiencias personales, familiares y de amigos (el autor es argentino con veintiséis años de residencia en México) y de testimonios de otros extranjeros.
[4] Dentro de la vida política de Estados Unidos, los latino-mexicanos tienen cada vez mas la necesidad de actuar conjuntamente con las demás comunidades latinas para defenderse del racismo y la derecha chovinista y avanzar en sus demandas lingüísticas, educacionales, sociales y políticas. En este último plano, el último gran avance político de los latino-mexicanos (elección de Antonio Villaraigosa como alcalde de Los Ángeles) se basó en el apoyo masivo y acción conjunta de chicanos, mexicanos y centroamericanos.
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