Mexico and the World
Vol. 6, No 2 (Spring 2001)
http://www.profmex.org/mexicoandtheworld/volume6/2spring01/eldilema_normativo.html
EL DILEMA NORMATIVO DE LA MIGRACIÓN EN MÉXICO:
EL ESTADO FRENTE A LA NUEVA REALIDAD GLOBAL
Mtro. Alfonso J. Galindo*
Director de Desarrollo del Programa sobre México de la UCLA,
Secretario General de PROFMEX
Un elemento muy importante a considerar dentro del análisis y desarrollo de una nueva política migratoria para México es que la circunstancia migratoria del mundo actual es muy distinta a la del Mundo del Siglo XX. Desde mi perspectiva de historiador, estamos regresando a un esquema migratorio similar al existente en el Siglo XIX.
¿Por qué hago esta referencia?. Estamos en una situación en donde el liberalismo está regresando como corriente de pensamiento rectora de la mayoría de las acciones relacionadas con el Estado. No estoy hablando del neoliberalismo, sino del liberalismo en su concepción original. Este fenómeno genera una tendencia al intercambio muy abierto de bienes y servicios (por eso los tratados de libre comercio); de personas (que es lo más complicado de intercambiar), de capitales (de allí los problemas recientes generados por los capitales “golondrinos”) Sin embargo, la diferencia entre el Siglo XIX y nuestro siglo es que ahora, en función del avance tecnológico, los flujos de intercambio son mucho más rápidos y aceleran el fenómeno de la globalización.
En el Siglo XIX, durante la Pax Británica, la mayoría de las transacciones entre un país y el otro era libres. Se generaron flujos migratorios importantes y no había mucho inconveniente permitir a la gente moverse libremente de un lado a otro. Como ejemplo podemos citar la gran migración de colonos hacia los Estados Unidos, la cual en un principio se daba sin mayor trámite. Sin embargo, cuando el Mundo se fue sobre-poblando, surgieron problemas reales y la política migratoria se hizo rígida. En el Siglo XX el Estado actúa para evitar flujos migratorios indeseados, motivado por una corriente de pensamiento sobre asuntos públicos basada en el proteccionismo, mal entendido como nacionalismo.
¿Ahora que vemos?. Observamos una reversión del proteccionismo sobre el modelo liberal anterior. Sin embargo, el intercambio libre se está dando en materia de bienes, de capitales, de cultura, pero no de personas, debido a que la política migratoria continúa siendo proteccionista.
Tomando como ejemplo de esta apertura liberal el caso de los capitales, se concluye que actualmente los capitales golondrinos generan un problema para muchos países, porque pueden descapitalizar a un país; como nos pasó en México en un momento dado. Sin embargo, aunque se ha hablado de ponerles un freno a estos capitales, a través de, por ejemplo, un impuesto Tobin, existen estudios donde se señala que el primer país en limitar el flujo libre de capitales se descapitalizará inmediatamente, quedando prácticamente en quiebra, dada la tendencia liberal imperante en el Mundo.
Entonces el problema es cómo reglamentar el flujo de bienes, servicios, capitales, personas y cultura, sin afectar el desarrollo nacional. Las preguntas claves serían si es o no conveniente dejar libre el flujo, inclusive en materia cultural, y hasta donde podemos o debemos bloquearlo, especialmente cuando la globalización implica un intercambio brutal. Parafraseando a quien me antecedió en la palabra, mi opinión personal es que “no es fácil taparle los hoyos a las porterías”. Es decir, los flujos son difíciles de reglamentar y evitar. Mientras estamos discutiendo en Washington y el Distrito Federal sobre el futuro de la Ley migratoria, el Time Magazine publica un artículo muy importante que se llama “Amexica” el cual dice que independientemente de las políticas reglamentarias de flujos impuestas a la región fronteriza por los gobiernos nacionales, ya existe una nueva nación trans-fronteriza, ésta se ha generado en función de esos flujos, especialmente migratorios y culturales. El “Time” está reconociendo el surgimiento de una estructura que no tiene reconocimiento oficial ni cartográfico, ni en Washington, ni en el Distrito Federal. Es un lugar existente de facto basado en un flujo migratorio que ha traspasado las normas proteccionistas. Es una migración que no tiene nada que ver con lo que habíamos visto anteriormente.
Como ejemplo práctico de la realidad migratoria actual, permítaseme señalar que con tan solo visitar brevemente Cabo San Lucas, BCS, se puede constatar la existencia de una enorme migración ilegal, no sólo de mexicanos hacia los Estados Unidos, sino de estadounidenses hacia nuestro país. En lugares como éste, el cual es una zona comercial “fronteriza” libre de impuestos a 1700 Km. de la frontera más cercana, los migrantes norteamericanos ilegales no pagan impuestos, ni siquiera sobre la tenencia de su automóvil. Ni México tiene claro que estas personas viven “de facto” en México; ni los Estados Unidos tienen claro que estos ciudadanos llevan años fuera del país, porque cruzan la frontera en Tijuana y, por ser zona de libre tránsito, no los para nadie y pueden llegar a La Paz y Cabo San Lucas y allí se establecen, sin pagar ningún impuesto a nadie. Nadie sabe que estas personas están viviendo en Cabo San Lucas y lugares similares. En sentido inverso, también podemos ver cómo el Valle Central de California en los Estados Unidos está repleto de migrantes ilegales mexicanos sin ser detectados. Incluso la propia Universidad de California está haciendo un campus en Merced, en donde la mayoría de las personas que van a participar son gente de origen mexicano y se han establecido ahí como una comunidad de trabajadores migrantes, generalmente de origen ilegal.
Esta realidad se vuelve difícil de reglamentar, pero las autoridades migratorias de ambos lados la tienen que reconocer e incorporar en algún momento a la Ley. No será fácil el proceso de reglamentación porque existe plena permeabilidad en la frontera. La iniciativa de nueva ley migratoria debe incorporar este nuevo fenómeno global, y entender que las porterías siempre tienen hoyos por donde la gente va a seguir pasando, quiera o no el Estado; se requiere de una Política Migratoria Mexicana más favorable para todos los que quieren trabajar por México.
Entonces, en ese sentido, yo veo dos contextos para una nueva ley migratoria mexicana. Dentro del contexto global, ¿Cómo hacemos para que la ley mexicana se acople realmente a las necesidades actuales del país, considerando la circunstancia del contexto global, en donde existen flujos ilimitados de intercambio? En cuanto al contexto local, se vuelve necesario que el legislador mexicano y el legislador estadounidense, quienes generalmente se ocupan de la política centralizada en Washington y en la Ciudad de México, consideren la realidad cambiante de la frontera, o de “Amexica” como diría el Time, y no incurran de nueva cuenta en el error de legislar sin conocer la materia. Con base en esto es necesario cuestionarse ¿A quién hay que preguntarle cómo debe de ser la ley migratoria?. Le hago un reconocimiento al Instituto Nacional de Migración por considerar a la frontera como un lugar de donde se deben tomar ideas para este proyecto, pero es la primera vez que se hace. Si nuestros funcionarios siguen discutiendo este tema con los legisladores en Washington sin entender plenamente lo que es la frontera, entonces no se puede llegar a ninguna política migratoria adecuada entre los dos países, porque no se esta incorporando a “Amexica”. Nos podrá sonar muy mal el término “Amexica” usado por el “Time”, pero es una realidad.
Entonces, el llamado muy particular a las autoridades que van a plantear la nueva ley mexicana es que busquen entender el fenómeno regional antes de establecer las bases normativas porque, considerando el tipo de derecho que hacemos en México, en donde las leyes se aprueban de manera expresa sobre las rodillas de los legisladores, sino se tienen claras las características de la realidad regional y se incorporan a la iniciativa, la ley y la política migratoria van a seguir fracasando.
Muchas gracias.
* Licenciado en Derecho, Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Diplomado en análisis político, Universidad Iberoamericana. Maestría en estudios económicos y políticos de América Latina, Universidad de California, Los Ángeles, UCLA. Maestría en políticas públicas, Universidad de California, Berkeley. Maestría en derecho y negociación internacional, Harvard University. Candidato al doctorado en historia económica y política contemporánea de América Latina, Universidad de California, Los Ángeles. Su experiencia académica y de investigación: Investigador asociado, Centro de Investigación y Desarrollo de los Recursos Naturales del Estado de Sonora. Asesor del Secretario Académico, Instituto Politécnico Nacional. Profesor de Ciencia Política y Profesor de Seminario de Tesis en Economía, Universidad Panamericana. Profesor de desarrollo económico, de relaciones internacionales y de historia económica comparada, Escuela de Economía y Negocios, Universidad Anáhuac. Director General y Director de Investigación, Centro Internacional Lucas Alamán para el Crecimiento Económico A.C. Profesor de Comercio Internacional, Universidad Anáhuac. Profesor de Teoría del Estado de la Maestría en Administración Pública y de historia económica de México, Universidad de Guanajuato. Asistente de Profesor, Investigador Asociado, Profesor Invitado de historia de México, Universidad de California, Los Ángeles. Premiso y Reconocimientos recibidos: Premio “Mérito Académico con Honores Departamentales”, Universidad de California. Diploma “Miembro Distinguido” de la Generación 1984-1988, Universidad Nacional Autónoma de México. Diploma y Medalla “Estímulo Civil” , Presidencia de la República 1988. Entre otros cargos y actividades de relevancia.
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