Mexico and the World
Vol. 3, No 3 (Summer 1998)
http://www.profmex.org/mexicoandtheworld/volume3/3summer98/prefacioyprologo.html

 

Sociología
y
política

 

Publicaciones del proyecto de investigación sobre Ciclos y Tendencias en el México del siglo XX

Volumen 1

James W. Wilkie y Jesús Reyes Heroles G.G. (edits.), Industria y trabajo en México, México, Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, 1990.

Volumen 2

David E. Lorey, The rise of the professions in twentieth-century Mexico: University graduates and occupational change since 1929, Los Angeles, University of California-Los Angeles, Latinamerican Center Publications, 1993.

Volumen 3

Clint E. Smith, La frontera que desaparece. Relaciones México-Estados Unidos hacia los noventa, México, Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco y University of California-Los Angeles (Program on Mexico), 1993.

Volumen 4

Jesús Arroyo Alejandro y David E. Lorey (edits.), Impactos regionales de la apertura comercial (Perspectiva del Tratado de Libre Comercio en Jalisco), Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1993.

Volumen 5

Sergio de la Peña y James W. Wilkie, La estadística económica nacional en México: Los orígenes, México, Siglo XXI, 1994.

Volumen 6

Juan Moreno Pérez, Measuring socio-economic change in Mexico since 1900. Population, GDP, inflation and exchange rates, Los Ángeles, Latin American Center, UCLA (próxima publicación).

 

LA ESTADISTICA ECONOMICA
EN MÉXICO:
LOS ORIGENES

por
SERGIO DE LA PENA
JAMES W. WILKIE

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

portada de maría luisa martínez passarge primera edición, 1994
© siglo xxi editores, s.a. de c.v.
en coedición con la universidad autónoma metropolitana, unidad
azcapotzalco
isbn 968-23-1897-1

derechos reservados conforme a la ley
impreso y hecho en México/printed and made in México

 

INDICE

PREFACIO por  CLINT SMITH

vii

PRÓLOGO, por  JAMES WILKIE Y SERGIO DE LA PENA
VISIÓN GLOBAL DE LOS ORIGENES DE LA ESTADISTICA. GUIA DE FORASTEROS Y NATIVOS A LA HISTORIA DE LA ESTADISTICA ECONÓMICA NACIONAL, por  SERGIO DE LA PENA

xiii

1. INTRODUCCIÓN
Acotamientos esenciales, 5; Lo que se aborda en el presente volumen, 6; Los reconocimientos, 7

5

2. LA HISTORIA DETRAS DE LA HISTORIA
Los motivos de la estadística económica nacional, 8;
Las historias de la estadística económica nacional, 13

8

3. EN EL PRINCIPIO FUE LA COLONIA
La magra herencia estadística colonial, 16; La estadística de las reformas borbónicas, 20; Las últimas aportaciones de la Nueva España, 31

16

4. LOS FRUSTRANTES INICIOS DE LA ESTADISTICA NACIONAL
La curiosidad insatisfecha, 38; Censos incompletos e instituciones infecundas, 47; De pérdidas y ganancias, 59; Contar y medir la nueva nación, 79

38

5. LA EDAD DE LA RAZÓN DE LA ESTADISTICA
ECONÓMICA NACIONAL
La creación de la Dirección General de Estadística, 93; La nueva visión del país, 98; La mayoría de edad. Los censos, 109; El epilogo del principio, 118

 

93

ANEXO 1

122

La periodización,
PRIMERA REFORMA AGRARIA EN MÉXICO, 1853-1905, A Través DE LA ESTADISTICA NACIONAL, por JAMES W. WILKIE

122

1. INTRODUCCIÓN

129

2. PERSPECTIVA CRONOLOGICA DE LA LEGISLACIÓN
AGRARIA DESDE 1853 HASTA 1909 Y BREVE REPASO
DE LA HISTORIA DE MÉXICO DESDE LA INDEPENDENCIA
HASTA 1853

135

3. ANALISIS DE LOS EFECTOS QUE TUVO LA LEGISLACIÓN 152
AGRARIA, POR PERIODO

 

APENDICES

161

BIBLIOGRAFIA

195

PREFACIO

CLINT E. SMITH

(Stanford University)

La investigación para la Serie de Ciclos y Tendencias en el México del siglo XX ha sido conducida por el Programa para México de la UCLA. Durante los últimos doce años, se han producido cambios dramáticos casi inimaginables en la escena económica y social de México. Las administraciones presidenciales de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) y de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) han estado marcadas por la reestructuración económica de un amplio sector de la sociedad mexicana. ¿Cómo se han efectuado estos cambios que abarcan las privatizaciones de negocios, finanzas e industrias, la reforma del sector agrícola y la apertura de la economía mexicana al comercio global y a las inversiones, y cómo han afectado el tejido social de México y el propio proceso político subyacente? ¿Cómo se han medido las corrientes económicas y sociales en el pasado, y cómo deben ser emprendidos en el futuro los análisis de la política económica y social?

El intento más serio hecho hasta hoy para responder a estas preguntas ha sido la investigación sobre la Serie de Ciclos y Tendencias de México en el siglo XX, conducida por el Programa para México de UCLA. Desarrollado mediante seminarios y reuniones a través de todo México, en especial en lugares como Mazatlán (1988), Mérida (1989), San Cristóbal de Las Casas (1990), Cholula (1991), Cabo San Lucas (1992) y México D.F. (1993), el proyecto de Ciclos y Tendencias llevó a académicos mexicanos y estadunidenses a regiones mexicanas (en lugar de hacerlo fuera de México, en Estados Unidos). Las conferencias sobre Ciclos y Tendencias han permitido a los investigadores explorar aspectos del desarrollo en el contexto de las experiencias históricas diferenciadoras de los "muchos Mexicos".

    Este volumen, el quinto del proyecto, nos habla de los orígenes de la estadística en México. Escrito por James W. Wilkie (PROFMEX y UCLA) y por Sergio de la Peña (UNAM) muestra cómo se constituyó la capacidad estadística de México y cómo los primeros fondos estadísticos pueden usarse hoy en investigaciones históricas.

    De la Peña nos ofrece en la primera parte de este libro una guía historiográfica de los estudios que contribuyeron a las primeras investigaciones y análisis y que sentaron las bases estadísticas de México para la política de gobierno y para la comprensión de la historia del país. Según demuestra De la Peña, fue Antonio Peñafiel quien hizo fructífera su prolongada tarea de establecer el registro y publicación de estadísticas como una de las principales funciones del gobierno de México.

    Después de cofundar la Dirección de Estadística Nacional de México en 1882, Peñafiel pasó a servir durante casi dos décadas como único director de la Dirección General de Estadística hasta 1911, año en que el régimen de Porfirio Díaz fue derrocado por la Revolución mexicana.

    En la segunda parte Wilkie ofrece un "estudio de caso" utilizando los datos elaborados por Antonio Peñafiel sobre títulos de propiedad de la tierra, uno de los resultados de la multifacética tarea de Peñafiel en el fomento del registro y organización de datos necesarios para permitir al gobierno evaluar el desarrollo nacional y constituir una política gubernamental en este aspecto. A partir de Peñafiel y de otras fuentes, Wilkie muestra cómo la primera reforma agraria del México independiente fue implícitamente promovida por Santa Anna en 1853. El propósito de Santa Anna era poner el control de las tierras bajo la égida del estado exigiendo el registro de la propiedad agraria y, en primer lugar, el de las tierras ociosas. Durante el gobierno liberal del presidente Miguel Lerdo de Tejada y Benito Juárez, la Ley de registro de tierras de la década de 1860 fue concebida con el objeto de dividir los ejidos y también las propiedades rurales de la Iglesia católica y convertirlos en pequeñas propiedades. Aunque, en efecto, las tierras fueron distribuidas entre quienes trabajaban en ellas, el sistema de pequeña propiedad agraria no prevaleció. Ya en 1876 el presidente Díaz interpretó la ley liberal en el sentido de permitir e impulsar la reventa de tierras a los hacendados. Más adelante, se permitió a los hacendados registrar ante el gobierno las tierras "vacantes" que pudieran encontrar, sin importar que estuvieran ocupadas desde tiempo inmemorial por comunidades campesinas. El registro masivo de tierras bajo la administración de Díaz, asentado estadísticamente por Peñafiel, contribuyo a la Revolución de 1910.

    La segunda Reforma agraria de México, cuyas estadísticas abarcan los años 1916 a 1991, se origino bajo el impulso de la Revolución de 1910 con la intención de acabar con las grandes haciendas. El propósito era también crear pequeñas propiedades y ejidos. Estos últimos fueron especialmente promovidos por los presidentes Emilio Portes Gil, Lázaro Cárdenas, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, y la pequeña propiedad fue impulsada por los presidentes Plutarco Elías Calles, Miguel Alemán y Miguel de la Madrid, aunque durante esas administraciones la titulación de ejidos siguió también creciendo. En 1980 De la Madrid freno la concesión de propiedades especialmente para fomentar el desarrollo ganadero.

    La tercera Reforma agraria se inicio en 1992 cuando el presidente Salinas promovió diversas revisiones al artículo 27 de la Constitución después de hacer aprobar el proyecto de revisión constitucional de fines de 1991. El revisado artículo 27 dio a los ejidatarios el derecho a escoger entre: a) dividir los ejidos en títulos individuales que pudieran venderse, o bien b) mantener el ejido bajo titulo comunal sin posibilidad de venderlo.

    Estos trastornos en la ley agraria y en la política afectaron muy considerablemente la vida de los mexicanos del campo, causando dislocaciones y ciclos de adaptación. La realidad oficial del registro no siempre puso de manifiesto realmente la formación de grandes propiedades o de ejidos registrados estadísticamente, ya que los interesados pudieron hacer arreglos fuera de la ley. No obstante, las estadísticas mexicanas de títulos de tierras, registradas tan vívidamente desde Peñafiel, ofrecen un importante medio de gravar lo que el gobierno pensó que se había alcanzado a lo largo del tiempo. Estos datos proveen también mayores contribuciones para el desarrollo de la política gubernamental.

    Aunque las estadísticas de la segunda y tercera reformas agrarias no sean el punto focal de este volumen, De la Peña y Wilkie han desarrollado sus "estudios de caso" de estas reformas en otros trabajos. Véase, por ejemplo, de Sergio de la Peña y Marcel Morales Ibarra, El agrarismo y la industrialización de México 1940-1950, volumen 6 de Historia de la cuestión agraria mexicana (México, Siglo XXI y Centro de Estudios Históricos del Agrarismo en México, 1989). Para la investigación de Wilkie sobre las estadísticas de las reformas agrarias de 1916 a 1988 véase "The six ideological phases of Mexico's permanent revolution, since 1910", capitulo 1 en Wilkie (comp.), Society and economy in México (Los Ángeles, Supplement to the Statistical Abstract of Latin America, UCLA Latin American Center Publications, 1989).

    Puesto que México se embarco en la retitulación de las tierras del país para mediados de los noventa, es útil leer en la primera parte del presente volumen como el proceso despierta el interés por la medición estadística del desarrollo histórico de México, y ver en la segunda parte como esta misma medición contribuye al conocimiento público del problema y a una reacción contra la conversión legal masiva de títulos de tierras en haciendas.

    Las estadísticas no solo miden claramente los cambios sino que contribuyen también a la acción, En el caso que nos ocupa, las estadísticas fueron utilizadas por los intelectuales de México para protestar contra la política de Díaz mucho antes de finales del siglo XIX. Estas protestas contribuyeron a su vez al estallido de la Revolución mexicana de 1910.

    Habrá sin duda protestas contra la tercera Reforma agraria de México a medida que vaya adquiriendo fuerza a mediados de este decenio. En todo caso, este tercer periodo de reforma agraria inaugurado en 1992 no es probablemente la reforma final, aunque sea por ahora la última.

Otros volúmenes de la Serie de Ciclos y Tendencias son los siguientes:

    Volumen 1, Industria y trabajo en México (México, 1990) editado por James W. Wilkie y Jesús Reyes Heroles González Garza. Examina la reestructuración económica que México emprendió durante el decenio de los ochenta. Esta editado por la UAM (Azcapotzalco).

    Volumen 2, The rise of the professions in twentieth-century México: University graduates and occupational change since 1929 (Los Ángeles, 1992) por David E. Lorey. Provee una rica fuente de archivos de esa época sobre modos de adjudicación de los más altos grados académicos y empleo profesional en México. Publicado como Supplement to the Statistical Abstract of Latin America por UCLA Latin American Center Publications. Este trabajo brinda muchos de los datos estadísticos y análisis del profesor Lorey en el volumen en paralelo sobre The university system and economic development in México since 1929 (Stanford University Press, 1993).

    Volumen 3, La frontera que desaparece: las relaciones México-Estados Unidos hacia los noventa (México, 1993). Es mi contribución a esta serie. Sitúa los cambios dramáticos de la historia reciente de México en el contexto del deslizamiento de México desde un nacionalismo defensivo hasta un papel confiado en el desarrollo del TLC bajo el presidente Salinas de Gortari. Este libro esta publicado conjuntamente por UAM-A y el Programa sobre México de UCLA.

    Volumen 4, Impactos regionales de la apertura comercial (Perspectiva del TLC en Jalisco) (Guadalajara, 1993). Editado por Jesús Arroyo Alejandro y David E. Lorey. Presenta las perspectivas de Jalisco no sólo en cuanto a su papel en México y América del Norte sino también en la economía mundial. Este libro esta publicado en Guadalajara por Ia Universidad de Guadalajara y el Programa sobre México de UCLA.

    Volumen 5, se trata del presente trabajo, publicado en México por Siglo XXI, ya comentado antes.

    Volumen 6, Measuring socio-economic change in México since 1900: Population, GDP, inflation, and exchange rates (Los Ángeles, próxima publicación), por Juan Moreno Pérez. Es la primera colección resumida de las principales series necesarias para analizar la historia de México des de 1900. Publicado como Supplement to the Statistical Abstract of Latin America, por el Latin American Center de UCLA. Este trabajo proporciona nuevos y principales estudios en tanto que presenta y critica serias alternativas.

    Otros volúmenes ya planeados recogerán los resultados de las conferencias de Ciclos y Tendencias sobre política agraria y educación superior.

La investigación para esta serie ha sido sufragada mediante subvención de la William and Flora Hewlett Foundation.

 

PRÓLOGO

JAMES WILKIE

SERGIO DE LA PEÑA

Este libro es el primero que se dedica a examinar, de manera profunda, los orígenes de las estadísticas económicas nacionales de México. Esta organizado en dos secciones.

    En la primera sección, Sergio de la Peña presenta un panorama general de cómo y cuando las estadísticas se volvieron esenciales para la nación emergente. Define, para eso, los conceptos de "estadísticas económicas" y de "nación". AI centrar la atención en el papel desempeñado por los funcionarios públicos que procuraron la recopilación, publicación e interpretación de series estadísticas, De la Peña identifica claramente a Antonio Peñafiel como el más destacado en cuantificar el crecimiento de la nación.

    Este trasfondo histórico de las publicaciones de estadísticas, que hacen posible los estudios de caso, es desarrollado por Sergio de la Peña en su "Guía de forasteros y nativos a la historia de la estadística económica nacional". La denominación de esta sección tiene diversas razones y significados. Tal vez la más importante es que constituye el rescate de un titulo que fue usual desde finales de la época colonial y a lo largo del siglo XIX, pero que cayó víctima de la modernización a principios del siglo XX.

    Con todo es un titulo que, aparte de ser un reconocimiento a una corriente de obras singulares del siglo XIX, corresponde de modo exacto y sintético al contenido e intención del ensayo que se presenta. Porque, la finalidad que tiene la guía, es acompañar al lector en su reconocimiento de las necesidades y devenires que conlleva la creación de las estadísticas económicas. Por eso se abordan las circunstancias en que surgieron los requerimientos de información, así como los personajes que intervinieron en el largo proceso de construir la estructura definitiva de la estadística económica nacional.

    Las guías del siglo XIX desempeñaron un papel de primera importancia para dar a conocer el país a propios y extraños, mediante una profusión de datos e informaciones de todo tipo. Eso era muy natural porque no se dirigían al turista "en paquete", invención de nuestros tiempos, sino al verdadero viajero. Su valor consistía en mucho más que en ser los primeros libros descriptivos que circularon sobre México, porque en gran medida estaban dirigidos a aportar información a posibles inversionistas.

    En todo caso alcanzaron gran popularidad, al grado de convertirse algunas de tales publicaciones en best sellers de su época, pese al alto precio que aun tenían los libros por entonces. Ese éxito consistió en que respondieron a una avidez de los nativos por reconocerse como país independiente y diferente; asimismo, a la de los forasteros, inversionistas o viajeros, interesados en saber sobre la nueva nación.

    Quizá el caso más notable de tales documentos descriptivos del país fue la Guía escrita por Hermosa y editada, una y otra vez, en la segunda mitad del siglo XIX. Con toda razón, esta significo su fortuna, porque entrega al lector de entonces y de ahora ricas descripciones geográficas de lugares interesantes, o "curiosidades", como se les llamaba por entonces; comenta acerca de los transportes y formas de acceso para visitarlas; las actividades económicas más relevantes, así como las fiestas y costumbres de los diversos lugares que cita; todo ella, salpicado de anotaciones estadísticas. Un atractivo adicional de ese tipo de libro son las bellas ilustraciones de grabados que, como era usual en este tipo de documentos, se intercalan en el texto para aliviar la lectura con "vistas" de edificios, paseos y: "ruinas": acertada denominación de conventos derruidos, viejos acueductos y sitios arqueológicos abandonados.

    La idea de la Guía que aporta De la Peña consiste en invitar al "viajero" actual a adentrarse en los orígenes de la información estadística, en las necesidades que reunieron esfuerzos para captar y publicar esa información; los fracasos y éxitos que se tuvieron en el camino accidentado de construir la nación, el estado y la estadística: triunvirato inseparable.

    En este relato queda claro que la estadística económica nacional es parte de la formación del estado y de la nación, Es cuestión de poder. El derecho exclusivo del estado de contar y llevar el registro de los vivos y de los muertos, así como del comercio y de los títulos de propiedad, fue motivo de resistencias y disputas. Comunidades y poderes locales con frecuencia rehusaron ser censados por un gobierno nacional en proceso de formación. Tenían claro que censo es poder y, usualmente, impuestos y reglas decididas en otro lado. Por eso se rebelaron en más de una ocasión. El recuento de la estadística pasa, en gran medida, por el de la formación del estado y la nación.

    En esta historia se relata la razón y circunstancia de las grandes obras de estadística, así como de las instituciones que fueron surgiendo y ayudando a formar la nueva nación. Aspectos que tienen antecedentes coloniales insoslayables, por lo cual se inicia con referencias a las aportaciones de ese periodo. Termina el relato cuando la estadística nacional, finalmente, se consolida y cobra el lugar central que le reserva la vida nacional. Es cuando se organiza la Dirección General de Estadística, y se consolida como centro del sistema de información. En esta culminación, destaca la actuación de un hombre excepcional: don Antonio Peñafiel.

En la segunda sección, James W. Wilkie recurre a información estadística recopilada especialmente por Peñafiel, para aplicarla al novedoso estudio de un caso. Su interés se aplica a medir la cuantía y cambios, por regiones, de los títulos de propiedad de tierras, los cuales son registrados y transferidos por el gobierno federal mexicano. Es cierto que algunos estudios recientes han mostrado que dicho registro legal no necesariamente coincide con la realidad de la vida rural, ya que los agricultores de manera "ilegal" venden, rentan, fusionan, dividen, subdividen y abandonan sus propiedades; sin embargo, la estadística del registro público de tierras es muy importante, por diversas razones.

    En efecto, la información oficial muestra lo que el gobierno consideró que podía hacer y lo que hizo. Ciertamente, al otorgar tierra a algunos y tomarla de otros, el estado cambió la estructura de la "propiedad" en todas las regiones de México. Desde luego, mucho del poder gubernamental era ficticio, y las leyes eran evadidas o ignoradas por las costumbres locales. Pero con todo, la cuestión de la propiedad legal cobró cada vez más importancia a lo largo del siglo XIX, hasta ser fundamental en la política que se aplicó en diversos momentos. Lo fue a tal grado que la posesión o despojo de los títulos legales, y desde luego de las tierras, se convirtió en una de las chispas principales que contribuyeron a la explosión revolucionaria de 1910. Además, las demandas de tierras y de reforma agraria fueron incorporadas a la Constitución de 1917.

    De la Peña coloca las aportaciones de Peñafiel dentro de la perspectiva de lo que lograron al ser utilizadas por diversos investigadores de orientación cuantitativa. A su vez, Wilkie muestra como las estadísticas recopiladas por Peñafiel y otros autores pueden ayudarnos a tener una visión de con junto; asimismo, a comprender la situación cambiante de la propiedad legal de la tierra. Sin duda, la forma como Wilkie examina los problemas de la información y la pone a prueba en muy diversas maneras también le da razones para suponer que el registro público de los títulos de propiedad aporto bases tempranas para el creciente estatismo.

    Wilkie argumenta que, a partir del registro obligatorio de los títulos de propiedad y transferencia de la tierra de 1853, el estado mexicano trato de establecer la cuantía de las tierras nacionales y controlar su uso. Este proceso pronto incluyo la "legalización" de tierras ocupadas y en dominio, con o sin los diferentes tipos de documentos que emitieron varias autoridades coloniales hasta 1821. Después, diversos gobiernos estatales y autoridades locales emitieron títulos de propiedad de tierras, de muy variada cantidad y calidad. Bajo las presidencias de Santa Anna, Benito Juárez y Porfirio Díaz, el gobierno nacional demando, cada vez más, que las tierras se registrasen con las autoridades en la ciudad de México; estas, a su vez, adquirieron el poder para determinar la magnitud de las propiedades, e incluso quienes podían poseerlas.

    Wilkie aprecia que, en el lapso que va de la última gestión de Santa Anna a la de Díaz, ocurrió de manera implícita la primera reforma agraria en México. Esa reforma estableció las bases legales para que el gobierno impusiera las obligaciones de que se registrasen todas las tierras mediante la emisión de títulos; la cuantía adecuada de tierras según lo dictase el "bien de la nación"; tener el mismo tierras, y des de luego, distribuirlas o redistribuirlas. Bajo el gobierno de Díaz surgieron, legalmente, grandes latifundios. El porfirismo en gran medida hizo a un lado la intención y las leyes juaristas, dirigidas explícitamente a formar una clase media rural. Por lo contrario, se dedicó a favorecer a los hacendados.

    El estudio de Wilkie termina con la revolución de 1910, que se orientó a deshacer legalmente lo que Díaz había hecho. Mas allá del análisis que aquí desarrolla Wilkie, el autor encuentra que hubo dos reformas agrarias legales subsecuentes, a partir de 1910. Hasta 1991, los gobiernos obligaron al fraccionamiento de grandes latifundios para formar pequeñas propiedades privadas, además de expropiar tierras para su distribución en forma de ejidos; esto es, tierras para granjas en posesión permanente por los agricultores, pero de dominio estatal.

    En la legislación originaria, que estuvo vigente hasta diciembre de 1991, los ejidos podían ser trabajados colectivamente, o bien mediante la asignación de parcelas individuales a los cabezas de familia. Entre otras restricciones, los ejidos no podían ser hipotecados o vendidos, de modo que, quedaron condenados a depender de los erráticos créditos de la banca gubernamental; créditos que a la vez, usualmente, no se esperaba que fuesen recuperables.

    Con las reformas constitucionales del presidente Salinas a principios de 1992, Wilkie identifica el inicio de la tercera reforma agraria en la historia de México; reforma que permite a los ejidatarios vender, rentar o compartir su tierra con inversionistas privados. La idea es acabar con la escasez de capital en el campo y estimular las responsabilidades e inversiones individuales.

    También señala que esta nueva reforma tiene antecedentes en 1981, cuando el presidente José López Portillo intentó que ejidatarios y agricultores privados unieran fuerzas para estimular la producción agrícola. Esa política logró pocos éxitos en cuanto a romper los obstáculos crediticios, ya que los inversionistas no ternan garantías sobre sus capitales: muchos de estos se hallaban aplicados a crear una infraestructura de larga recuperación.

Los Ángeles, California, y México, D.F.,
primavera de 1993

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